El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba oficialmente la pandemia por coronavirus, produciéndose así el cierre de las universidades en todo el mundo. Fue entonces cuando la Universidad Camilo José Cela (UCJC), cuyo rector es Emilio Lora-Tamayo (Madrid, 1950), puso en marcha un 'think tank' (es decir, un grupo de reflexión) que, bajo el lema "El futuro y el aprendizaje", buscó adelantarse a los cambios y consecuencias que iban a derivarse de la pandemia.
Para la Institución Educativa SEK, la crisis sanitaria tan solo puso de manifiesto las deficiencias del sistema educativo superior actual. Es decir, precipitó una serie de actuaciones para el cambio que llevaban fraguándose desde mucho antes.
Para Lora-Tamayo, Físico de formación y presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en dos ocasiones (2003-2004 y 2012-2018), el futuro es difícilmente predecible: "En Física existe lo que llamamos sistema caótico: a veces, un sistema parece que está claro. No obstante, si las condiciones iniciales varían tan ligeramente que no lo percibes, entonces te crees que tienes dos sistemas iguales, pero los resultados serán distintos".
Fruto de los 15 meses pandémicos que el 'think tank' se mantuvo activo –con casi un centenar de estudiantes y expertos internacionales– surgió el Manifiesto: 12 puntos que reúnen las conclusiones alcanzadas en estos debates. Ahora, y sobre la base de este Manifiesto, la UCJC acogerá el Global Education Forum: tres días de reflexión y debates (13, 14 y 15 de octubre) donde empresarios, estudiantes, profesores y distintos profesionales del sector, procedentes de todo el mundo, buscarán seguir avanzando en el diseño de la universidad del futuro.
¿Cómo surgió la idea de crear el 'think tank'?
En 2010 la Institución Educativa SEK, de la que forma parte la UCJC, abrió un debate sobre la necesidad de una transformación urgente de la educación a través de un Global Education Forum (GEF). La UCJC es la primera universidad del siglo XXI, y se ha comprometido a repensar los propósitos de la educación superior formal. Lo que ocurrió hace 10 años se dirigía a la educación preuniversitaria, pero ahora nuestro objetivo es repensar la educación superior formal en el marco de la sociedad de aprendizaje del tercer milenio.
¿Influyó mucho la pandemia?
La situación disruptiva en que nos encontramos, derivada principalmente de la pandemia, ha acelerado nuestra reflexión sobre el futuro de la educación y cómo enfocar la transformación de cara a las necesidades de esta sociedad.
¿Con qué objetivo iniciaron el 'think tank'?
El objetivo era establecer un marco que permitiera generar un ecosistema de aprendizaje: no es solamente cómo hay que dar las clases, cómo tienen que ser los profesores, su relación de los alumnos… sino que además se tuvieran en cuenta los desafíos y las oportunidades que la educación superior tenía ante el cambio de paradigma actual.
Habla del cambio de paradigma. ¿Cree que la universidad y los planes educativos actuales se han quedado obsoletos ante esta sociedad dinámica e interconectada?
Ni creo ni dejo de creer. Las metodologías docentes son las que tienen que aportar un mayor grado de innovación. Los contenidos son los que son, y la universidad sigue teniendo desde sus orígenes los mismos objetivos: crear conocimiento y transmitir esos conocimientos.
¿Se refiere, por ejemplo, a la digitalización?
Las metodologías han cambiado muchísimo. Yo he oído decir que en Europa tenemos perdida la guerra de la digitalización, pero no lo creo así. Si por "perder la guerra" se entiende que en Europa no somos fabricantes del 'hardware' de la digitalización de los equipos, entonces sí, como también hemos perdido la guerra de la microelectrónica. Pero no sucede así con sus aplicaciones, que es precisamente lo importante en el campo de la educación. La aplicación de la educación a todos los niveles de aprendizaje es fundamental.
¿Cómo se consigue integrar la digitalización en la educación?
Es importante la formación del profesorado. No basta con coger a un profesor de toda la vida y darle un ordenador, porque lo usará para pocas cosas. Hay que darle la formación suficiente para que extraiga todo el potencial de la digitalización. Además, cada vez tendremos más posibilidades relacionadas con este concepto.
Otro punto clave del GEF es el emprendimiento...
Es otro concepto que hay que tener en cuenta. Por emprendimiento no estamos diciendo que todos los estudiantes tienen que montar una empresa al final de sus estudios, entendiendo empresa como una iniciativa para ganar dinero. Emprender es crear un proyecto que puede tener una vertiente económica, pero no necesariamente. Hay un montón de proyectos que se pueden aplicar: desde un proyecto de vida hasta uno que tenga una finalidad social. El emprendimiento social no está destinado a ganar dinero, sino a revertir en los ciudadanos más desfavorecidos los beneficios de todo lo que se puede conseguir desde el conocimiento. Tenemos que dar la formación necesaria para que cualquiera sea capaz de emprender un proyecto.
¿Y cómo encaja en todo esto el bienestar?
Nosotros hablamos tanto de un bienestar físico como de otro más general. Por ejemplo, viene hablándose desde hace tiempo del 'mindfulnes' y es lógico, ya que todo el mundo entiende que hay que tener una percepción de todos los conocimientos a través de una serenidad de espíritu que te haga ser más efectivo.
El bienestar físico tiene que ver con la cultura física, con el deporte… No estamos inventando la rueda, solo sentamos las bases de lo que creemos. El bienestar es uno de los 12 mandamientos del Manifiesto.
Hábleme del Manifiesto...
El 'think tank' puso los cimientos de todo el trabajo posterior y nos sirvió para definir el Manifiesto. Este constaba, en un primer momento, de 11 puntos, al que más tarde se añadió otro para formar los 12 que son actualmente y que responden a lo que creemos que debe ser la universidad de futuro.
En el Manifiesto se habla de la ubicuidad de las instalaciones. ¿Cree en la modalidad online?
La universidad del futuro no debe ser únicamente el edificio o el campus. La universidad es también todo lo online, todo lo familiar, todo lo laboral. Trasciende las paredes.
El online que se ha puesto en marcha con la pandemia ha generado una tendencia según la cual parece que se puede definir todo un esquema de enseñanza únicamente por ordenador, y yo no estoy de acuerdo. Eso es una herramienta más que hay que saber usar. Yo creo que la presencialidad y la referencia del profesor es fundamental.
¿Cuál es el papel del profesor en este nuevo paradigma educativo?
El docente debe tener una formación específica que le permita sacar todas las ventajas de las nuevas tecnologías. No me vale el profesor de hace 50 años. Yo lo asemejaría con la enseñanza para sacar el carné de conducir: al alumno, si únicamente le dan el coche, se estrellará. Por eso, junto a él, hay un profesor. Pero es el alumno quien debe conducir, no vale que el profesor simplemente le enseñe cómo se conduce, hay que participar. El esquema de enseñanza debe ser flexible e involucrar al alumno. Lo ideal es que, si todo va bien, el profesor no tenga nada que hacer. El profesor no debe sentarse al volante, pero es imprescindible que esté sentado al lado del alumno para guiarlo y apoyarlo.
Otra iniciativa que han tomado es la de abrir el área de participación...
Tenemos 1.553 participantes registrados; 115 ponentes de 22 universidades del mundo (procedentes de 10 países y 4 continentes distintos). Aparte de los dos 'hackathones' que hemos celebrado y que han involucrado a los estudiantes, esos usuarios registrados tienen un canal abierto de participación en cada uno de los minifórum habilitados donde pueden hacer su aportación en la forma que deseen.
El objetivo de esto es que al final dejemos construida la red de relaciones para definir ese ecosistema que nos va a hacer avanzar en el proyecto de cómo tiene que ser la universidad en este milenio. Esto no acaba aquí, sigue vivo y se alimentará de la participación de todos y, especialmente, de los alumnos.
¿Un cambio así solo puede hacerse de forma global?
La educación es un tema global y, por tanto, la aplicación tiene que ser global. Todos somos conscientes de que una transformación es necesaria. No me cabe la menor duda de que esto no va a ocurrir de la noche a la mañana, ya veremos qué generación lo alcanza.
En esta institución SEK ya existía la preocupación por la innovación y la creatividad en la metodología docente. Eso dio lugar a que hace 30 años aquí ya se hablaba de conceptos que ahora están muy extendidos como el de “aula inteligente”. Si mantenemos el pie sobre el acelerador habrá cambios, pero no puede ser únicamente una conferencia y un libro con las conclusiones.