Un camión descontrolado que llegó a empotrarse contra un banco de la acera de la madrileña calle Alcalá causó el pánico entre los vecinos al pensar que el incidente podría tratarse de un atentado al responder al 'modus operandi' de los últimos ataques terroristas en ciudades europeas, han informado a Europa Press fuentes municipales.
El suceso se produjo este martes alrededor de las ocho de la mañana a la altura del número 354 de la calle Alcalá, en el distrito de Ciudad Lineal.
Tras una alarma de los viandantes por miedo a que pudiera ser un atentado, la Policía Municipal fue requerida después de que un camión colisionara contra el mobiliario urbano, pudiendo haber causado algún herido. La cosa no fue a mayores al no haber mucha gente en la acera en ese momento.
Según ha podido saber este periódico de fuentes policiales, los agentes encontraron tres personas dentro de la camioneta, incluido el conductor. La Policía ha descartado que se tratara de un atentado terrorista y maneja la siguiente hipótesis: al parecer, una mujer, presunta pareja del conductor, se lanzó en marcha del vehículo minutos antes de la colisión. El hombre la persiguió con el vehículo a través de la acera. El cuerpo municipal investiga un posible delito de violencia de género. Ambos son de origen rumano.
Según confirma un policía a EL ESPAÑOL, el conductor está detenido por tentativa de homicidio.
¿De dónde salió la camioneta?
"Era bastante grande, de reparto, furgoneta no era, desde luego", dice una señora que trabaja a unos metros del accidente.
"Cuando abrimos la tienda, el camión ya estaba empotrado, en mitad de la acera, y la Policía trabajaba por retirarlo y solucionar los desperfectos", relata.
El vehículo, de marca Ford, anuncia una empresa navarra de reparación de persianas. En conversación con este diario, uno de los propietarios cuenta: "Ya no es nuestra, la vendimos hace tiempo... Es una Ford bastante vieja, ¿no?".
Se muestra extrañado al otro lado del teléfono: "¿Que esa camioneta ha llegado hasta Madrid? No me lo puedo creer".
Sin muchas palabras, aunque con buen tono, se despide: "Vaya sorpresa". No quiere revelar la identidad del comprador.
En sede policial, el conductor manifestó que se había mareado y dio entonces un volantazo. Mientras la mujer se negó a declarar al no tener traductor. La Policía Municipal investiga los hechos por si pudiera tratarse de un caso de violencia de género.
El hombre dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas.