La Guardia Civil en colaboración con Policía Nacional ha desarticulado una organización especializada en estafar a comerciantes haciéndose pasar por suministradores de gas y electricidad con un total de 15 detenidos, incluido el cabecilla del entramado.
La operación ha sido llevada a cabo por agentes de la Guardia Civil pertenecientes a las Áreas de Investigación de Ciempozuelos y Valdemoro, en coordinación con la Brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional de Parla, en una investigación desarrollada de forma conjunta.
El operativo ha saldado con la detención de 15 personas, 13 españoles, un polaco y un nigeriano, entre los que se encuentra el cabecilla de la organización, su lugarteniente y el resto que eran los encargados de los cobros provenientes de las estafas.
Según ha informado el Instituto Armado, la operación tenía su origen tras observar los integrantes de los distintos grupos el incremento de denuncias por estafas, todas ellas con el mismo 'modus operandi' y con zonas de actuación muy centradas. En los inicios de la investigación, se constató que otras unidades tenían abiertas investigaciones por los mismos hechos, por lo que se decidió aunar esfuerzos y trabajar de manera conjunta.
Dentro de las pesquisas realizadas, los agentes descubrieron que el principal encausado, el cual tenía "perfectas nociones" del funcionamiento de las empresas de suministros al haber sido empleado de sociedades que se encargan del cambio de los contratos, realizaba visitas a las víctimas ofertándoles sus servicios.
Generalmente, otros dos integrantes del grupo desmantelado habían realizado una visita similar, mejorando la oferta el segundo, una vez aceptaban le facilitaban todos los datos necesarios para él pasar a la segunda fase, que era en sí la estafa.
Amenazas y palizas
A partir de este momento, comenzaban las llamadas telefónicas a las víctimas, donde se solicitaba el ingreso de una cantidad económica atribuida a una deuda contraída con el suministro, amenazando a las personas con el corte inmediato del suministro a sabiendas de que su víctima pagaría para evitar tener que cerrar su negocio.
En el siguiente escalón se encontraban "hombres de paja", personas conocidas por los principales encausados, que cedían sus números de cuentas corrientes a cambio de un pequeño porcentaje económico. Los investigadores han podido comprobar como alguno de ellos "han sido amenazados e incluso han recibido alguna paliza cuando han mostrado su deseo de no colaborar".