Una anciana con alzhéimer murió el pasado junio asfixiada por las correas empleadas para sujetarla a la cama en su residencia de mayores. Los hechos, conocidos este miércoles, ocurrieron en Villa del Prado, un pequeño municipio al suroeste de la Comunidad de Madrid.
Según ha informado El País, un cuidador se encontró a la residente sin vida durante una ronda a medianoche, según ha declarado un portavoz de la empresa que gestiona el centro, la filial de atención a los mayores de la empresa de construcción Sacyr. Este asilo también está siendo investigado por la Fiscalía por otro caso similar: el posible homicidio imprudente de otra mujer en 2019. Aquel caso fue el de una mujer de 96 años salió del centro sola en silla de ruedas y falleció tras caer por una rampa y chocar con un muro.
Esta residencia en custión pertenece a la Comunidad de Madrid pero su gestión depende de Sacyr Social. El Gobierno madrileño prorrogó el contrato, por valor de 2,7 millones de euros anuales, en abril 2021, pese a que en esa fecha ya conocía que la Fiscalía investigaba la primera de esas muertes. Asimismo, cuatro meses antes del primer suceso, los inspectores autonómicos le impusieron dos multas por el poco personal usado por la empresa en dicho centro.
Las fuentes citadas por el citado periódico aseguran que la directora del centro, Begoña Hinojosa, ha tratado de tapar la información para que no circulara por pequeño pueblo lo ocurrido en esta residencia de 120 plazas. Por su parte, la Guardia Civil ha confirmado el suceso. Agentes del cuerpo armado visitaron el centro en julio, cuando fue presentada una denuncia ante los juzgados de Navalcarnero.
La mujer perdió la vida probablemente al tratar de librarse de las correas de sujeción. Las residencias que usan estos mecanismos defienden que son necesarios para evitar caídas de los mayores. Pero también hay trabajadores que se muestran críticos y denuncian que son una forma de tortura a la que recurren por conveniencia ya que las correas les “facilitan” el trabajo.
Este tipo de sucesos son relativamente frecuentes. Ocurrió en 2016 en Arganda del Rey (Madrid), y en 2017 en Vilalba (Lugo). Además de la muete por estrangulamiento, las correas pueden provocar muerte súbita en pacientes con enfermedades cardiovasculares como consecuencia de la ansiedad de verse atados. Las sujeciones producen daños psicológicos y físicos como escaras o problemas de digestión y atrofia muscular.