Este domingo ha arrancado en Las Ventas uno de los fenómenos más íntimos que vive el aficionado: llega el toro toro, el único concepto excluyente que en realidad aglutina. Todos lo son. Toro se es o no. El adjetivo torista que recae sobre la última semana es puro marketing para justificar ciertas cosas. Una especie de cholismo. Madrid lleva siendo la capital mundial del toro casi un mes. El periodismo taurino encuentra aquí su Venezuela: un lugar al que atacar o acudir para ganar lectores. Todo es mucho más simple. Embisten o no, como el resto.
Y embistió bravo 'Camarín', el segundo iban. Aunque duró sólo tres tandas muy intensas. Ya en las verónicas mostró ímpetu. Alberto Aguilar se estiró hasta el tercio y por delante rompía 'Camarín'. Acudió al caballo también con alegría. La parroquia pidió un tercer puyazo. Menos mal que Aguilar reservó la ampolla de bravura.
Brindó al público y se abrió por doblones empujando la embestida, pudiéndole por abajo; se crecía 'Camarín' si desaparecía el muletazo por debajo de la pala. El desprecio se precipitó en la segunda raya.
Con fijeza y galope tomó las primeras series. Aguilar corrió la mano derecha intentando que no tropezara la salida. La gente había entrado. Un muletazo iba a ser el definitivo para romper y dobló las manos el toro justo en ese instante. Aguilar comenzó otra vez. Se fue con todo también ahora 'Camarín' y hasta ahí. Una tanda más con importancia sería recordada después cuando al natural empezó a quedarse debajo, desfondado. Se difuminó el pitón derecho dando un paso atrás la faena. Aguilar se volcó sobre el morrillo para remontar el final a la baja y cortó una oreja. 'Camarín' recibió una fuerte ovación en el arrastre.
Otro aire traía el quinto, como toda la segunda parte de la corrida. Más bastos, con más tonelaje y abiertos de pitones. Este fue hondo, alto. Las chicuelinas con las que lo dejó en el caballo tuvieron prestancia. Anda espabilado Aguilar. La embestida tenía algo de emoción, soltaba un pitonazo y no terminaba de humillar. Dos tandas. En un descuido echó mano de Aguilar, empalándolo primero, sosteniéndolo sin encontrar muslo después. El lance terminó con toro y torero frente a frente, encajando el arreón al pecho. Cantó la gallina el ibán en retirada como si se hubiera desilusionado al hacer presa. Lo cazó desde el desequilibrio de alzadas Alberto Aguilar con habilidad.
Dos décadas después de que César Rincón incorporara a sí mismo el nombre de 'Bastonito', otro 'Bastonito' saltó al ruedo de Madrid. Era colorao, engatillado, ojo de perdiz. Quizá algo despegado del suelo. Metió la cara en los primeros lances y acudió largo al caballo dos veces. La gasolina justa para tanto viaje, quite de Aguilar incluido. Hasta el centro del ruedo se fue Iván Vicente para encontrarse ambos en el tercio del '5', entregado al viento el torero y a su escaso fuelle 'Bastonito' apuntando sus intenciones. Los papelillos no se movían en la otra punta. La embestida descolgaba sin decir mucho. Al final blandeó y terminó rajado, buscando el estribo de las tablas. Iván Vicente tiró de él, metidos los dos en la madera.
Cuando la Infanta Elena, que recibió un par de brindis más esta tarde, abrió el táper de jamón, queso y palillos encima de toriles -la rama campechana de la Casa sigue manteniendo una veta fuerte-, salió 'Tesugo' con sus 606 kilos. No se encontraba la sombra de Baltasar Ibán en sus pechos ni hondura. El tornillazo a mitad de camino justificó las hechuras. Apenas humilló. Iván Vicente lo intentó por las dos manos. Reponía al natural el enemigo. La faena se fue hasta el aviso y las primeras gotas.
El retinto tercero confirmó los lotes: uno grande y otro no para cada matador. Las astifinas puntas negras coronaban un cuerpo de 484 kilos protestados si el hierro fuese otro. Mutis en el foro. Víctor Barrio encontró una embestida con cierto ritmo y cadencia, de la que había que esquivar un pitonazo final: si el toro enganchaba la muleta se descomponía, al contrario despuntaba la calidad. Hubo demasiados tropezones. La única tanda que se salvó fue una con la izquierda.
Bajo la lluvia y con frío -va a terminar San Isidro como empezó- se echó de rodillas para lanzar una larga cambiada. El sexto fue el peor. Se paró, agarrado y deslucido. Ni por una mano ni por otra pudo sacar nada Víctor Barrio.
BALTASAR IBAN/ Iván Vicente, Alberto Aguilar y Víctor Barrio
Monumental de las Ventas. Domingo, 29 de mayo de 2016. Vigésimo cuarta de feria. Tres cuartos de entrada. Toros de Baltasar Ibán, 1º apagado, bravo el 2º, un 3º con ritmo, no humilló el 4º, se rajó el emocionante 5º, frenado el 6º.
Iván Vicente, de lila y oro. Estocada trasera (ovación). En el cuarto, estocada perpendicular y varios descabellos. Aviso (silencio).
Alberto Aguilar, de grana y oro. Estocada desprendida (oreja). En el quinto, espadazo caído (ovación).
Víctor Barrio, de grosella y oro. Pinchazo y espadazo delantero (silencio). En el sexto, estocada (silencio).