Diego Ventura clava una banderilla a su primer toro

Diego Ventura clava una banderilla a su primer toro Plaza 1

Toros

Diego Ventura abre su decimotercera Puerta Grande

El rejoneador sevillano marca un nuevo récord de triunfos en Madrid con la fea corrida de Los Espartales.  

20 mayo, 2017 21:48

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Nada que ver esta tarde de rejones con el domingo anterior. Un nuevo no hay billetes coronó otra tarde, la segunda consecutiva. Echa a volar la feria después de una primera semana salvada por Talavante. Diego Ventura salió a hombros. 13 veces ha visto la calle Alcalá en volandas. Una barbaridad. Es curioso cómo lo ha conseguido con una actuación menos redonda que el año pasado, nada que ver, pinchada, con la que lo rozó, sin ese nivel desorbitado, al tran tran.

Su tarde estuvo marcada por un instante con el segundo. Se desató en el galope a dos pistas, templadísimo, hiptonizado el toro en el estribo. Ventura revolucionaba la plaza tendido por tendido: dio una vuelta completa y se salió a los medios, recortó y clavó dejando el sombrero en la testuz, recumbre. Con un caballo tordo se lo dejó llegar, las piruetas apuraron la embestida. Quebró en los medios adornándose con Fino. Sonó un aviso haciéndole el teléfono con el albino Remate. Gustándose sobre la montura. El rejón descolgó el pañuelo.

Persiguió al jinete el quinto espartales. La fijeza sobre la grupa, cambiaba el caballo, lo hacía el toro. Ventura guardaba a Sueño en la recámara: castaño, lo primero que hizo fue templarlo de tercio a tercio. Qué caballo. El quiebro de después, el recorte por dentro, mirando el mosquero al tendido. Los cuatros traseros del jaco arropaban la testuz. En la distancia la banderilla cayó. Toda la facilidad para enredarlo en tablas. Chalana tenía el cuello de tres, otro caballazo. Entregadísimo Ventura, desatado el compañero. La primera pasada en falso. Todas las cortas se apagaron bajo el lomo. Pinchó. A la segunda el acero se fue algo caído. La gente pidió la oreja. El presidente abrió la Puerta Grande.

Salió muy suelto el tercero. Leonardo lo rondaba y el toro pasaba de todo. Qué corrida más fea, leche. Soltó una coz al sentir el rejón. Leonardo le puso el segundo. A su aire galopaba el toro: se decidió a ver mundo saltando la barrera. La caída sobre el pescuezo lo partió. La primera parte de la faena sucedió a favor del toro, la salida mirando a tablas. Apretó con un jaco castaño, arriesgando. Un embroque rozó la grupa. Muy parado el bicho permitió a Leandro volcarse sobre él, tan elástico. Las cortas coronaron el morrillo. La muerte le llegó tiesa y dura, a medias. Suficiente.

Bajaba el nivel el sexto, muy terciado. Feo también. Rajado, además. Leonardo dio vueltas, se adornó, fue de frente. El toro no se enteró, con el embroque perdido, distraído. Consiguió poner el par. El teléfono, las cortas, encendieron una mínima chispa en la plaza. Un rejonazo muy trasero desbarató el puzle.

Resultó feísimo el primero. Alto, mal hecho, unas hechuras de desecho. Cartagena se decidió por un solo rejón de castigo. Con 'Picasso' colocó las banderillas con facilidad. 'Jinocente' se subió a los estribos. Soso el toro, no decía nada. Era como un cuadri fake, todo carnes. No rompía en la suerte suprema. Cartagena lo rondaba, un poco caído al final. Sudaba el caballo de Cartagena y el toro buscaba tablas. En el tercio se dejó ver, pegado a toriles. Lo sacó de allí. Pasó desde el otro lado. La banderilla aún en la mano. La cola sobre los ojos. Clavó en el alambre. Las crines sueltas, la doma, el toro no quería guerra. Las rosas trataron de remontar, pero nada. 

FICHA DEL FESTEJO



Monumental de las Ventas. Sábado, 20 de mayo de 2017. Novena de abono. Casi lleno. Toros de Los Espartales, 1º soso, templado el 2º, 3º deslucido, mansurrón el 4º, se dejó el 5º, rajado el 6º.

Andy Cartagena, rejón desprendido (silencio). En el cuarto, rejonazo efectivo (silencio).

Diego Ventura, rejón trasero y caído (oreja). En el quinto, pinchazo y rejón desprendido (oreja). Salió a hombros por la Puerta Grande.

Leonardo Hernández, medio rejón (silencio). En el sexto, rejonazo trasero (silencio).