Enrique Martín Arranz vio la luz un día yendo en coche. “Me dijeron que Carmena pretendía cerrar el Batán y pegué un bote. Iba con Joselito. Tengo tres infartos. Me había tomado uno año sabático. Habían pasado 12 ya y dije que teníamos que hacer algo. Agradezco a Carmena hacerme joven otra vez, sí, sí”. Ahí está, más o menos, el origen de Tauromaquias Integradas, una “asociación cultural, sin ánimo de lucro y registrada”, con papeles. Su nacimiento no está impulsado por ninguna imposición política, como se había especulado. "Es idea nuestra".
Tauromaquias Integradas es el último proyecto del padre adoptivo de Joselito, el responsable de la extinta escuela Marcial Lalanda de Madrid. Se presenta este miércoles en el Hotel Wellington y Arranz insiste varias veces en que “va a levantar ampollas”. ¿A quién? “A los profesionales”. TI está compuesta por “diez personas”, entre ellas, “Joselito, Bote”, el periodista “José Carlos Arévalo” o el empleado de Las Ventas “Juan Cubero” y tiene la intención de modificar la lidia actual haciéndola menos cruenta y “recuperar el Batán”, espacio del que era concesionaria hasta que se extinguió el contrato con el Ayuntamiento.
La revolución que han diseñado en los últimos “20 meses” pasa por “hacer cambios en las puyas, las banderillas y los descabellos”. “Tiene que haber la sangre precisa. Eso se logra”, sostiene Martín Arranz, “con una puya más pequeña”. “En Andalucía están pendientes de reformar el reglamento. Esto no sólo concierne a los picadores, también a los toreros, que ya han dicho que si cambian la puya se tienen que retirar”, advierte Arranz, lanzado. Ante esto, considera que “se van a quejar todos, menos los aficionados y los ganaderos, todos”. Los cambios, dice, “se probarán en novilladas y serán sometidos a votación: tienen que ser partícipes todos”, zarandea el símbolo de la afición.
El experimento: primer capítulo
Hace unos días, según ha informado el portal especializado Aplausos, los cambios propuestos por Tauromaquias Integradas se pusieron en práctica en la finca San Juan de Piedras Albas, propiedad de Joselito, durante la lidia a puerta cerrada de dos toros. El matador que la dirigió fue Álvaro Lorenzo. “Se probaron divisas, banderillas, puyas y una espada”, confirma a este diario. “La divisa se cayó en los chiqueros y las banderillas no clavaron”, dice sobre la efectividad de algunos de los utensilios modificados.
“La puya era de vacas y no hizo sangre. Ellos hablaban de que el toro se gasta empujando pero no fue así. Tiene que sangrar porque si no, no se rompe en la muleta”. ¿Qué decía el picador? “Imagínate. Tuvimos que cambiar de puya. Él no se puede defender y luego no llega bien a la muleta”. La espada sí fue efectiva. “Era una de Sales, de Manolo Sales. Está afilada con láser y es más ligera. Se consigue un espadazo”, es decir, el toro cae de inmediato.
Otro de los objetivos de Tauromaquias Integradas es realizar algunos estudios universitarios para explicar el efecto del toreo, por ejemplo, entre los niños, y desmentir algunas de las falacias que sobrevuelan la tauromaquia. “Hemos hablado con cuatro o cinco universidades para encargarles proyectos de investigación. Algunas nos han dicho que no por falta de financiación. Este asunto aún no está rematado”, aclara Arranz, que cita el Libro blanco sobre la profesión docente de José Antonio Marina. “Es interesante”.
Este proyecto pretende, además, cambiar el modelo, entregando la gestión a los aficionados. “Hay que involucrar a la afición. Imagínate que las principales plazas las llevan asociaciones de aficionados dirigidas o aconsejadas por un empresario. Luego los aficionados le piden cuentas al empresario, como hacen en el fútbol los socios con sus equipos”, solución que proyecta a los ganaderos minoritarios. “Se podrían juntar y compartir gestión los que menos tengan. Ofrecer a las vacas en propiedad, que los aficionados tuvieran parte de sus ganaderías. Esto lo van a salvar los aficionados. Está todo inventado”.
"Escuelilla de pedorros"
A Tauromaquias Integradas lo que le interesa realmente es hacerse fuerte en el Batán. “Si me dejaran de nuevo el Batán me hacía otra vez rico”, señala el antiguo apoderado y valedor de chavales. “Hay que llevar turistas, crear un centro turístico. No entiendo cómo los políticos no lo ven. Metía mil chinos, sin problema. Hace falta una escuela online. Si la gente lo conoce, se aficiona”. Y ve que se cierne un mal sobre las corridas de toros actuales. “La escuela Yiyo es una escuelilla de mierda y pedorros. Antes los toreros aprendían a torear estando ricos. Hasta entonces toreaban a merced de los toros. Hay que volver a eso. Ahora no hay sorpresa. Son muy superiores a los toros", palpa la meta de Tauromaquias Integradas: devolver el protagonismo a las ganaderías. Todo para el toro y la gente, o sea, populismo. "Cuando comes pipas en el tendido es que algo malo pasa. Tenemos la fiesta que nos merecemos”, ataja.
Martín Arranz pone así la primera piedra de algo mucho más amplio, dándose un plazo de “uno o dos años” para organizar “una federación”. “Ya contamos con el bous al carrer y algunos ayuntamientos”, mira al modelo francés. “Hay que entretejer al máximo número de personas posible”. Habla, en realidad, de lo que ya es la Fundación. “Tenemos que complementarnos. Ellos han hecho cosas buenas. Todo es mejorable, desde luego. Por ejemplo, lo de enfrentarse jurídicamente a los insultos. Lo valoro porque no hubiera sido capaz de hacerlo. Tienen un gabinete jurídico fuerte”, concede después de haber visitado la institución junto a Joselito.
El encuentro ha sido confirmado por ambas partes. A los miembros de Tauromaquias Integradas que acudieron a la sede de la FTL les agradó la organización y el plan estratégico trazado. El reciente nombramiento del periodista Chapu Apaolaza y el discurso que va a desplegar como portavoz, "elaborado en los últimos meses con ayuda de gente muy relevante", “son implementaciones” de ese plan, según fuentes cercanas a la organización.
“La reunión fue muy bien. Planteamos un montón de cosas. No podemos estar dentro de ellos porque cuentan con profesionales, que son muy sensibles a los cambios”, explica Arranz. “Ellos tampoco quieren meterse en TI. No es nuestro objetivo”. Aunque su discurso respecto a la comunicación tiene similitudes con el de la Fundación. A lo mejor la clave está en explicar la lidia y no en rebajarla. “Vamos a crear diez mandamientos. Trabajamos con expertos varias horas para dar respuestas a consignas antitaurinas. Necesitamos ir más allá y crear argumentos que puedan utilizarse en la barra de un bar”.
Él está convencido de que el futuro pasa por Tauromaquias Integradas. “En este tiempo me he despojado de verdades absolutas”, confiesa. “Estoy dispuesto a debatir con quien sea. La fiesta gusta porque hay mucha verdad. Vamos a trabajar con humildad y constancia: no tengo otro interés”.
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