Las propuestas de Plaza 1 siempre dan la sensación de quedarse a medias: la corrida de las Seis Naciones parece concebida de forma apresurada. Igual que el acto con José María Cano, otra de las cumbres de la improvisación. Alguien gritó "eureka" viendo los nombres sueltos —retales— sobre la mesa del despacho. Cuando pasen los años echaremos la vista atrás y diremos qué inocentes y qué anecdótico aquello de juntar a seis toreros en medio de San Isidro y ni siquiera llenarlo ni venderlo bien. A la feria la han llamado machaconamente el mundial del toreo y el gancho está casi al final, escondido en la masa aberrante de caracteres que es el cartel. Como cuando lees un reportaje y la idea del titular está en el último párrafo. Todo del revés, hecho con desgana y con un envoltorio ya ni siquiera apetecible. Las rebajas de Plaza 1. A ver si no se enfadan.
La plaza estaba decorada con banderas de los países protagonistas en plan guiño-guiño. La ciencia del productor. Qué menos. Parecía una mañana fuera de feria ideal para llevar a los chiquillos y al vecino pero no. Era una corrida de abono. Ay. ¿Por qué es todo tan chapuchero? ¿Por qué sólo se ha tenido éxito en disolver al aficionado? ¿Qué está pasando con los discursos de rapsodas donde prometían el maná? ¿Es todo culpa de las obras? Si es así, ¿por qué este silencio? ¿Hay algún acuerdo de no agresión entre la CAM y el proyecto de Nautalia? La instalación de la actualización de Las Ventas está encallada en la primera fase y presenciar el proceso es duro. Además, la tarde se hizo bola. Una pesadilla horrible.
Luis Bolívar hizo lo mejor. Se dobló con el segundo toro. Se venció por dentro Jacobo, negro y con alzada, y lo alcanzó en la pierna. Voló el matador y los pitones le arrancaron el corbatín, le buscaron la cara, golpearon los muslos. Se empleó con saña en herirle un toro que no parecía gran cosa. Aquello fijó al espectador, que no le daba importancia a lo que estaba pasando. De pie, con la camisa partida y el fajín suelto, a Bolívar las canas le resaltaban más y parecía un héroe volviendo de alguna guerra lejana. El toro se movía sin entrega. Se había desplazado con el capote insolente. Ismael Alcón marró el primer puyazo. Con la boca cerrada. Sin humillar. Hubo muchos muletazos, Bolívar avanzaba por fases, se lo guardaba todo Jacobo. Una faena con un peligro contenido siempre a punto de desbordarse.
Hacía tiempo que nadie quitaba por navarras. Lo hizo Luis David Adame como reivindicando la variedad de México. El quinto tenía más cara, astifino, que le completaba el trapío. Las hechuras escurridas. Un buen toro para Sevilla. Luis David entendió bien al de El Pilar, con la muleta a su altura y tapándole la cara. Otro toro sin entrega, como una procesión de señoras saliendo de Mallorca, todos con las caras así, mirando por encima del palillo. Pegó naturales buenos, el toro no iba a romper. Es que ni para las bernadinas. Se tiró recto el mexicano. Hubo una petición sin pañuelos de estas por arreglar la tarde y luego se protestó la vuelta al ruedo. Yo qué sé.
Las hechuras del sexto no decían nada. Un toro muy normal. Por contar algo: largo. Colombo vino a romper el maleficio con el que se fue de la plaza la noche anterior. Dos largas cambiadas y un quite por chicuelinas alimentaron esta crónica tan triste. Las ancas del toro como las de las vaquitas de los playmobiles. Salió de la cara del segundo par colocado como CR7. Un murmullo "siuuuuuu" se escuchó en la plaza. Dónde cayeron los palos con la bandera venezolana fue lo de menos. Se dejaba más Medicillo. Al menos no le importaba nada de este mundo. No había mucha conexión. En un enredo, un jab a la mandíbula derrumbó a Colombo. Lo recogieron semiinconsciente de la arena. Volvió al ruedo y el toro estaba ya insoportable. Sacó una tanda meritoria y a por la espada.
Joaquín Galdós estuvo firme. El inicio tuvo intensidad porque el toro no se desplazaba y en vez de pajarear buscaba al torero. Los doblones fueron estéticos. A los derechazos respondió la gente. Luego, la atmósfera de la incertidumbre porque el toro medía bastante metió al trasteo —qué palabra— en un lugar indefinible. Atención pero no. Hasta que Galdós apretó. Nada. Luego llegaron a sonar dos avisos.
Juan del Álamo brindó al público. Buen aire el quite al toro del compañero. Tuvo claro que había que torear rápidamente. Lo mejor de la faena fue con la derecha, algunos muletazos largos, yéndose un poco más el toro, que en realidad iba a su aire. Apenas fondo para aguantar la faena. Muy gris el resto, que fue mucho.
El primero de El Pilar fue un toro blandito con mucho cuello. La altura lograda en aquella finca. Bautista toreó con el capote muy cerrado, logrando calentar algo a la gente. El toro estaba parado desde que salió del peto y no se le podía apretar. La falta de fuerzas lo bamboleaba y embestía con las manos. El francés había desconectado en el hotel. No podía hacer nada. Se tiró a matar desganado.
FICHA DEL FESTEJO
Monumental de las Ventas. Jueves, 31 de mayo de 2018. Vigésimo cuarta de feria. Media entrada. Toros de El Pilar, blando 1º, sin entrega el 2º, 3º sin fondo, orientado el 4º, 5º a menos, 6º con genio.
Juan Bautista, de corinto y oro. Pinchazo, pinchazo en los bajos, estocada casi entera y caída. Un descabello (silencio).
Luis Bolívar, de grana y oro. Espadazo bajo (silencio).
Juan del Álamo, de blanco y plata. Pinchazo arriba, pinchazo y medio espadazo desprendido. Aviso (silencio).
Joaquín Galdós, de azul marino y oro. Cuatro pinchazos, pinchazo que se soltó, pinchazo hondo. Dos descabellos. Dos avisos (silencio).
Luis David, de salmón y oro. Buena estocada (vuelta al ruedo).
Colombo, de corinto y oro. Estocada casi entera y atravesada (ovación).
PARTES MÉDICOS
Luis Bolívar sufre un puntazo con hematoma en el tercio superior de la cara interna de la pierna derecha y una contusión torácica pendiente de estudio radiológico.
Colombo sufre una contusión facila con herida inciso contusa en región mandibular derecha.