El matador de toros Román ha sufrido una grave cornada de "30 centímetros" en Las Ventas este domingo. El toro Santanero de Baltasar Ibán lo hirió al entrar a matar después de una gran faena del torero valenciano. El pitón entró "por la cara interna del muslo derecho" y salió por el otro lado, a la altura de "la cara externa del tercio inferior del muslo", según el parte médico firmado por el cirujano Máximo García Padrós.
Según su equipo de apoderamiento, sufre la "sección de la arteria femoral", descubierta en una segunda intervención durante la madrugada del lunes. En un principio, los médicos vieron una "trombosis". También tiene afectada la vena femoral. El resultado de la nueva cirugía es un "bypass". La nueva operación ha durado varias horas. "Ha quedado ingresado en la UCI", ha informado Rafael García Garrido, uno de los apoderados. "Está animado", ha escrito en Twitter.
La cornada es lo que se conoce en el argot como un tabaco: el matador de toros giró en el pitón, cayendo con todo el peso sobre el astifino pitón del toro, que le entró por completo en la pierna. Las asistencias lo recogieron del ruedo hecho un ovillo, traslandándolo a la enfermería, donde fue "intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general". Trataba de taponerse el boquete, con visibles gestos de dolor.
Quedó el toro muerto tras el trance. El pitón lo tenía empapado de la sangre del joven torero. Produjo varios destrozos "en el vasto interno, en la musculatura aductora", llegando a golpear "la arteria femoral con vaso espasmo". En un principió, se temió la posibilidad de que le hubiera roto algún vaso importante, como se ha confirmado más tarde. La cornada "rodea el fémur por su cara posterior produciendo la contusión del nervio ciático".
Román sustituía este domingo en Madrid a Emilio de Justo, herido en Cáceres. Le ganó la partida a Santenero, un toro de cinco años y medio, que se orientó ya en el tercio de banderillas, provocando varias situaciones de peligro.
Cogió al subalterno El Sirio, prendido sin herida. Estuvo muy firme Román y entró a matar por derecho, momento en el que sufrió la cornada. No pudo continuar la lidia tras el percance. Finalmente, el esfuerzo fue premiado con una oreja, que se le pidió cuando ya estaba siendo operado en la enfermería. La recogió su cuadrilla.