La Policía Local y los servicios de emergencias de O Grove protagonizaron un curioso rescate durante la tarde del domingo, cuando una vecina de la Illa da Toxa avisó a Emerxencias 112 Galicia de que había un cetáceo varado en la ensenada de la isla. Entre las tres agentes de guardia y la técnico de emergencias, lograron mantener hidratado al delfín hasta que estuvo listo para volver al mar.
Las agentes cuentan que, aunque en un principio solo se avistó al adulto, poco después encontraron a una cría a escasos metros del primer ejemplar. "Eran delfines comunes, además, que nos llamó la atención porque no es típico que vengan, esta no es su ruta habitual".
Acostumbrados a arroaces y cetáceos de menor tamaño, los técnicos de emergencias cuentan que es la primera vez que dos delfines recalan tan cerca de la costa en la ensenada de A Toxa. Probablemente, dicen, "acabasen varados tras despistarse con el temporal".
Según los especialistas, los animales buscan refugio cuando el mar embravece y, lo más lógico, es que se desorientasen en la búsqueda de un lugar tranquilo para pasar la noche. "Nos comentaron los técnicos del Instituto Oceanográfico, que se encargan de finalizar el rescate, que seguramente los sorprendiese la marea en aguas muy poco profundas y por eso encallaron en la arena", dice una de las agentes.
Un rescate en equipo
Gracias a las agentes locales y a la técnico de emergencias, los delfines se mantuvieron hidratados hasta que llegaron los expertos del IOE, encargados de testar a los animales y devolverlos al mar. "Estuvimos una hora y media metidas en el agua las cuatro, tratando de mojarlos y mantenerlos a salvo", dicen las agentes.
Para ellas, dicen, fue un rescate largo, pero los expertos del Oceanográfico alabaron su labor y su rapidez, que facilitó mucho las tareas posteriores. A su llegada, los técnicos del IOE realizaron pruebas a los dos cetáceos para comprobar que no tenían ninguna enfermedad y así poder llevarlos a aguas más profundas.
En ese momento, cuentan, surgió otro problema, pues el ejemplar adulto se alejó de la costa y tuvieron que buscarlo durante un buen rato. "No estaba muy lejos, pero era esencial que lo encontrásemos porque hay que soltarlos juntos en el mar para asegurar su supervivencia". Tras dar con él, ambos delfines fueron trasladados a mar abierto, donde se deben poner en libertad para que sepan regresar a su ruta habitual sin riesgo de volver a quedar varados en la costa.