Los tres supervivientes del naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo, que se hundió a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá) el pasado 15 de febrero, acudirán este lunes a Madrid para declarar ante la Audiencia Nacional (AN).
Así, los únicos tres marineros que salieron con vida de una tragedia que supuso 21 fallecimientos, tendrán que prestar declaración en el Juzgado de Instrucción número 2 de la AN. De ellos, el patrón del barco, Juan Padín, lo hará en calidad de investigado en la causa, al apreciarse indicios de 21 homicidios imprudentes, mientras que su sobrino, Eduardo Rial, y el marinero Samuel Kwesi lo harán como testigos.
Será a las 09:30 horas cuando comiencen las declaraciones en la Audiencia Nacional este lunes, pese a que el tribunal todavía no se ha declarado competente para investigar el caso del hundimiento del pesquero gallego.
Sin embargo, sí le compete comenzar las diligencias, sobre todo las más urgentes, debido a que tiene conocimiento del caso. Cabe recordar que la Audiencia Nacional trató de remitir a Marín la causa, porque es la localidad donde radica el puerto base del navío. No obstante, dicho juzgado pontevedrés rechazó la inhibición, al entender que los supuestos delitos que se investigan fueron cometidos en aguas internacionales.
Por todo ello, este lunes declararán ante la Audiencia Nacional, tras ser aplazada una semana esta comparecencia a petición de la procuradora del patrón para poder preparar el interrogatorio. El tribunal también ha establecido que los tres tendrán que acudir de forma presencial a Madrid, pese a que se había solicitado hacerlo por videoconferencia, lo cual fue rechazado.
Asimismo, según ha podido saber Europa Press, estas declaraciones servirán también para resolver las medidas cautelares solicitadas por las familias, pidiendo la retirada del pasaporte, que Padín esté localizable e incluso prisión preventiva para que no vuelva a salir a faenar, tras "persistentes rumores" de que el patrón tenía pensado volver a trabajar en otro buque de la misma armadora.
Indicios de 21 homicidios imprudentes
Esto ocurre después de que el juez de la AN Ismael Moreno emitiese un auto asegurando la existencia de indicios que permitirían imputar "al menos 21 delitos de homicidio por imprudencia grave y contra los derechos de los trabajadores" a Padín, ya que en la tragedia fallecieron 21 de los 24 marineros que viajaban en el buque.
De esta manera, la Audiencia Nacional puso en "duda" la versión ofrecida por Juan Padín, el patrón del pesquero, indicando que la velocidad del buque a las horas de la tragedia "suscita dudas" sobre la declaración del capitán acerca de la parada de los motores por avería como causa determinante de la escora y posterior hundimiento del barco.
Todo ello después de que Padín asegurase que sobre las 04:00 horas de la madrugada se habría parado el motor del barco, lo que dadas las condiciones meteorológicas existentes en ese momento determinó la sucesiva entrada de agua por la aleta de babor, ocasionando una cada vez mayor escora.
Vista la situación, según el declarante, dio a la tripulación la señal de abandono del buque previa colocación del traje de supervivencia y chaleco salvavidas. "Ya con todo colocado nos disponemos al arriado de la balsa de babor", añade el capitán, que deja encargado al primer oficial, por cuanto él se dirige a arriar la balsa de estribor, lo que consigue y embarca la tripulación. Eduardo Rial, sobrino del patrón y otro de los supervivientes, ofreció una declaración similar a la de su tío.
Versión de Kwesi
Samuel Kwesi, el tercer superviviente a la tragedia, explicó en un primer momento que al pararse el motor el barco quedó a merced de las olas, lo que, unido al peso del aparejo, hizo que entrara mucha agua y se escorara hacia babor. Entonces oyó al capitán ordenar que subieran al puente, lo que hizo sin el traje de supervivencia al no darle tiempo.
Sin embargo, en una posterior declaración, dio una versión "absolutamente distinta" de los hechos. Señaló que el motor no se paró, sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo y provocando la escora.
Por ello, le gritaron al capitán que soltara los aparejos, pero este se negó. Después, con el buque muy ladeado, se paró el motor y se incrementó la escora de babor. Samuel subrayó que en ningún momento el capitán dio orden de ponerse los trajes de supervivencia aunque él y su sobrino sí los llevaban, lo que le sorprendió. Finalmente, esa noche fallecieron 21 de los marineros que trabajaban en el barco.
Tras casi cuatro meses desde el trágico día del accidente, ahora los tres supervivientes acudirán a dar sus versiones ante la Audiencia Nacional.
Familiares
Por su parte, las familias de los 21 fallecidos han emprendido su propia lucha para tratar de convencer al Gobierno de la necesidad de bajar al pecio del Pitanxo a buscar pistas de lo que pudo haber pasado en la madrugada del 15 de febrero.
Además, en los últimos días han dado a conocer que han presentado querellas criminales contra el patrón, su sobrino y la armadora del buque, Grupo Nores de Marín, por 21 presuntos delitos de homicidio por imprudencia, delitos graves contra la salud de los trabajadores, falsedad documental y encubrimiento.
"Creemos en la justicia, en lo que investiga la Guardia Civil, en que se está llevando todo a cabo de forma rigurosa", destacó en los últimos días la portavoz de los familiares e hija de una de las víctimas, María José de Pazo.
Este sábado los familiares volvieron a cargar intensamente contra el Gobierno central por el envío del buque oceanográfico Vizconde de Eza a realizar prospecciones pesqueras a la misma zona en la que se hundió el Pitanxo, pero sin los instrumentos necesarios para bajar al pecio.
Aseguran que el Estado dispone de medios y que, además, ya ha habido ofrecimientos de empresas privadas para facilitar medios, que la Xunta además se ha dispuesto a fletar. De Pazo ha llegado a incluso a instar a dimitir al delegado del Gobierno, José Miñones, y al director de Sasemar por sus actuaciones "vergonzosas".
Respecto a las declaraciones del patrón y su sobrino, María José les ha pedido que "dejen de mentir" porque "la verdad se va a acabar sabiendo" y "va a ser peor". "La verdad se va a saber porque los fallecidos y desaparecidos tienen a sus familias, amigos y a toda la gente del mar que van a seguir insistiendo para que se investigue", aseveró.