El pasado 13 de mayo, agentes de la Policía Local de Pontevedra acudieron a una vivienda de la calle Illa de Man requeridos por un servicio de limpieza que había encontrado el cadáver de un perro en el interior de una vivienda que estaban limpiando.

Los agentes, ya en el interior de la misma, observaron que el animal estaba en la cocina, en posición fetal y con una evidente desecación o momificación. Asimismo, la citada vivienda se encontraba en estado de abandono y suciedad: mal olor, bolsas, plásticos y restos de defecaciones del perro por todo el inmueble.

La lectura del microchip permitió identificar a su propietaria, que resultó ser la misma que habitaba la vivienda. Ante uno presunto delito contra la protección de la flora, fauna y animales domésticos en su modalidad de maltrato animal con resultado de muerte, la Policía Local de Pontevedra procedió a la apertura de diligencias al juzgado.

De las gestiones realizadas se sabe que esta persona había abandonado el domicilio varios meses antes de la intervención policial, quedando supuestamente el animal solo en el interior de la misma aún con vida.
En dependencias policiales existían intervenciones anteriores con este inmueble y por la misma causa.

Así, el 27 de junio de 2021 la Policía Local se desplaza la este domicilio por quejas vecinal por el fuerte olor que se percibía en la vivienda. Su inquilina negaba los hechos y manifestó que tenía dos gatos en el interior del piso, sin señalar que estaba en posesión de un animal de la especie canina. Distintos vecinos le habían alertado a la propia inquilina del fuerte olor y ladridos del perro sin que esta hiciera nada.

También se tiene constancia de que el 28 de octubre de 2021 había abandonado la vivienda —según comunicó a servicios sociales del Ayuntamiento de Pontevedra—. Aunque, por testigos, se sabe que la vivienda había sido abandonada antes del verano de 2021 y que se seguían
escuchando ladrar y llorar al perro día y noche. La dueña había sido avisado de esto en más de una ocasión.

Los servicios veterinarios manifestaron que "teniendo en cuenta las condiciones en las que se encontró el cadáver del animal (rodeado de excrementos, basura y sin agua ni comida), evidencian que el animal, por lo menos en sus últimos días, vivió en condiciones de total insalubridad y es sumamente compatible la ausencia de agua y/ o comida como causa de la muerte".