OURENSE, 17 Ene. (EUROPA PRESS) –

El Juzgado de Instrucción número 1 de Ourense ha acogido este martes el juicio contra el regidor de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, por la presunta agresión a una sindicalista en una manifestación celebrada el pasado 3 de mayo.

"Me arrepiento de no haber denunciado yo, que fui quien sufrió la agresión", ha alegado el alcalde durante su comparecencia en el juzgado, donde ha defendido su actuación, que ha justificado porque dice haberse sentido "amenazado" en el momento en el que la denunciante, Lola Panero, le acercó un megáfono.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce la perjudicada le imputan al alcalde un delito leve de maltrato de obra. Fiscalía solicita un mes de multa a razón de diez euros el día, mientras que la acusación particular pide 45 días de multa a razón de cincuenta euros el día y una indemnización de 1.500 euros para la denunciante, teniendo en cuenta el sueldo del regidor que, consultado en la sala ha dicho que es de "70.000 euros brutos".

Agresión

Los hechos se remontan al 3 de mayo del 2022, en el marco de la huelga del transporte urbano en Ourense debido a las diferencias entre patronal y comité de la empresa a la hora de negociar el convenio laboral. Durante una concentración en la Plaza Mayor, en la que se encontraban representantes del Comité de Empresa, CIG, UGT y Comisiones Obreras, una representante de este último sindicato recibió un empujón por parte del alcalde.

Según su versión, se acercó a Jácome con intención de ofrecerle el megáfono mientras pedía que "aportase una solución al conflicto". Tras varios intentos de pasarle el megáfono el alcalde la apartó empujándola.

En aquel momento Jácome explicó que la actuación fue "en defensa propia" y que "la sindicalista liberada, que ni siquiera trabaja en esa empresa" se "metió en su espacio de forma exaltada" y "vociferando" por lo que "temió" que se produjese "una agresión acústica" que llegase a provocarle la ruptura del tímpano. Pérez Jácome reconoció en su momento que "si hubiese tenido un par de segundos más para pensar hubiese hecho otra cosa", pero "vio una amenaza" y admitió que él le dio "un empujón".

En la sesión oral celebrada este martes, la perjudicada, Lola Panero, ha asegurado haberse "sentido degradada como persona" y ha insistido en que se acercó al alcalde, con el megáfono, "con buena fe para resolver el conflicto". "Después no sé qué pasó, tuvo una actuación rarísima, me quedé paralizada", ha declarado la sindicalista, que ha mantenido que "no quiso provocar" al regidor.

Ha negado que pusiese el megáfono "en el oído" del alcalde o "en su cara". También ha negado haberle gritado y ha lamentado que después de lo sucedido "el alcalde no se ha disculpado ni interesado".

Versión de Jácome

Por su parte, el alcalde ha relatado que él salía del ayuntamiento y que le dijeron que había una protesta sindical en la plaza. "Me dicen que salga por detrás y yo soy el alcalde de la ciudad, un alcalde nunca sale por detrás", ha sostenido. Dice que pensó "a ver qué hace" la sindicalista que sostenía el megáfono en el momento en que se acercó a pedirle que se dirigiese a las personas concentradas a las puertas del ayuntamiento.

Sin embargo, ha expuesto que, cuando hizo el amago de coger el amplificador de voz, la denunciante se lo "metió en la boca de una forma que no se le puede hacer a una persona, no por ser una autoridad sino a cualquier persona". "Me lo metía y decía: hable, hable, hable. Como si fuera un monigote", ha asegurado el alcalde, que ha mantenido que pidió a la sindicalista que no le tocase, momento en el que se produjo el empujón por el que ha sido denunciado.

"Hizo lo que ya estaba temiendo, coge el megáfono y lo pone a 40 centímetros de donde estoy yo y grita ¡fuera!. En ese momento le doy al megáfono", ha añadido antes de reiterar que "temía una agresión acústica" y que no quiere "tener otra perdida auditiva".

En el juicio se ha reproducido el vídeo del incidente protagonizado entre Jácome y una mujer que el regidor dice no conocer de antes ni saber a qué se dedicaba. "Lo que quería era apartar el megáfono por la agresión que se estaba produciendo", ha aseverado el alcalde, que ha asegurado que no tuvo que acudir al otorrino "gracias a mi intervención".

En el derecho a la última palabra, el alcalde ha declarado que se arrepiente de no haber sido él quien presentó la denuncia pues considera que ha sido el agredido. "Me arrepiento de no haber denunciado yo, que fui quien sufrió la agresión", ha concluido.