Desde el año 2007, el Ministerio de Defensa y la Xunta de Galicia firman un convenio que les permite garantizar la vigilancia constante de los montes gallegos durante los meses en los que más incendios se producen (julio, agosto y septiembre). De este modo, desde hace 15 años, efectivos del Ejército de Tierra y de la Armada se despliegan en varias zonas como A Cañiza, el interior de la provincia de Ourense o los montes que circundan la ría de Muros y Noia, designadas por el gran número de incendios forestales que registran, y se dedican a patrullar para evitar, en la medida de lo posible, estos incidentes.
Este 2023, aunque el convenio todavía no se ha firmado, no será diferente y la Brigada Galicia VII (Brilat) de Pontevedra ya prepara el operativo que desplegará este verano. Con el apoyo del Tercio Norte de Infantería de Marina, perteneciente a la Armada y con sede en Ferrol, el personal de Pontevedra desplegará a una treintena de patrullas en los montes designados por la Xunta para realizar labores de vigilancia, disuasión y prevención de fuegos con ayuda de vehículos y drones, como ya se hizo el pasado año.
Para este verano, aunque no se ha confirmado, se espera que se añadan algunas zonas de la montaña lucense a las vigilancias, tras producirse el pasado verano uno de los mayores incendios de Galicia en la comarca de Lemos (Lugo). Consecuentemente, el ‘Centinela Gallego’ cubriría desde este 2023 las cuatro provincias gracias al trabajo diario de más de un centenar de militares, que desplegarán en al menos siete distritos forestales y cubrirán un mínimo de treinta ayuntamientos. La gran novedad de la pasada operación fue el uso de medios aéreos no tripulados (drones), que lograron avistar desde el aire 28 incidencias, incluyendo varios avisos en la zona fronteriza de Portugal.
Las principales tareas de estas patrullas son las de vigilar y mantener una presencia disuasoria en las zonas asignadas, facilitar información a los servicios de extinción y notificar a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad sobre aquellas personas que pudieran estar implicadas en la provocación de incendios intencionados. De hecho, es importantísima la colaboración que se establece entre las autoridades militares y las civiles, que en muchas ocasiones previene conflictos y ayuda a organizar operativos con mayor rapidez: se trabaja codo con codo con Guardia Civil, Policía Nacional, personal de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y personal de los ayuntamientos en los que se lleva a cabo la operación.
Balance 2022
El año 2022 se saldó con un tristísimo balance, tras vivir dos de los incendios más importantes de los últimos años. En total, ardieron 51.642,58 hectáreas de superficie en espacios naturales de Galicia en un total de 1.713 incendios, según datos de la Consellería de Medio Rural.
Sin duda, los dos mayores fuegos del verano fueron los ocurridos en Folgoso do Courel (Lugo), con 13.566 hectáreas quemadas, y el de Valdeorras (Ourense), que arrasó 12.846 hectáreas. En ambos casos, a la superficie forestal dañada hay que sumar viviendas, espacios urbanos y zonas turísticas, en comarcas conocidas por el esplendor de sus espacios naturales.
Aunque en estos casos los fuegos no fueron provocados por personas sino por una importante tormenta eléctrica, la operación ‘Centinela Gallego’ se encarga, además de disuadir a posibles pirómanos, de detectar rápidamente focos para desplegar operativos de extinción lo antes posible. Con este fin, el pasado verano se desplegó a cerca de 130 militares al día repartidos en 85 vehículos.
En los 33 ayuntamientos en los que se trabajaba, se recorrieron un total de 320.000 kilómetros y se han realizado alrededor de 5.600 patrullas tanto de presencia en municipios y de vigilancia en diferentes observatorios. Asimismo, gracias al uso por primera vez de medios aéreos no tripulados se detectaron y notificaron un total de 28 incidentes relacionados con el fuego.