Sanxenxo (Pontevedra) es una de las localidades de referencia del turismo nacional. Durante los veranos duplica su población e incluso miembros de la realeza española (concretamente, el rey emérito Juan Carlos I) se han dejado conquistar por sus paisajes, su gastronomía y su ambiente. Según los últimos datos del INE, actualmente viven en Sanxenxo 17.760 personas, pero su origen se remonta a miles de años antes de Cristo.
Si bien en la etapa neolítica Sanxenxo no se diferenciaba demasiado de otros territorios de la comarca de O Salnés, con la llegada de los suevos se empiezan a delimitar ciertos asentamientos como Gondar, Nantes, Contomil, Baltar o Recarey, que en el futuro se acabarían convirtiendo en las parroquias del municipio de Sanxenxo.
Con todo, faltarían cientos de años para eso; el historiador Víctor Viana señala que desde el siglo XV Sanxenxo formaba parte de la Jurisdicción de A Lanzada junto parte de Meaño, Castrelos, Raxó y Samieira, y la península de O Grove. No sería hasta el año 1836 cuando la localidad costera se constituye como un ayuntamiento propio y ya en la década de 1940 empezaron a instalarse los negocios que convertirían Sanxenxo en un lugar de referencia del verano.
El pasado de la villa ha sido recuperado y reconstruido gracias al trabajo de los historiadores y arqueólogos. ¿Pero cómo será el futuro? ¿Cómo será el fin de lo que hoy conocemos como Sanxenxo? Sin suda, esa parte de la historia es imposible de predecir y por ello en la redacción de Treintayseis hemos pedido a ChatGPT que trate de arrojar algo de luz al respecto pidiéndole una narración ficticia sobre el final de la villa. Esto es lo que nos ha contado.
El fin de Sanxenxo llegará en el año 2100
"Año 2100. Sanxenxo, un rincón costero de Galicia, había sido un destino turístico de renombre durante generaciones, pero ahora se enfrentaba a un destino inesperado. El último año de existencia de Sanxenxo comenzó con una mezcla de nostalgia y esperanza, mientras sus habitantes se preparaban para despedirse de su querida ciudad", comienza a relatar ChatGPT.
Según la Inteligencia Artificial, el cambio climático ya se había acelerado décadas antes del fin, dejando su huella en la costa de Sanxenxo: "El nivel del mar se elevaba de manera incontrolable, y las inundaciones eran cada vez más frecuentes. Los esfuerzos por mantener las playas y calles secas habían sido en vano, y la comunidad comenzó a considerar la difícil decisión de la reubicación".
Los habitantes de Sanxenxo "se unieron en un esfuerzo sobresaliente" para enfrentarse a su último año de existencia. "Construyeron muros de contención" y "llevaron a cabo proyectos de restauración de playas, pero finalmente se hizo evidente que la naturaleza tenía la última palabra". La última fecha para abandonar la ciudad se fijó para el 31 de diciembre.
La IA narra cómo durante ese último año de existencia "la comunidad celebró festivales y eventos para despedirse de su hogar ancestral", e incluso "se celebraron fiestas en la playa, conciertos y exposiciones de arte que recordaban la rica historia de Sanxenxo".
"El reloj marcó la medianoche, y Sanxenxo desapareció bajo las aguas del Atlántico, una vez vibrante y lleno de vida. Las luces se apagaron, y el último edificio quedó sumergido en el mar", aunque sus habitantes continuaron su vida "en lugares más seguros", comprometidos con "proteger el medio ambiente".
Así, ChatGPT finaliza su narración con una moraleja sobre el cambio climático y el cuidado del planeta: "Sanxenxo pudo haber desaparecido físicamente, pero su espíritu y legado vivirían en las generaciones venideras como un recordatorio de la importancia de la acción ambiental y la adaptación al cambio".