El 70% de la superficie del territorio gallego es zona de alto riesgo por el gas radón, según estima el Consejo de Seguridad Nuclear. En el conjunto de España, ese porcentaje se sitúa en el 17%, y lejos de los datos gallegos, las comunidades con las zonas con mayor índice de este gas son Extremadura (47%), Madrid (36%), Castilla y León y Canarias (ambas con un 19%). También destaca Cataluña con un 16%.

Del total de municipios que hay en España, en más de 3.000 tienen una exposición en mayor o menor medida, por lo que están obligados a protegerse contra el gas radón, ya que es responsable del 50% de la radiación que recibe el ser humano a lo largo de su vida.

Según informa la firma de soluciones de construcción Propamsa, recientemente se ha aprobado en nuestro país el Plan Nacional contra el Radón, el cual establece las estrategias y actuaciones que las distintas administraciones públicas desarrollarán durante un periodo de cinco años para controlar el riesgo para la salud de la población derivado de la exposición a este gas.

Propamsa recuerda que el gas radón está en todos los edificios pero en concentraciones habitualmente bajas. Sin embargo, existen zonas en las que, por su geología, es probable encontrar edificaciones con niveles elevados. Y es que este gas noble, que procede de la desintegración de uranio presente en la corteza terrestre, puede filtrarse por la porosidad del terreno y llegar a penetrar y acumularse en los edificios y espacios interiores procedente del subsuelo. 

Por su parte, el Consejo de Seguridad Nuclear explica que la cartografía del potencial de radón de España, desarrollada categoriza las zonas del territorio estatal en función de sus niveles de radón y, en particular, identifica aquellas en las que un porcentaje significativo de los edificios residenciales presenta concentraciones superiores a 300 Bq/m3 (bequerelio por metro cúbico de aire).

Tal y como explica este ente estatal, los mapas se basan en medidas de radón tomadas en la planta baja o, cuando esta no está habitada, en el primer piso. Por tanto, no representan directamente la exposición de la población. En general, el riesgo asociado a las plantas subterráneas es mayor que el que reflejan los mapas, mientras que es inferior —en razón de un 20% menos por planta— en los pisos altos.

"En ningún caso, la información proporcionada por los mapas debe considerarse sustitutiva de las mediciones directas, que son el indicador más fiable del riesgo al que está expuesto cada individuo en su vivienda o lugar de trabajo", sostiene el Consejo de Seguridad Nuclear.

El tabaco y el radón son las dos principales causas de cáncer de pulmón y, si actúan a la vez, para un fumador las posibilidades de enfermar aumenta en 25 veces en comparación con un no fumador, tal como recuerda Propamsa.

Campaña stop radón

Según apuntan desde Propamsa, el sector privado ya trabaja en soluciones innovadoras para, de forma eficaz y económica, se pueda implantar la correspondiente protección tanto en obra nueva como en rehabilitación de todo tipo de edificación. 

La firma señala que, bajo la campaña Stop Radón ha articulado un sistema completo de impermeabilización y aislamiento que actúa como barrera eficaz frente al gas radón evitando que se filtre a través del terreno y se acumule en viviendas, edificios y espacios interiores.