El acusado por el crimen de Velle, durante un juicio en la Audiencia Provincial de Ourense, a 18 de noviembre de 2024, en Ourense, Galicia.

El acusado por el crimen de Velle, durante un juicio en la Audiencia Provincial de Ourense, a 18 de noviembre de 2024, en Ourense, Galicia. Rosa Veiga - Europa Press

Provincia de Ourense

El acusado por el crimen de Velle asegura que no recuerda nada, sólo que tenía "miedo" a la pareja

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Este lunes ha arrancado el juicio por el crimen de Velle en la Audiencia Provincial de Ourense, el primero en la provincia con petición de prisión permanente revisable y que se encargarán de juzgar cinco hombres y cuatro mujeres que integran el jurado popular.

En el banquillo se ha sentado el hombre acusado de asesinar en febrero del 2021 a la novia de su primo y dejar gravemente lesionado a su familiar. Lo sucedido se remonta, concretamente, a la madrugada del 19 de febrero de 2021, cuando el sospechoso, que residía junto a su madre en un galpón en una finca al lado de las víctimas, se acercó hasta el domicilio tras decirle a su progenitora que iba a "matar conejos". Pidió que le abriesen y cuando lo hicieron atacó a los dos convivientes con un cuchillo del que se deshizo en su huida.

La versión del encausado es que no recuerda nada de aquella noche, solo que le "tenía miedo" a la pareja. Sólo ha respondido a preguntas de su abogada en una declaración de tres minutos, y ha añadido que sí recuerda "una" puñalada a la fallecida, porque supuestamente era ella quien portaba el cuchillo con el que "quiso" darle "en el corazón". Así, como presunto acto defensivo ha reconocido que le quitó el arma y con la misma se lo clavó "en la espalda".

Lo dicho por el acusasdo no coincide con la opinión que mantienen ni Fiscalía ni las acusaciones particulares que representan a la familia de la fallecida y a la familia del superviviente, que ven "ensañamiento" y "alevosía", puesto que la mujer presentaba 17 lesiones. Además, creen que, pese al trastorno esquizofrénico paranoide que padece, era consciente de lo que hacía.

Por este motivo, la Fiscalía solicita 24 años de cárcel, 17 por el delito de asesinato y 7 años de prisión más por el delito de asesinato intentado, mientras que las acusaciones particulares solicitan pena de prisión permanente revisable y no admiten atenuantes.

Ataque "sorpresivo e inesperado"

La defensa, por su parte, busca una eximente completa por su enfermedad mental, recordando que "es una persona enferma" que llevaba sin medicarse en nueve meses cuando ocurrieron los hechos.

Así lo han expuesto cada una de las partes en una larga sesión oral en la Audiencia Provincial, donde las tres acusaciones han estado de acuerdo en que el ataque fue "sorpresivo" e "inesperado".

"A día de hoy aún no sabemos por qué lo hizo, es inconcebible, pero era consciente de lo que hacía", ha subrayado la representante del Ministerio Público, que a diferencia de las acusaciones particulares si reconoce la existencia de un atenuante por la esquizofrenia, pero traslada que la patología "no le impedía saber que lo que hacía estaba mal". Además, apunta que las víctimas "no tuvieron la más mínima capacidad de defensa".

El letrado que ejerce la acusación particular en representación de la familia de Ana Balboa, la víctima mortal, Jorge Temes, ha pedido que "no quede impune", relatando que la pareja había "iniciado un proyecto de vida en común", tenían planes de casarse, de tener hijos y de vivir en la casa en la que tuvo lugar el crimen y que planeaban reformar.

"No hay disculpa posible para unos hechos gravísimos. Esa familia es incapaz de seguir con una vida normal", ha indicado en la misma línea la abogada del superviviente, quien tras recobrar la consciencia después del ataque llegó hasta el teléfono para dar aviso a sus padres, y por si no pudiera sobrevivir escribió el nombre del acusado en el suelo con su propia sangre.

"Ese día su vida normal terminó y empezó un calvario. Álvaro ha quedado mermado para el resto de su vida", sostiene su letrada, que cree que el acusado "planificó la acción" y se "buscó excusas".

Daba respuestas "coherentes"

Por la Audiencia Provincial también han pasado una docena de agentes de Policía que han coincidido al afirmar que el comportamiento del acusado "era normal" y que daba respuestas "coherentes".

"Entendía y le entendía", ha manifestado uno de los agentes mientras que otro ha relatado que le preguntó sí quería ir al médico y él lo rechazó.

Los agentes encontraron ropa ensangrentada en el galpón donde vivía el acusado junto a su madre, así como el cuchillo empleado, tirado en una finca entre su galpón y la vivienda donde se registró el crimen.

La policía también ha indicado que la madre del acusado les dijo que su hijo había salido a "matar unos conejos" y la había dejado encerrada en casa. "Mi madre lo que tiene que hacer es tomarse los medicamentos y dejarse de tonterías", con esa frase ha dicho uno de los policías que se excusó el acusado ante los agentes esa noche.

Por su parte, la abogada que ejerce la defensa ha pedido que "se haga justicia y que sea compasiva". "Que se tengan en cuenta las verdaderas circunstancias y el contexto del acusado, que no es un criminal, es un enfermo".

"Vivió en su paranoia y sus delirios, tenía miedo atroz y sentía una amenaza constante", ha defendido la letrada asegurando que "en cierto modo es víctima de sí mismo, de su enfermedad y del abandono total del sistema público a este tipo de enfermos".