SANTIAGO DE COMPOSTELA, 11 Mar. (EUROPA PRESS) –

El PSdeG ha instado a la Xunta de Galicia a comprometerse con la rehabilitación del Templo Votivo do Mar de Panxón, en Nigrán; mientras que el Gobierno autonómico ha recordado que es responsabilidad de la Iglesia Católica, propietaria del inmueble.

Este viernes, en la Comisión de Educación e Cultura del Parlamento de Galicia, la diputada Leticia Gallego ha solicitado la rehabilitación de "la obra cumbre de Antonio Palacios" en Galicia.

La viceportavoz del PSdeG en la Cámara gallega ha denunciado la "inacción" de la Xunta, "que anunció hace 13 años la redacción de un proyecto de rehabilitación del inmueble, pero no ejecutó nada". "Como

sigan así, los daños serán irreparables", ha advertido, tras incidir en el deterioro "alarmante" de un conjunto arquitectónico que lleva 85 años en pie.

A este respecto, ha remarcado que el obispado de Tui-Vigo, a pesar de acometer obras en el edificio hace unos años, "se declara incapaz de asumir el coste de una intervención que debería ser profunda e

imprescindible".

En este sentido, la socialista recordó que, en el año 2009, el Grupo Parlamentario Socialista ya llevó una proposición no de ley a la Cámara gallega que había sido aprobada por unanimidad y donde se instaba a la Xunta a rehabilitar la iglesia, pero, ha incidido, "no se cumplió este acuerdo parlamentario".

La Iglesia Católica, propietaria del inmueble

Por parte de la Xunta de Galicia ha intervenido la directora xeral de Patrimonio Cultural, María del Carmen Martínez Insua, que ha recordado que es la Iglesia Católica la propietaria del inmueble y, por tanto, responsable de su conservación.

Con todo, ha remarcado que la Administración autonómica es "conocedora" de las patologías que afectan al templo, puesto que sus servicios técnicos llevan "años" analizando y buscando las formas "más adecuadas" para acometer la rehabilitación, de acuerdo con la propiedad.

Existe, ha explicado, un informe técnico que recoge las patologías, entre ellas las relacionadas con la humedad en las vidrieras. "Se trata de la restauración de un edificio que supone un reto singular, con escasos precedentes", ha destacado, por lo que, "pese a que es comprensible" el desacuerdo en los tiempos, "es preciso llevar a cabo un buen diagnóstico".