Hoy declara Aitor Curiel, el doctor que certificó que la muerte de Déborah no fue natural

Hoy, en la familia de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa hallada muerta en O Rosal en el año 2002, los nervios y cierta esperanza flotan en el ambiente; una familia que 21 años después sigue luchando por descubrir la verdad de lo ocurrido. Este jueves prestará declaración a partir de las 11:00 horas de forma telemática en el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui Aitor Curiel, el doctor forense que elaboró un informe años atrás en el que señalaba que la muerte de Déborah no había sido por causas naturales.

El informe pericial de Curiel apunta que el fallecimiento de la joven se produjo por sofocación y oclusión de vías respiratorias; "incluso detecta compresión torácico abdominal", explica la hermana de Déborah, Rosa Fernández-Cervera. El médico forense también reflejó en su análisis que el cuerpo de la joven presentaba marcas de defensa en brazos y piernas.

"Lo increíble a estas alturas es que todavía se esté dudando de la etiología de la muerte de mi hermana", declara con cierta resignación Rosa Fernández-Cervera. Para la familia de la fallecida, la declaración de Aitor Curiel, que ellos mismos solicitaron al juzgado, es "crucial".

Esperan que su informe resulte "convincente y concluyente" al juzgado y poder así "cambiar" la "actitud" de la Fiscalía, organismo que baraja la teoría de que la muerte de Déborah fue por causas naturales:"Esperemos que esta sea la declaración que ayude a cambiar la situación del proceso".

Disco duro y móvil de Déborah

La toma de declaraciones del forense Aitor Curiel se produce días después de conocerse el resultado del ‘contrainforme’ de la Guardia Civil sobre la posible manipulación del disco duro del ordenador de Déborah. Los agentes concluyen que no hubo intervención alguna en el dispositivo, aunque en su informe reconocen que no lograron acceder a él y que obtuvieron el resultado usando la imagen creada por los peritos de Lazarus (quienes sí vieron indicios de manipulación).

Así, aunque el abogado de la familia, Ramón Amoedo, asegure que esto no afecta a la investigación de la muerte de Déborah, han solicitado una "pericial contradictoria entre los agentes de la Guardia Civil que han emitido el informe, los peritos de Lazarus y los peritos de la otra parte".

Por otro lado, el análisis del móvil de la joven fallecida, que estuvo en paradero desconocido entre 2006 y 2022, parece estar conduciendo a los peritos a un callejón sin salida. El terminal carece de tarjeta SIM, lo que imposibilita a los expertos de Lazarus extraer cualquier información. "Queda alguna prueba por hacer pero lo más probable es que no merezcan la pena", admitía Manuel Huerta, uno de los peritos de Lazarus, en declaraciones recogidas por Europa Press.