Los sindicatos del sector del metal de la provincia de Pontevedra han conseguido llegar a un preacuerdo con la patronal. Tras varias semanas de protestas, con jornadas de movilizaciones que dejaron contundentes imágenes, sobre todo, en la ciudad de Vigo, parece que se alcanza a ver un horizonte final y el nuevo convenio colectivo está más cerca que nunca.
Fuentes sindicales confirmaban a Europa Press a última hora de este lunes que el principio de acuerdo llegaba anoche tras más de diez horas de reunión. Ahora, lo acordado con la patronal será sometido a debate y votación por parte de los trabajadores. Ellos tendrán la última palabra y decidirán si aceptan la propuesta, que incluye medidas como una subida salarial del 9% en tres años y una reducción de la jornada anual de 16 horas, así como un día adicional de vacaciones.
Por otro lado, aquellas contrataciones que se hagan por picos de trabajo puntuales, conforme a la modalidad de contrato por circunstancias de la producción que contempla la reforma laboral, tendrán una duración de hasta 12 meses, no de seis como hasta la fecha. En la misma línea, las partes se comprometen a establecer un umbral salarial en los contratos formativos, que será de lo correspondiente al SMI para los de obtención de la práctica profesional y del SMI +10% en el segundo año para los de formación en alternancia o FP dual.
Por último y entre otras mejoras, se incrementarán los importes del seguro colectivo en 2.000 euros y se regulará el plus de guardias y disponibilidad y, en materia de licencias, se concederán dos horas adicionales, hasta 24, para acompañamiento de menores o familiares dependientes de primer grado al médico. En este extremo se incluyen también 16 horas para la realización de exámenes oficiales de capacitación profesional.
A raíz de este preacuerdo, los sindicatos del metal han desconvocado la huelga indefinida que iba a comenzar este martes 18 de julio. No ha sido fácil llegar a este punto de la negociación: fueron necesarias hasta 15 reuniones entre patronal y sindicatos para llegar a un acuerdo. La última fue el viernes pasado, cuando ambas partes reconocieron "avances", aunque "mínimos" según criticaron desde los sindicatos.
El secretario general de Asime, Enrique Mallón, ha celebrado este preacuerdo, que será bueno tanto para trabajadores como para empresarios porque traerá "paz social" al sector. "Es un preacuerdo garantista en el que nadie pierde", ha añadido, lamentando que haya tardado tanto este pacto, que ha hecho "sufrir" a las empresas.
Reacción de los sindicatos
Este jueves se reunirán en asamblea los trabajadores del sector, que tendrán la última palabra. No obstante, sindicatos como la CIG valoraron "de xeito positivo" el preacuerdo, ya que garantiza "o mantemento do poder adquisitivo dos salarios e se frean os recortes de dereitos que pretendía impor a patronal".
La CIG aseguró, pese a lo anterior, que seguirá luchando por la subrogación entre empresas privadas. En este sentido, la patronal manifestó que "va absolutamente en contra de la competitividad y es injusto con los trabajadores. La descartamos no por capricho, sino porque no aporta valor al sector".
La opinión de la CIG nada tiene que ver con lo último: "Favorece ás traballadoras e ós traballadores, ao garantirlles a estabilidade laboral, como ás propias empresas, que no caso de deixar un servizo non terían que asumir os custes das indemnizacións".