El exalcalde de Baiona (Pontevedra) Carlos Gómez ha quedado absuelto de un presunto delito continuado de prevaricación administrativa, que se le atribuía a raíz de haberse retirado cinco multas por aparcar en plazas de carga y descarga. La Fiscalía pedía 15 años de inhabilitación para cargo público, después de haber retirado la petición de la pena de cárcel.
La absolución del exregidor socialista ha sido dictaminada este jueves por la sede por la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. La sentencia, informa Europa Press, reconoce que Carlos Gómez firmó las cinco resoluciones por las que se archivaban las multas, después de haber alegado que contaba con una tarjeta que le permitía aparcar en carga y descarga debido a su cargo de alcalde.
Así, la Audiencia señala que las resoluciones dictadas (mediante las que se archivaban sus multas) "no pueden ser tachadas de patente, clamorosa y manifiestamente injustas o arbitrarias", a pesar de que admiten que su deber de abstención era "incuestionable" y el exalcalde no debería haber firmado él mismo los expedientes que le quitaban sus propias multas.
Al respecto, los magistrados explican que la resolución firmada por el alcalde reproduce el contenido de la Propuesta de Resolución realizada previamente por el ORAL, que es un organismo independiente del Ayuntamiento de Baiona que gestiona las multas de tráfico.
"Los firmó sin leerlos"
La sentencia remarca que Gómez alegó que "no se dio cuenta" de que los decretos que firmó el 23 de agosto de 2021 correspondían con denuncias contra él "porque los firmó sin leerlos" y que, aunque fueron un total de cinco resoluciones, "al haber sido firmadas el mismo día podríamos dudar sobre si ese deber de abstención fue conscientemente infringido".
Por otro lado, los magistrados sí destacan que el exregidor sí tuvo conocimiento de estos hechos cuando le notificaron en casa que sus multas habían sido archivados, ante lo que reaccionó no hablando con nadie ni consultado qué podía hacer; en definitiva, "no realizando actuación alguna para tratar de subsanar lo hecho".
De todos modos, la sentencia explica que para que los hechos fueran considerados prevaricación "no basta" con que hubiera infringido el deber de abstención, sino que las resoluciones tendrían que haber sido "injustas, teniendo esta injusticia que ser patente, clamorosa y manifiesta". Y a juicio de la Audiencia, no lo fueron.
Además, se ha reconocido la existencia de una tarjeta que sí lo autorizaba a aparcar en ciertas plazas y "existía cierta confusión" de si también le permitía dejar el coche en la zona de carga y descarga. Por todo ello, la Audiencia Provincial ha decidido absolver a Carlos Gómez.