Galicia cuenta con infinidad de lugares especiales en los que hacer turismo, espacios populares y bien conservados de visita obligada que día a día reciben a cientos de personas. Sin embargo, también hay una gran cantidad de rincones abandonados o en ruinas sobre los que el tiempo ha hecho mella de manera irremediable al no destinar recursos a preservarlos.
Aldeas, edificios, fábricas o monumentos donde la naturaleza ha recuperado lo que es suyo, cubriéndolos de verde, tierra u óxido. Un aura mágica de misterio envuelve estos lugares, permitiéndonos entender qué pasaría si la mano del hombre no tomase partido. En la ficción, los lugares abandonados siempre se han representado con horror, pero el miedo no tiene nada que ver con ellos, puesto que no son más que el recuerdo de un pasado olvidado que permanece.
Repasamos el encanto oculto de algunos de los rincones abandonados de la provincia de Pontevedra, una interesante visita para hacer un turismo diferente.
Bosque Encantado (Aldán)
El conocido como "Bosque Encantado", en Aldán, supone una excelente visita para realizar en familia, ya que los más pequeños quedarán impresionados. En la Finca de Frendoal uno puede encontrase un pequeño castillo cubierto de vegetación entre la frondosidad del bosque, en un lugar que iba a ser una zona de descanso para los condes pero que nunca llegó a terminarse. Un rincón especial en el que sentirse en un cuento de hadas.
La conservera Massó (Cangas)
En 1937 comienza la construcción de esta gran fábrica de conservas y factoría ballenera de Cangas do Morrazo, que se inauguraría en 1942 y estaría activa hasta el año 1993, llegando a ser la mayor planta conservera de Europa y reflejando el imponente poder industrial de la familia Massó. Actualmente la fábrica pertenece a Abanca y su estado está empeorando por momentos. Uno puede acercarse a sus inmediaciones y comprobar por sí mismo lo que fue la época dorada de la industria gallega.
Balneario de Sabaxáns – Casa de baños de Ermelo (Mondariz)
En la parroquia de Sabaxáns, perteneciente al concello de Mondariz, se encuentran los restos de lo que fue un balneario. En su interior -o más bien en lo que queda de él- se conserva una fuente y tres pequeñas bañeras que se utilizaban para el baño de aguas termales. Se trata de una de tantas casas de baño que con el tiempo fueron abocadas al declive pero que, en su momento, hicieron disfrutar a muchos de los beneficios de sus aguas sulfurosas.
Casa da Peste (Cotobade)
En la parroquia de Aguasantas, en el lugar A Godela, se encuentra la conocida como "A Casa da Peste". Construida en el siglo XVIII, gran cantidad de leyendas giran en torno a ella, por lo que atrae a muchos curiosos que buscan conocerla de primera mano. Aunque se dice que en la casa se encerraban a los enfermos de peste, lo cierto es que a día de hoy aún no está del todo claro.
Aldea de Vichocuntín (Cerdedo)
La antigua aldea abandonada de Vichocuntín está situada en el kilómetro 66 de la N-541, y comenzó a despoblarse progresivamente a mediados del siglo XIX como consecuencia de la propia carretera, que hizo que sus vecinos se trasladasen a lo que hoy es la nueva aldea. Vichocuntín es el ejemplo de cómo la naturaleza recupera lo que es suyo, ya que las casas de este lugar están ocupadas por una densa vegetación. Allí uno puede encontrarse grandes hórreos junto a viviendas de dos plantas con hornos de cocer en las que ahora ya solo vive el tiempo.
Fábrica de Santa Clara (Vigo)
En el barrio de Cabral, en Vigo, permanece esta gran fábrica abandonada que un día acogió a la empresa Porcelanas Santa Clara. A día de hoy es una gran mole gris abandonada e imponente, en cuyo espacio se han grabado incluso producciones audiovisuales como la serie La Unidad, de Movistar. En 1941 daba comienzo la actividad en Cabral, después de que el Grupo de Empresas Álvarez (GEA) abandonase sus instalaciones en Casablanca. En 2001 el grupo GEA se encontraba en la ruina y, tras muchos conflictos y litigios, la empresa echaba el cierre.
Aldea de Arufe (Cotobade)
La aldea de Arufe lleva sin habitantes desde hace más de 35 años, sin embargo, son muchos los turistas que acuden a visitarla. Lo cierto es que, las aldeas abandonadas tienen un encanto especial que cualquiera puede apreciar solo con acercarse. Viviendas sin tejado, leiras, hornos, hórreos de piedra… Poco queda de lo que fue Arufe en su momento, pero intentar imaginárselo puede ser una gran experiencia.
Cargadero de Coto Wagner (Redondela)
En Rande, en la parroquia de Cedeira del municipio de Redondela, se conserva el cargadero de la Minero Siderúrgica de Ponferrada que estaban destinados a la carga de minerales como hierro y wolframio. Con un calado de hasta 10 metros y capacidad para que atracasen barcos de hasta 40.000 toneladas, de esta plataforma de metal partieron en torno a tres millones de toneladas de hierro rumbo al extranjero. Uno puede visitarlo desde la distancia y acercarse al museo Meirande, que también se encuentra en Rande.