¿Cuáles son los límites de las inteligencias artificiales? ¿Qué capacidad creativa tienen estas herramientas? ¿Con cuánta independencia del ser humano pueden llegar a actuar? Todas estas dudas llevaban tiempo rondando por las mentes del Colectivo Mariola, agrupación artística asentada en Pontevedra compuesta por Roquekes y Cristina Chiarroni. Se unieron en 2021 y su obra explora las uniones entre la interactividad, los juegos y la infancia con el lenguaje digital y las nuevas tecnologías.
El resultado de sus inquietudes y varios meses de trabajo ha salido recientemente a la luz: AI-Gen, una revista que, más que una publicación, es un experimento creativo elaborado al completo por inteligencias artificiales. Chiarroni y Roquekes han definido el proyecto como "una revista creada por y para las inteligencias artificiales". La segunda parte de esta afirmación ha causado alguna que otra duda.
"Nos han dicho pero si una inteligencia artificial no sabe leer, menudo modelo de negocio", cuenta Cristina, "Por si acaso queda alguna duda, lo de que es para ellas es ficcional. Intentamos huir de cualquier referencia al ser humano o de cosas que ya existan para intentar generar la propia cultura de las IAs y su manera de comunicarse".
Curiosidad y experimentación
"Cuando empezamos a trastear con estas tecnologías, que eran muy primarias todavía sobre todo en el tema de la imagen, ya en su momento teníamos la idea de hacer un fanzine con cosas hechas por inteligencia artificial", explica Roquekes sobre el origen del proyecto AI-Gen. Experimentando con la IA Dall-e (dedicada a la generación de imagen), le pidieron que crease un meme que hiciese reír a una inteligencia artificial; "ese fue el punto de partida".
El fanzine evolucionó en una revista donde las inteligencias artificiales no solo inspiraban el proceso de creación, sino que lo dictaminaban y lo dirigían. Cristina y Roquekes escogieron ese formato de publicación editorial para facilitar la cohesión de los contenidos y trasladarlos a un conjunto legible para el público, que no es que sean las IAS, sino los humanos que se dejen sorprender por la propuesta.
Los jóvenes creadores asumen que AI-Gen no tiene un target concreto y es un producto "de nicho". "Hay que tener un conocimiento y un poco una apertura de mente, tanto de lo técnico como de lo artístico, como para poder valorar en su totalidad el proyecto", razonan. Y dentro de quienes poseen la formación, también surgen contradicciones: quienes entienden la parte técnica valoran su complejidad, pero no pueden ver un interés más allá de lo meramente curioso.
Sea como sea, la revista no deja a nadie indiferente. Tanto la parrilla de contenidos como la producción en sí está hecha por varias inteligencias artificiales, incluso la elección del nombre o el diseño de la portada. En concreto, Cristina y Roquekes utilizaron modelos de generación de texto (GPT-3, Bloom, GPT-Neo, GPT-J y ChatGPT), IAs para generar elementos gráficos (VQGAN+CLIP, DALL·E 2, Midjouney, Stable Diffusion, Craiyon ), para interpretación de imágenes (Clip Interrogator), para mejorar la resolución de las imágenes ( Gigapixel AI), para traducir los textos (DeepL) y para crear piezas musicales (Texto-to-Music).
La IA elige y produce
¿Qué significa esto? ¿Cuál es entonces el papel de Cristina Chiarroni y Roquekes? Tal y como explican los artistas, ellos se encargaron de hacer un "cribado" de lo que generaban las inteligencias artificiales, siempre con el objetivo de mantener resultados genuinos y alejados de "lo humano". Por ejemplo, para la sección de pasatiempos tuvieron que repetir el comando a la IA "una y otra vez" hasta que esta propuso juegos que no existieran previamente.
El diseño y la maquetación también corrieron a cargo de las inteligencias artificiales, que decidieron cuál debía ser el tamaño de letra o el interlineado. "Como diseñadora gráfica hay cosas que yo jamás haría, pero nos ceñimos a sus reglas", declara Cristina.
En la portada del primer número se puede ver a una mujer rubia de gafas: se trata de la representación de Siri, el archiconocido asistente de voz de Apple. La elección fue de las propias IAs, que propusieron que debía aparecer "una IA reconocida para atraer público". Así, en el interior de la revista podemos leer una entrevista con la propia Siri, quien dio las pautas sobre cómo sería su aspecto físico. Roquekes y Chiarroni se encargaron de trasladar sus instrucciones a una IA de generación de imágenes para obtener esos retratos que acompañan la revista.
Junto al primer tomo de AI-Gen viene el Manifiesto del Artificialismo. Este texto expresa el pensamiento de las inteligencias artificiales sobre cómo debe ser el arte hecho con ellas sin la intervención del ser humano. Para Roquekes, es el mayor logro del proyecto, pues recopila las bases, las características que debe tener este arte para ser considerado como tal y han sido las propias IAs quienes han llegado a ellas.
Perspectivas de esta tecnología
Lo cierto es que la propuesta que trae el Colectivo Mariola es pionera y tal vez, adelantada a los tiempos que corren, donde gran parte de la sociedad todavía no comprende qué es exactamente una IA o qué peso puede tener en sus vidas. "Creo que aún falta que se conozca la existencia de estas herramientas y darse cuenta de que ya forman parte de nuestro día a día. Mucha gente lo que siente es miedo hacia ellas.", reflexiona Cristina Chiarroni.
La aparición de las inteligencias artificiales y su desarrollo creciente abre nuevos debates en la sociedad. ¿Podrán llegar a sustituir al ser humano? Chiarroni piensa que son "una herramienta más que podemos implementar en nuestro trabajo". Roquekes, por su parte, ve normal que exista cierto temor hacia ellas, que achaca al "desconocimiento general", a la "falta de control" y también a los "problemas inherentes" de estas tecnologías.
"La mayor parte son empresas americanas con un sesgo occidental, paternalista, homófobo y racista", apunta el creador. Por ello, las inteligencias artificiales, que no son otra cosa que un invento humano, acarrean esas ideas y "ensalzan" los problemas "inherentes" a nuestra especie, no son del todo entes independientes.
En cuanto a la cuestión de si las IAs reemplazarán a los hombres, Roquekes cree que serán los sectores más "precarizados" de la sociedad quienes sufran estas consecuencias. Los empleos mal pagados "probablemente se vean sustituidos por una persona que sepa controlar estas herramientas", que serán las que pasen a hacer el trabajo en sí.
Pese a todo, el Colectivo Mariola declara que el arte, la cultura vista como algo más que un puente utilitario, no será reemplazable por una tecnología: "A la hora de querer ver a personas expresándose, contando sus experiencias, sus perspectivas, eso no desaparecerá", concluyen.