Dicen de los gallegos que somos "muy riquiños" y, además, nuestro acento es uno de los que más simpatía despierta entre el resto de españoles. La sonoridad de un sufijo como el -iño, tan presente en nuestro léxico, impregna tanto el gallego, como el castellano hablado por los gallegos, de un halo de dulzura que conquista a todo el que nos escucha.

Pero los gallegos también nos enfadamos -aunque parezca mentira- y cuando eso ocurre tenemos un buen arsenal de insultos para desquitarnos. Y con respecto a esto último da igual que seamos gallegoparlantes, castellanoparlantes o bilingües: A la hora de elegir descalificativos tenemos una preferencia común.

Seguro que muchos de nuestros lectores pueden anticipar a qué palabra nos referimos. Y es correcto, pues se trata del vocablo más versátil de la lengua gallega más coloquial: Cuando los gallegos nos cabreamos no mandamos a nadie a la mierda, sino al carallo. Más concretamente, decimos algo así como "Vai ‘pro’ carallo!" -gallego- y "¡Vete al carallo!" -en castellano-.

¿Y qué es el carallo? Pues, para quien lo desconozca, es la forma coloquial con la que denominamos en Galicia al órgano reproductor masculino, siendo cona la elegida para el aparato reproductor femenino y muy popular también en su uso peyorativo: "Cago na cona que te pariu/botou" -consideramos que la traducción es fácil de hacer-. También decimos "A cona!" cuando algo no nos sale bien o queremos mandar lo que sea que estemos haciendo "al carallo".

Cabe señalar aquí, que carallo también tiene acepciones positivas, por ejemplo, cuando se utiliza en la frase "Ir de carallada", en alusión a salir de fiesta; pero también para escarallarse con una broma -lo que en castellano sería reírse-, o para indicar grandeza -como ocurre en "Fai un sol de carallo"-.

Los insultos en gallego más utilizados:

Sin ánimo de "mal educar" a nuestros lectores -ni parecerlo nosotros-, aquí dejamos un listado con algunos de los insultos gallegos más utilizados -lo cierto es que hay cientos-, pues nunca se sabe cuando pueden hacer falta. Seguro que alguno les sorprenderá:

  • Pailán: Según la Real Academia Galega, que tiene maneras "rústicas" y no se sabe "conducir" en el trato social.
  • Falabarato: Persona que habla por hablar y que vendría a ser el "aquí hablar es gratis" de los gallegos.
  • Parvo: Según la RAG, que demuestra "poca inteligencia" o que se deja engañar fácilmente. También se dice de una persona que resulta "molesta". Es importante destacar aquí que parvo también tiene un significado positivo e, incluso, cariñoso: Para definir a alguien bromista o para indicar que nos ruborizamos cuando nos dicen algo bonito.
  • Langrán: La RAG lo define como un adjetivo para referirse a alguien "alto y fuerte" pero "poco amigo" de trabajar. Sus sinónimos serían folgazán, galbán, lacazán, preguiceiro.
  • Fodechincho: Los académicos de la lengua gallega todavía no reconocen este vocablo que, sin embargo, hoy día es uno de los más utilizados como insulto. Es el que define, principalmente, a aquellos turistas que ocupan los arenales gallegos en verano y que muestran desconocimiento sobre nuestra cultura y nuestras costumbres hasta el punto de quedarse varados con su coche en la ría o protestar porque la carta de un restaurante está escrita en gallego.
  • Mexeriqueiro: Alguien que se queja de todo o que se muestra siempre muy afectado por cualquier cosa.
  • Papaostias: Sería similar al "papanatas" castellano, un insulto que, según la RAE, se utiliza con personas "simples y crédulas" o "fáciles de engañar".
  • Lercho: Según la Real Academia Galega, alguien que habla "mal" de los demás y que cuenta cosas "que debería callar". También lo asimila a laretas o lingoreteiro. Sin embargo, hay quien emplea lercho como sinónimo de tonto.