A Mangallona, la casa-museo convertida en un refugio para el arte y la cultura en Cangas
Este ecléctico espacio museístico se ha convertido en un lugar de encuentro para el arte y la cultura, con todo tipo de actividades programadas y una colección dedicada a la obra del pintor local Camaño Xestido y otros artistas del calibre
9 agosto, 2024 05:00Cada casa-museo alberga en sus entrañas una idiosincrasia muy particular vinculada a todo tipo de personalidades, épocas, sociedades y hasta riquezas. Y es que estos modelos de institución museística tienen la particularidad de poder reflejar una serie de valores a través del ámbito doméstico, sobre todo porque cada uno de ellos es el resultado de las necesidad de expresión de la persona o las personas que la han habitado ―o incluso de su restaurador. En el caso particular de Cangas do Morraza, A Mangallona es esa casa-museo que se presenta al mundo como un espacio de convivencia para el arte en el que están expuestas más de 3.200 pinturas y esculturas. Además, se trata de una fundación muy especial en esta comarca de las Rías Baixas ya que aglutina parte de la vida y obra del pintor cangués Camilo Camaño Xestido, el cual se hizo con la propiedad ya en la década de los setenta.
El espacio socio-cultural que da forma en el presente a la casa-museo A Mangallona se distribuye a lo largo y ancho de cuatro edificaciones y alrededor de once salas donde se exhiben miles de piezas del pintor cangués, así como un nutrido número de obras de autores nacionales e internacionales. Al margen de la citada colección permanente, cabe destacar que en el interior de esta antigua casona se llevan a cabo todo tipo de actividades que tienen como hilo conductor al arte y la cultura. Además, el espacio cangués también puede presumir de tener un rincón muy especial dedicado a los libros y la literatura, con una pequeña biblioteca y sala de lectura que pone el broche de oro a este ecléctico lugar en Cangas do Morrazo.
Breve historia de A Mangallona
Corría la década de los años setenta cuando Camilo Camaño Xestido empezaba a hacerse con las fincas aledañas que rodeaban a la vivienda principal con el objetivo final de adquirir un inmueble que llevaba demasiado tiempo sufriendo los achaques del tiempo y el abandono más absoluto. Su última moradora había sido una mujer llamada doña Leonor, hija del Señor de las Fragas y más conocida en el pueblo como la Mangallona, de ahí que la actual casa-museo lleve su nombre en honor a este personaje tan singular que habitó los últimos años de gloria de la casona y que ahora forma parte de la historia eterna de Cangas do Morrazo.
Cabe mencionar el hecho de que la peculiar personalidad de su antigua propietaria también contribuyó a avivar ese halo de misterio y leyendas que envuelve desde hace décadas a la propiedad que ocupa actualmente el museo, convertida durante los últimos años de vida de la Mangallona en un lugar de la encuentro para la celebración de todo tipo de fiestas, bacanales, rituales de brujería y hasta sacrificios. Incluso los relatos populares de la zona mencionan la existencia de ruidos y destellos inexplicables justo tras el fallecimiento de doña Leonor. No es de extrañar por tanto que esta vivienda canguesa se ganara a pulso los sobrenombres de la Casa das luces o Casa das bruxas.
Sea como fuere, la realidad es que ninguna persona o entidad se atrevió a habitar la mansión desde la muerte de doña Leonor, a excepción de su uso durante un breve período de tiempo como escuela unitaria masculina allá por los años cincuenta. De hecho, como dato curioso merece la pena recordar que en ese pequeño intervalo de tiempo en el que la vivienda sirvió como centro docente, el recinto también era conocido en el pueblo como la "Escola da Mangallona".
Así es ahora la casa-museo de A Mangallona
A Mangallona, A Pedra da Moura y A Capela o Casa do Artista dan forma en la actualidad a este singular conjunto museístico en el corazón de Cangas do Morrazo. Las tres edificaciones mencionadas acogen las once salas en las que se encuentran expuestas varios miles de obras de arte bajo la firma de Camilo Camaño Xestido (Coiro-Cangas, 1951), la eterna figura del sombrero de copa y un peculiar bigote que siempre ha centrado su producción artística en la naturaleza y el entorno social que le rodea. No obstante, en esta casa-museo también hay cabida para las piezas de otros artistas consagrados o emergentes, tanto de dentro como fuera de nuestras fronteras, que permiten al visitante sumergirse de lleno en el mundo del arte y la cultura en su sentido más amplio.
Por mencionar un par de ejemplos, en la primera de las salas de la vivienda principal (conocida como Sala Soto) predominan las piezas enmarcadas entre finales de los años sesenta y principios de los setenta, primera de las etapas consolidadas del artista local, destacando la presencia figurativa y realista a través de la iconografía costumbrista. El segundo nivel de la casa acoge otras dos salas, una de ellas con una corriente más abstracta y conceptual, mientras que la segunda de las mismas refleja, entre otras cosas, dos realidades antagónicas en temática y ejecución que mantienen un mismo hilo conductor: la negritud. En la cuarta sala del edificio principal ya se empiezan a ver también obras de otros artistas consagrados e incipientes tanto del mundo del arte como la escultura, la fotografía y otras manifestaciones plásticas.
Siguiendo el recorrido por A Mangallona, la Sala 8-Obradoiro se presenta como el auténtico laboratorio creativo del artista local. En este rincón Camaño Xestido pinta, esculpe, experimenta y crea distintas maneras de narrar a través de la plástica. Esta suerte de taller sirve también como lugar de encuentros y tertulias entre amigos del pintor o visitantes del espacio. Por otro lado, el edificio anexo a la casona principal, la sala Pedra Moura, esconde una amplia colección de retratos de las distintas épocas creativas de Camaño Xestiño. Lo más curioso es que anteriormente había servido de taller y en el presente es utilizada como punto de reunión de distintos actos sociales y culturales de la parroquia. Y ya en la última de la salas, los visitantes de la casa-museo encontrará la biblioteca, fonoteca, videoteca y filmoteca de A Mangallona. Además, los exteriores del conjunto arquitectónico-museístico también acogen un amplio abanico de obras escultóricas que merece la pena descubrir.