Una joya gótica a orillas del Miño: así es la única catedral de la provincia de Pontevedra
La Catedral de Santa María de Tui fue construida en el siglo XII bajo un estilo románico tudense, si bien las reformas posteriores le otorgaron un aspecto gótico muy marcado así como ciertos aires de fortaleza medieval
28 agosto, 2024 05:00Son muchas las iglesias, basílicas y catedrales que se extienden por todo el territorio gallego como importantes centros de culto, pero también como monumentos con un enorme atractivo arquitectónico, cultural y artístico. Hay que tener en cuenta que estos lugares sagrados presentan distintas particularidades y características que nos indican el nivel de importancia que tienen dentro del universo religioso. En lo que respecta a las catedrales, estas conforman templos donde el obispo tiene su sede o cátedra. Es decir, la catedral es la iglesia principal de una diócesis y el lugar en el que el obispo se encarga de difundir la doctrina religiosa.
Tierra de ancestrales tradiciones y profunda espiritualidad, Galicia alberga entre sus límites algunas de las catedrales más impresionantes y emblemáticas de toda España. Cinco tesoros arquitectónicos se levantan por toda la región como auténticos guardianes de la historia y el arte, convertidos en símbolos eternos de la cristiandad y del patrimonio religioso. En el caso particular del sur de Galicia, la única catedral existente en la provincia de Pontevedra se erige imponente sobre un promontorio a orillas del río Miño, justo en la frontera que nos une y separa de Portugal. Esta maravilla del gótico religioso mantiene una singular apariencia de fortaleza medieval y está considerada el máximo exponente artístico de la histórica localidad de Tui. Como dato curioso merece la pena mencionar que en 1959, el nombre original de la diócesis fue modificado por el de Diócesis de Tui-Vigo, designándose como concatedral a la Colegiata de Santa María de Vigo.
Breve historia la Catedral de Santa María
Declarada Bien de Interés Cultural desde 1931 y situada en la parte más alta de la villa de Tui, la Catedral de Santa María hunde sus raíces a principios del siglo XII. Su construcción se inició en el año 1120 y finalizó alrededor de 1180, en una época en la que predominaba el estilo arquitectónico románico. De hecho, la influencia arquitectónica de la catedral se extendió por toda la región del Miño gallego y portugués, donde las iglesias parroquiales y monacales que siguen en pie (como Santa María de Tomiño o São Fins de Friestas, entre muchas otras) mantienen las formas decorativas del románico tudense. Ahora bien, esta sede episcopal sólo conserva del románico la planta de cruz latina, la puerta norte y algunos capiteles adornados con una curiosa iconografía.
Cabe destacar que, al igual que sucedió con otras muchas catedrales a lo largo y ancho de toda la península Ibérica, la estructura de este templo pontevedrés también sufrió importantes reformas que la han llevado a combinar dos artes arquitectónicos en su conjunto. Es por ello por lo que su fachada actual luce un aspecto gótico muy marcado, ya que fue modificada alrededor del año 1225. De hecho, una vez llegados a los pies de la Catedral de Santa María, el pórtico de entrada que nos recibe constituye el primer conjunto escultórico gótico en la península Ibérica. Su semblante externo también recuerda al de una antigua fortaleza medieval, en parte, debido a sus torres almenadas, arcos apuntados y sus pasadizos. Uno de los más famosos es el conocido como túnel de las monjas clarisas, el cual comunica esta zona alta de la ciudad con el entorno de las murallas.
Ya en el interior de la catedral destacan tres naves de la época románica y algunos sepulcros medievales. El resto de la construcción presenta también un estilo gótico del siglo XIII. Dentro del citado movimiento arquitectónico, el claustro conforma otro de los elementos góticos más importantes de la Catedral de Tui, el único medieval conservado de entre todas las catedrales gallegas. Dicho claustro fue construido en la segunda mitad del siglo XIII bajo un estilo gótico cisterciense. Este espacio en las entrañas del templo experimentó una importante restauración en el año 1409, momento en el que se añadieron varios enterramientos góticos y la torre defensiva de su ángulo suroeste. Ya en 1424 se añadiría al costado norte de la estructura la torre de San Andrés, capilla funeraria del Obispo Juan Fernades de Soutomaior II y un ejemplo único del carácter de fortaleza de este templo tudense.
Legado y Museo Catedralicio
En el presente, la Catedral de Santa María acoge en su interior el Museo Catedralicio Diocesano, un espacio museístico enmarcado en la Capela de Santa Catarina. La exposición permanente está formada por las piezas que componen el denominado Tesoro Catedralicio, el cual incluye todo tipo de piezas como cálices, cetros procesionales y un sinnúmero de ornamentos sagrados. Entre los elementos expuestos destaca el asiento realizado por el orfebre Juan de Nápoles Mudarra en el año 1602, así como una imagen en madera policromada de la Virgen con el Niño Jesús que data de entre finales del siglo XIV o principios del XV.
También en el claustro y la sala capitular de la catedral tudense es posible visitar una interesante sección arqueológica en la que se exponen piezas procedentes de distintos yacimientos entre los que se encuentran varios sarcófagos medievales, laudas visigóticas o antiguas rejas de la catedral. Además, como broche de oro a la visita cultural, desde la Torre da Homenaxe también podremos disfrutar de una panorámica extraordinaria del trazado fluvial del río Miño, el callejero de Tui y gran parte de la frontera portuguesa.