Capilla de Cristo Rey

Capilla de Cristo Rey pontecaldelas.gal

Cultura

La ermita con forma de torreón coronada por una balaustrada y una escultura en Pontevedra

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En el corazón de las Rías Baixas, Ponte Caldeas se erige como uno de los detinos termales más emblemáticos del sur de Galicia. Este pintoresco municipio combina la serenidad de sus aguas curativas con un casco histórico que parece sacado de un cuento. Sus callejuelas empedradas entrelezan casas indianas y elegantes construcciones señoriales, creando un entorno mágico donde el pasado y el presente se dan la mano. Además de su fama como villa termal, Ponte Caldelas también alberga un sinnúmero de tesoros que nos hablan de su importante legado milenario. Entre ellos destaca el Área Arqueolóxica de Tourón, uno de los conjuntos de petroglifos más importantes de la región y un reflejo digno de la rica herencia rupestre en Galicia. 

Por si la cultura del agua y el legado antiguo no fuese suficiente, el patrimonio espiritual de Ponte Caldelas tampoco se queda atrás. Iglesias como la románica de Santa María de Tourón o las barrocas de San Martiño de Xustáns y Santa Baia ―punto de partida de un Via Crucis que culmina en el Sagrado Corazón― ofrecen una ventana abierta a siglos de historia, fe y esperitualidad

Pero más allá de estos ejemplos, en el Alto de Xustáns, también llamado Monte de Cristo Rei, se esconde una de las joyas más curiosas y desconocidas del municipio: una ermita de planta cuadrada, única en su estilo y cargada de simbolismo. Construida a finales del siglo XIX, esta singular capilla llama la atención no sólo por su insólita geometría, sino también por la balaustrada que la corona y la solemne imagen pétrea de un Cristo barbado y rígido que preside el conjunto. Un auténtico tesoro oculto que merece la pena descubrir ya que rompe los moldes tradicionales del patrimonio religioso en Ponte Caldelas.

Un remanso de paz con vistas a la ría de Vigo

Cruz en el Alto de Xustáns

Cruz en el Alto de Xustáns Google Earth Ponte Caldelas

Al sur de la ciudad de Pontevedra, en uno de los cinturones verdes que rodean a la capital provincial, se encuentra un enclave de gran valor natural y paisajístico: el Parque Forestal do Monte da Fracha. Este sistema montañoso se despliega en distintas cimas que oscilan entre los 200 y los 540 metros de altitud, ofreciendo un refugio de paz y serenidad con unas vistas espectaculares de las Rías Baixas. 

En la vertiente oeste de esta sierra, ya en los límites del municipio de Ponte Caldelas, se alza el Alto de Xustáns, también conocido como Monte do Cristo Rei, con una elevación que supera los 430 metros sobre el nivel del mar. Desde este privilegiado mirador natural, la panorámica se abre camino desde el propio municipio caldelense hasta el trazado urbano de la ciudad del Lérez. De hecho, sobre esta cima también destaca la figura de una cruz de piedra, erigida sobre un afloramiento granítico natural desde el cual también podemos observar buena se ver parte de la ría de Vigo, las islas Cíes y el valle del río Verdugo. Además, en el entorno también destacan varios grabados y restos de mámoas, como es el caso del Petroglifo da Bouza y de Outeiro Redondo. 

El santuario del Monte do Cristo Rei

Área recreativa en el entorno de la capilla

Área recreativa en el entorno de la capilla pontecaldelas.gal Ponte Caldelas

Este refugio natural en Ponte Caldelas esconde un tesoro que va más allá de sus espectaculares vistas. En lo más alto de esta loma pontevedresa se localiza un santuario único en las Rías Baixas: una ermita de planta cuadrada cuyos orígenes se remontan al año 1895. Pese a todo, cabe recordar que la estructura que se conserva en la actualidad se corresponde con una ampliación llevada a cabo a principios del siglo XX sobre la anterior construcción. 

A primera vista, el visitante podría confundir la estructura y su funcionalidad con un pequeño torreón defensivo, pero si nos acercamos lo suficiente veremos que en su interior alberga un retablo con la imagen del sagrado Cristo Rei, exhibida en un estilo bastante modernista. En el exterior, la parte superior del templo, rodeado por una balaustrada de piedra, se encuentra coronada por una escultura pétrea del mismo Redentor, labrado de manera frontalista y cuya silueta se muestra abriendo su manto con las dos manos para mostrar su corazón cercado por una corona de espinas. A los pies de la escultura también se distingue una delicada estructura de hierro que sostiene la campana de esta curiosa iglesia caldelense. Sin duda un lugar extraordinario que, entre historia y devoción, sorprende tanto como el paisaje que lo rodea.