‘O que queda de nós’: de las aulas de la UVigo a los festivales de cine
El cortometraje producido por O Faiado Filmes nació como un trabajo de clase, pero sus integrantes decidieron llevar este thriller un paso más allá
11 octubre, 2021 06:00La juventud vuelve a demostrar que el talento no lo determina la edad. El curso pasado, un grupo de alumnos y alumnas de tercer curso de Comunicación Audiovisual decidieron transformar un trabajo de clase en (para muchos de ellos) su primer proyecto profesional. Idearon y produjeron O que queda de nós, un thriller en formato cortometraje. La cinta, íntegramente en gallego, ha estado presente este verano por multitud de festivales de cine y continúa acumulando menciones.
O que queda de nós nació de dos asignaturas paralelas. Por un lado, los estudiantes debían trabajar la imagen de una productora audiovisual y, en otra materia, crear un cortometraje de ficción. Miguel Abad, guionista y director de la obra, había ideado otros proyectos bajo el nombre de O Faiado Filmes, así que lo aprovecharon para la ocasión.
El equipo, formado por 12 estudiantes, se tomó muy en serio la tarea, cada departamento, cada función. Todos tuvieron claro que O que queda de nós no podía quedarse en un mero trabajo de clase.
De dónde nace la historia
Miguel Abad, guionista y director, cuenta que llevaba meses con ciertas imágenes en su mente: "Si tengo esas imágenes más de un mes es que igual merecen la pena para hacer algo con ellas". Fotogramas concretos de una película que todavía no existía. Imaginaba a una madre y a una hija, las situaba cazando, esbozaba un paisaje lluvioso y gris. Comenzó a escribir el guion para el corto siguiendo esas ideas.
Su inspiración fue la película Deliverance (1972) o el videojuego The last of us (un homenaje a su contexto y a su decadencia), así como las cintas The lobster (2015), Raw (2016) u Ons (2020) en cuanto a tratamiento del color y la imagen.
En O que queda de nós el espectador encuentra la historia de una madre y una hija que salen juntas a cazar. La niña quiere disparar, pero su progenitora piensa que todavía no está preparada. Un día pierden a los perros que las acompañan en las batidas y las cosas se complican. Todo se desarrolla en poco más de quince minutos.
El rodaje
"Se inició como un trabajo de clase, pero el grupo que formamos lo llevó más allá", explica Lucía Carrera, una de las productoras del corto. Los miembros de O Faiado se desplazaron a grabar a Fonsagrada, un municipio montañoso de la provincia de Lugo. Estuvieron cinco días grabando en los montes de la zona.
Consiguieron el apoyo del Concello de Fonsagrada para alojarse allí durante el rodaje. No tuvieron ayuda directa económica, y el dinero que gastaron formaba parte de un peto aportado entre todos los del equipo. Desde la Facultad de Comunicación de la Universidad de Vigo también les animaron con el proyecto, al ver que estaban tan implicados en hacerlo realidad, y les prestaron el material técnico que necesitaban como la furgoneta para transportarlo.
"Por supuesto esto no es la forma de hacer las cosas", aclara Miguel respecto al tema de la financiación del proyecto, "pero no hay que olvidar que esto empezó como un trabajo de clase, aunque nunca fuera solo eso, y es normal no tener dinero para ello". Y en casos así, el ingenio se agudiza y lograron sacarlo adelante, como explica Lucía, "hablando con el concello, con tiendas de aquí y de allá, con personas que pueden aportar algo".
Los rodajes no son fáciles y hay muchos imprevistos, pero Lucía señala que tuvieron "suerte" a la hora de grabar. El cortometraje está protagonizado por dos actrices gallegas, María Costas y Lidia Veiga, que apoyaron al equipo más allá de sus papeles. Miguel Abad lo confirma: "Se involucraron mucho, son personas con una inteligencia emocional enorme".
"Habla muy bien de nosotros que saliera algo de estas características cuando era la primera vez para más de la mitad del equipo", afirma Miguel. Grabaron bajo la lluvia, en medio de las montañas de Fonsagrada, algo que era "jodido de hacer".
La alta implicación de todos los integrantes resultó la clave del éxito: "No solo somos los doce que estamos grabando, también están las actrices, el concello y toda la gente que se involucró", dice Lucía Carrera. El cortometraje y la imagen en redes de O Faiado tienen un aspecto profesional donde pasa inadvertido el hecho de que, en un principio, era solo un proyecto de la universidad.
Más allá de las cámaras: la experiencia de los festivales
"Yo sabía que el corto, una vez acabado el rodaje, al menos aquí en Galicia iba a moverse", dice Miguel Abad, "Creía que el guion estaba bien, podía funcionar". Lo que les está sorprendiendo es que O que queda de nós esté "viajando", "saliendo de nuestras fronteras". Estuvo en Israel a finales de septiembre, se proyectará en Argentina, y también está recorriendo diferentes lugares de España.
Hasta ahora han cosechado veinte selecciones en tres meses. Abad se muestra muy agradecido con los resultados, y recalca que "nadie se lo esperaba". También le enorgullece que el corto esté funcionando así de bien estando en gallego, una muestra de que el idioma no es -ni mucho menos- un impedimento sino una herramienta de comunicación.
O que queda de nós puede presumir de haber estado en Cans (donde su protagonista, Lidia Veiga, recibió el premio a mejor interpretación femenian), en el FicBueu o en el Galicia Freaky Film Festival, de las citas cinéfilas más destacadas de Galicia.
El dinero que están recibiendo por los premios lo invierten en la distribución del corto. Distribuir, afirman ambos, es caro. Hacer las copias y exportar en los diferentes formatos que piden en los festivales tiene un coste elevado. Además, también cuesta dinero enviar una pieza al festival, pues se establecen tasas de inscripción.
A pesar de que Miguel y Lucía declaran que el equipo que se conformó para O que queda de nós no seguirá trabajando unido, seguramente O Faiado Filmes continúe firmando proyectos. Y para quien tenga curiosidad, en aquella asignatura que les animó a emprender esta aventura finalmente sacaron un 9.