El jurado del Festival Primavera do Cine de Vigo, integrado por la cineasta Aldara Pagán, el docente y escritor Álex Mene, y la traductora y docente Sofia Henrique, decidió otorgar el premio al mejor largometraje a Amor Fati, de la portuguesa Cláudia Varejão. El galardón premia la "poesía que destila en cada una de sus imágenes. Una película que nos enseña a vivir el amor sin etiquetarlo, más allá de las convenciones que limitan la libertad de disfrutarlo independientemente de cómo se materialice ese amor". El premio del público, el galardón más importante de este festival, recayó también en este caleidoscopio audiovisual sobre la excepcionalidad de lo cotidiano y la cotidianidad de los momentos excepcionales.
El acto de clausura del festival tuvo lugar este domingo 18 y contó con la presencia de varios de los premiados, así como de la diputada y concelleira Ana María Mejías, y la responsable del Instituto Camões de Vigo Célia Mendes. La dramaturga Lola Correa encabezó un acto de clausura amenizado por los temas de los hermanos Cunha que también incluyó la entrega de la Mención de Honor al Cineclube Lumière, que recogieron uno de sus fundadores, Fran Estévez Álvarez, y su actual directora, Meli López.
El premio del público al mejor cortometraje gallego recayó en Sauerdogs, un aclamado cortometraje dirigido por el vigués Guillermo de Oliveira que conserva todo el romanticismo del western más clásico.
El trabajo final del jurado fue otorgar el premio CREA a la mejor dirección, que recayó en el cineasta vigués David Varela por su trabajo en Un cielo impasible. Aldara Pagán justificó la decisión aludiendo a su capacidad para construir un diálogo intergeneracional de gran interés sobre un tema fundamental como es la Guerra Civil Española.
El cineasta vigués Fon Cortizo entregó el premio del público al mejor videoclip, que recayó en Ceras Rosas, pieza dirigida por Silvia Coca para el segundo disco de Dani.
Finalmente, las niñas Xoana Silva y Noa Lago, junto con el niño Breixo Silva, subieron al escenario del Auditorio do Concello para entregar el premio al mejor cortometraje infantil a Napo, una conmovedora pieza de animación realizada por el brasileño Gustavo Ribeiro que trata sobre la relación entre un abuelo y un nieto a través de fotografías que ayudan a desarrollar la imaginación del pequeño y reconstruir la memoria del abuelo.