Un accidente de coche le dejó en una silla de ruedas con 26 años. A partir de aquella desgracia, el vigués Gonzalo Suárez inició un proceso de reconstrucción, y lo hizo con una cámara en la mano. "A los dos días del accidente, cuando recuperé la consciencia, pedí que me trajesen una cámara", relata a Treintayseis en el hall del Auditorio Municipal del Concello de Vigo, donde estos días se está celebrando el Festival de Cine Inclusivo que él mismo puso en marcha.
Este viernes se proyecta en este mismo festival y por primera vez en la ciudad A cero.5, un documental del propio Gonzalo en el que narra su vida desde aquel accidente. Entendió que aquello que le había pasado "era algo excepcional, fuera de la norma" y que tenía que registrarlo, llevarlo a su terreno, al del cine, para lo que había estudiado en Madrid. "También era un modo de auto rehabilitación, porque era hacer algo activo estando encamado, decirle a alguien que cogiese la cámara y grabase una u otra cosa. No quería ser un paciente sin nada que hacer más que esperar".
A cero.5 contiene 78 minutos de metraje en los que se mezclan imágenes familiares, animación y el metraje rodado durante 11 años, desde 2006 hasta 2017, "y algo más que rodé después", puntualiza Gonzalo. La selección de ese material fue larga, pero no tan complicada como el proceso de montaje, en plena pandemia, condicionado por el confinamiento y las restricciones, que alargó el trabajo. También en esa época se llevó a cabo la parte animada, donde Gonzalo se convierte en narrador de las imágenes que recrean de la manera más fiel posible el accidente de tráfico que sufrió.
Pablo Beiro y el baloncesto en silla de ruedas
De estudiar en Madrid, pasó a estar ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo seis meses y regresó a Vigo. Aquí, la única forma de practicar deporte que encontró fue el baloncesto en silla de ruedas, y es ahí donde aparece la figura de Pablo Beiro, presidente del Amfiv, que falleció en 2015. Él fue el que le dio acceso a una pista de baloncesto sobre ruedas y a ver de cerca la práctica profesional de un deporte de lo más cinematográfico.
"Es el deporte rey y es espectacular. Pueden jugar hombres y mujeres juntos y es como una partida de ajedrez, porque no todos tienen el mismo nivel de discapacidad. Hay gente que te sorprende con lo que es capaz de hacer", describe Gonzalo, que vio en el deporte un elemento imprescindible para hablar de muchos temas que rodean a la discapacidad, al compañerismo y a un deporte de impacto, el metálico de las sillas y el de los cuerpos, con caídas espectaculares e increíbles formas de volver a depositar las ruedas sobre el firme, "un universo que no ha retratado nadie". "Entre las grabaciones hay mucho metraje deportivo y de la convivencia con el equipo del Amfiv, ahí el material se transforma, además comienzo a grabar con multicámara, ya no ruedo solo".
Cuando comenzó a estudiar para hacer cine, su idea era hacer ficción, no un documental, pero la vida le abrió ese camino y no lo desaprovechó. De hecho, A cero.5 ha pasado por la Seminci de Valladolid, está disponible en la plataforma Filmin y ahora viajará por Barcelona, Moscú o Kentucky. "El recorrido de la película está siendo muy satisfactorio y, aunque para mí como director está siendo muy lento, todo lo que me llega tanto de crítica como de espectadores es bueno y positivo".
Los nervios ahora son los de jugar en casa, los de proyectar su documental y ópera prima en Vigo y en el festival que él mismo ha visto crecer, aunque muchos que asistirán, reconoce, no será la primera vez que lo vean, "los hay que repiten, pero eso también es una buena noticia". Hoy, a partir de las 21:00 horas, en el cine Salesianos y fuera de concurso, A cero.5 se proyectará por primera vez en su ciudad.
Festival de Cine Inclusivo
Lo que comenzó como un proyecto con los alumnos de la Escuela de Audiovisuales de Bouzas, donde Gonzalo es profesor, para hacer el cine más accesible, subtitulando y audioescribiendo material audiovisual, fue creciendo hasta convertirse en el Festival de Cine Inclusivo de Vigo en 2016, cuando se celebró su primera edición. Estos días se celebra la séptima y lo hace en diferentes escenarios: el Auditorio Municipal, los cines Salesianos y el museo Marco, con 47 proyecciones con acceso gratuito hasta completar aforo, "no hay nada más inclusivo que eso", ríe su director.
Este año, el festival hace hincapié sobre la adicción a las pantallas con la proyección de Her, que tuvo la posterior charla de la Asociación Érguete para los alumnos de secundaria que asistieron, y en el acto inaugural se homenajeó al director Roberto Pérez Toledo, que falleció este año, con el premio honorífico del festival. Pérez Toledo quedó a los 14 años en silla de ruedas y es una referencia del cine comprometido con la defensa de los derechos de la comunidad LGTBI+. "Roberto no le daba importancia ninguna a si sus personajes eran heteros, homosexuales, lesbianas o poliamorosos, son historias de amor; el problema que hay en sus trabajos no es la orientación sexual, sino que "te quiero y no me quieres" o al revés, que nos queremos mucho y cómo hacemos para resolver un problema", resalta Gonzalo.
Y es que el director del festival hace grande el significado de la palabra "inclusivo" que acompaña al evento. "Queremos tocar todos los temas y géneros: este año tenemos cine infantil, un thriller y una historia intimista", una reflexión que acompaña con el tipo de temas que se trata, como el del suicidio o la inmigración, un abanico amplio que se introduce en las películas, documentales o cortos no siempre como la historia principal, sino a veces accesoria. "Caben todos los temas: sexo, raza, riqueza, pobreza…".
"La gente sobrevive o se intenta reconstruir"
Rechaza, también, la idea de "superación", en su trabajo, en el ajeno y en su vida. "Yo considero que la gente vive o sobrevive o se intenta reconstruir, pero no porque estés en una silla de ruedas", explica. "Igual te superas si saltas tres metros y logras saltar tres metros veinte, o escalas más alto si te preparas para ello, pero considero que es una palabra que puede ser dañina, como lo es tratar a las personas distintas con una extraña condescendencia y no con honestidad. La gente lo que quiere es que la mires a los ojos y le trates de tú a tú".
El Festival de Cine Inclusivo de Vigo continúa hoy, viernes, con la proyección de A diente de perro y Mi vacío y yo, a las 17:00 y 19:00 horas, respectivamente, en el cine Salesianos dentro de la sección oficial de ficción, además de A cero.5 a partir de las 21:00 horas y una charla con el director al finalizar. El sábado, a las 12:00 horas hay una doble cita; una sesión de animación para los más pequeños en el Marco y la Muestra de cortos por la Igualdad en el Auditorio del Concello; aquí, a partir de las 18:00 horas, se celebrará el Festival de Cortos y la entrega de premios.
Una ocasión, como cada año, para "dejarse perder y sorprender" en una selección donde cada vez abundan más estrenos absolutos. Además, este viernes hay la posibilidad de conocer más en profundidad el trabajo autobiográfico que Gonzalo Suárez ha llevado a la pantalla; no una historia de superación, sino de reconstrucción a través del cine y el baloncesto.