Desde hoy, la aldea pontevedresa de Cans es un hervidero de gente. Estos días se recogerán los frutos del trabajo de todos estos meses, pero también el de dos décadas, pues el Festival de Cans está de aniversario y la cita de este año es una celebración del presente, del pasado y por supuesto, del futuro que aún le queda por delante. Lo que empezó como una especie broma ha terminado convirtiéndose en el festival de referencia del audiovisual gallego y los propios vecinos del pueblo, antes algo recelosos sobre el evento, son ya una parte esencial de él.
Tal vez lo más mágico del Festival de Cans sea que a pesar del paso del tiempo mantiene su esencia, su personalidad autodefinida como ‘agroglamour’. Alfonso Pato, fundador y organizador del certamen, revuelve en el baúl de los recuerdos para hacer balance de estos 20 años. Recuerda cómo fue el primer año: el reconocido logo amarillo en forma de perro nació en esa edición inaugural de color lila, pero como apenas destacaba en los balcones del vecindario, decidieron cambiar el tono para la siguiente.
Aquel año 2004 pasaron por Cans personalidades como Luis Tosar, Javier Krahe (de forma casi improvisada), Morris. Tonhito de Poi lo dio todo sobre el escenario en un concierto que se programó a la misma hora que la misa y tuvo que esperar a que terminara la ceremonia para comenzar. "Tonhito empezou cunha frase que non sentou moi ben. Dixo ‘é a primeira vez na miña vida que me telonea un cura’", rememora Alfonso Pato.
Además, el cantante solía hacer estiramientos antes de las actuaciones: "O primeiro que fixo foi facer o pino e apoiar os pés sobre a parede recién pintada do local parroquial. Alá deixou as súas pegadas. Dicíanos un veciño: pero isto vaiche ser así sempre?", cuenta entre risas el fundador del festival.
Crecer sin perder la identidad
Como es conocido, el Festival de Cans se denominó así para hacer un guiño cómico al festival de Cannes, la prestigiosa cita del cine en Francia. Cans también surgió con el objetivo de celebrar el séptimo arte, pero el que se produce en nuestra tierra, así como con la misión de "facer da cultura un acto popular que non fose para unha elite". Su fundador, Alfonso Pato, reflexiona sobre los motivos por los que esta cita ahora indispensable en la agenda cultural de Galicia vio la luz.
"Para min nace dentro dun contexto un pouco axitado dos primeiros anos do século XXI, influenciado por todo o que houbo arredor do Prestige. Aquilo axitounos moito á xente da cultura para animarnos a facer cousas. Por eses anos nacen moitas cousas que hoxe cumpren cerca de 20 anos, como o Playdoc, que nace pouco despois; festivais de música, a marca Reizentolo… Creo que nós, en Cans, somos fillos desa axitación", apunta Pato.
La repercusión que tuvo la primera edición de Cans fue inesperada para Pato, quien confiesa que no se esperaría nunca estar 20 años más tarde concediendo una entrevista sobre el festival. ¿Pero cómo ha cambiado la cita en estas décadas? Su organizador cree que la metamorfosis ha sido más por parte del sector audiovisual que por parte del propio festival. Por ejemplo, menciona que a comienzos de los 2000 prácticamente ningún actor contaba con representante, cosa que hoy en día es lo más habitual, o también destaca el incremento en la formación de los cineastas, que tilda de "increíble".
"Na organización estamos moi orgullosos de que o festival pasou de recibir a 500 persoas a case 15.000 no 2019 pero nunca xamais perdemos a nosa esencia", repone Alfonso Pato. La identidad de Cans es ya parte de la historia de la cultura gallega. Los escenarios del festival son localizaciones tan icónicas como el Torreiro das Estrelas, la ’rotonda do Can’ o los galpóns, espacios que los propios vecinos de la aldea ceden durante los días de celebración. Los premios se denominan ‘chimpíns’, como los tractores que protagonizan la procesión de premiados y participantes a través del pueblo edición tras edición.
Pato incluso plantea la posibilidad de que sitios como el Torreiro das Estrelas se conviertan en un bien de interés cultural de Galicia: "Hai xente como Trueba, Fernando León, Isabel Coixet, coma outra que desapareceu como Jose Luis Cuerda ou Enrique San Francisco que é incrible que estean estampadas as súas pegadas nunha aldea de 300 habitantes".
"A xente que parecía inaccesible está de repente na túa casa tomando un chupito de licor café"
Es imposible hablar del Festival de Cans sin mencionar su "conexión orgánica co territorio", como explica Alfonso Pato. El evento ha crecido a la par que la aldea, aunque su fundador confiesa que el vecindario no siempre se relacionó con él de la misma forma.
Las primeras ediciones contaban solo con cuatro galpóns que pertenecían a la propia madre de Pato y a otros familiares y amigos suyos; gente que conocía de cerca y que, a pesar de no entender qué querían organizar allí, aceptaron colaborar. "Non mos deixaron porque lles entusiasmara a idea, senón porque eran amigos meus", admite. Sin embargo, todo cambió cuando la gente de Cans empezó a ver pasear por la aldea a actores muy populares de la época, como los protagonistas de Mareas Vivas y de otras series de éxito de la TVG: Antonio Durán, Morris, Carlos Blanco, Víctor Fábregas o Camila Bossa, entre otros.
Al presenciar cómo aquellos iconos televisivos se convertían en un habitante más de Cans durante los días del festival, el vecindario tomó conciencia de lo que supone acoger un evento así. "A xente que parecía inaccesible está de repente na túa casa tomando un chupito de licor café", explica Alfonso Pato. Muestra de este fenómeno de mimetización entre invitados y vecinos es una anécdota que Pato recuerda con cariño y que protagonizó el ya fallecido actor José Luis Cuerda.
"Cando José Luis Cuerda viu a Cans a súa familia avisounos de que acababa de estar enfermo un ano antes e que había que estar pendentes del. De repente, durante o festival, desapareceu. Ninguén sabía onde estaba, xa non sabiamos que pensar, todo o mundo se mobilizou ata que alguén dixo que acababa de velo tan feliz nunha casa comendo, bebendo, cantando, contando historias. Levaba todo o día alí metido desfrutando", narra el fundador.
Programación especial de aniversario
Así, este martes 16 de mayo arranca la vigésima edición del Festival de Cans, que se prolongará durante cinco días y llenará la aldea y la localidad de O Porriño de múltiples actividades. "Creo que vai haber moita emoción, recordaremos moito á xente que non está e aínda que non aparezan no cartel, esperamos visitas sorpresas", adelante Alfonso Pato.
En su jornada inaugural se homenajeará a Roberto Vidal Bolaño poniendo su nombre a la pequeña plaza que hay frente a la casa parroquial y a las 12:00 horas se desarrollará un coloquio sobre el dramaturgo en el Baixo de Carlos.
Las proyecciones comenzarán a las 16:30 horas en el Centro Cultural Municipal con el documental Quererla es crearla, dirigido por la chilena Cecilia Barriga y que será presentado por su productora, la porriñesa Sandra Fernández Carrera. Ya de noche, a partir das 22:00, tendrá lugar al Noite Lasal en la Praza do Concello con la proyección de los 19 videoclips musicales que optan al premio de mejor pieza gallega del año. La velada culminará con el concierto de Zeltia Irevire a las 23:30 horas.
A lo largo de estos cinco días habrá más de 25 actuaciones musicales de grupos como Mr. Kilombo, Los Punsetes o Fillas de Cassandra; estrenos inéditos de una decena de cortometrajes, charlas y la presencia de la directora Valérie Massadian en el apartado Foco Internacional. Además, Luis Zahera recogerá el Premio Pedegree de Honra el día 19 de mayo. Puedes consultar todas las actividades de esta especial edición de aniversario y la relación de personalidades premiadas y cintas nominadas aquí.