Un documental desgrana los 150 años de la vida más familiar del Monasterio de Oia

Un documental desgrana los 150 años de la vida más familiar del Monasterio de Oia

Audiovisual

Un documental desgrana los 150 años de la vida más familiar del Monasterio de Oia

‘Un Mosteiro, un fogar’, que se presenta el sábado 28 de octubre en el Marco, recoge los testimonios de familias, vecinos e historiadores para ahondar en una etapa más desconocida pero "muy intensa" durante el siglo XX

24 octubre, 2023 05:00

El Real Monasterio de Oia es una joya histórica situada a pocos kilómetros de Vigo, un espectacular recinto donde se han guardado historias a lo largo de los siglos y que, poco a poco, se van conociendo, fruto de un concienzudo trabajo de investigación que sufrió un gran impulso a partir de 2004, cuando lo adquirió Juan Martínez, presidente de Kaleido, antes conocida como Vasco Gallega.

"Desde el primer momento éramos conscientes de la responsabilidad de recuperar no solo el edificio, sino también toda la memoria y su historia", explica Sarah Barbará, responsable de la Dinamización Cultural del Monasterio de Oia, a Treintayseis. Esa labor comenzó centrándose en el siglo XII, cuando se construyó, hasta el XIX, una época de la que se tenía mucha documentación; a partir de ahí, "había mucho vacío" documental. Un hueco que era necesario rellenar para ir completando el puzle del cenobio, ya que en ese último tramo hasta nuestros días, se hicieron muchas modificaciones en el edificio. "Tuvo una vida muy intensa en el siglo XX", refrenda Sarah.

Para reconstruir esa parte de la historia, acudieron a la memoria viva del monasterio; aquellos que habían pasado por él, que habían vivido entre sus muros durante la etapa más desconocida del Monasteiro de Oia; las fuentes para conocer estos sus últimos 150 años eran las familias que lo habitaron, aquellos vecinos que trabajaron e historiadores que lo estudiaron. Una vez localizados, buscaron la mejor manera de encapsularlo, y decidieron registrarlo en un documental. "Pensamos que eran ellos los que tenían que contarlo, a través del documental ponemos de relieve una parte del monasterio tan desconocida y es una forma de acercar la historia más reciente al gran público", añade Sarah.

‘Un Mosteiro, un fogar’

Un Mosteiro, un fogar, una pieza documental dirigida por Cristina de la Torre y realizada y producida por la Fundación Bretal, encargada de la dinamización cultural del Monasterio de Oia, se centra en esa etapa en la que, tras la Desamortización de Mendizábal y la invasión napoleónica, los monjes abandonaron el edificio que pasó a manos privadas en 1844.

Es en ese año en el que comienza una nueva vida para el Monasterio, que arranca con la adquisición de Fernando Fernández Casariego, e irá pasando por diversas manos, alternando esa función de hogar familiar con las de seminario e, incluso, campo de concentración de presos republicanos durante la Guerra Civil. Tras pertenecer al Banco Pastor entre el año 2.000 y el 2.0004, la familia Martínez lo adquiere con el objetivo de llevar a cabo el proyecto lanzado por la entidad bancaria de convertirlo en un hotel.

Un lugar grabado a fuego en Oia

"Cuando llegamos, en 2004, no nos conocía nadie; nosotros tampoco conocíamos a nadie del pueblo, pero poco a poco hemos ido hablando con la gente y es con esas historias con las que hemos ido conectando con las familias y con las vivencias de aquellos años", explica Sarah, que resalta que se trata de un edificio que siempre ha sido "privativo", pero que "está a fuego en la memoria de la gente y del pueblo de Oia". Lo cierto es que se trata de un recuerdo de infancia de muchos, bien porque se colaban, bien porque eran amigos de los hijos de los dueños, algo que queda reflejado en el documental.

La memoria se va hilando con los testimonios de antiguas trabajadoras, como Rosa y Matilde, que recorren los espacios donde ya no están las camas donde dormían y reían; o María José y Cristina Bouso, que vivieron su infancia allí, y tiran de recuerdos a través de fotografías en blanco y negro, como cuando los niños del pueblo iban a tomar chocolate con churros o el día en el que Sara Montiel acudió para rodar la película de Alberto Camus Esa mujer.

También cuenta con la presencia de Maxín Picallo, escultor gallego que trabajó en algunas de las esculturas en los años 70, especialmente en la composición de los caballos que sería la fuente del jardín del claustro, pero que nunca pudo ser terminada, como una pieza más del puzle a reconstruir. Picallo también es autor de otras piezas que se encuentran en los jardines del monasterio.

El alma del monasterio está en continua evolución; cada piedra que se levanta cuenta una historia y cada duda que surge se convierte en un nuevo reto para dar con la clave de su existencia. Es como una caja repleta de secretos que poco a poco van saliendo a la luz. Actualmente son dos los temas que les tienen "muy emocionados": las marcas de los canteros medievales gallegos, que tenían su propio idioma; y las moteas, planos de los maestros constructores que tallaban en el suelo, que normalmente se pierden por desconocimiento, pero que han logrado conservar en el monasterio cisterciense.

Un presente con mucha actividad cultural

Cedida

Desde el pasado, al presente, con el Monasterio de Oia convertido en un espacio para visitar y conocer, además de un contenedor de acciones culturales. "Hace cinco años reactivamos las visitas guiadas habituales para abrirlo al público, además de organizar eventos que pongan en valor el monasterio, siempre desde el respeto, de pequeño formato, para no pervertirlo", añade Sarah, que celebra que esta "joya cerca de Vigo" comienza a ser más conocido con todas estas actividades. La prueba es que ya han pasado por él casi 35.000 personas, contando que durante los dos años de covid sólo estuvo abierto un par de meses.

Mirando al futuro, el objetivo es llevar a cabo la restauración y rehabilitación como negocio hotelero, un proyecto que ha estado en la cartera desde que lo adquirió el Banco Pastor y que se ha mantenido en el tiempo. Si hace años las relaciones con las instituciones lastraron el camino, hoy desde el Monasterio de Oia remarcan que tanto con la local como con la autonómica "hay mucha sintonía" y coordinación, lo que está haciendo que el trabajo sea "muy ágil".

Un pase premier y dos gratuitos, con inscripción previa

El documental Un Mosteiro, un fogar, tras estrenarse en el propio monasterio, se traslada al centro de Vigo. Será el Marco el que albergue una presentación en sociedad para acercar la parte más familiar de los últimos 150 años; la proyección se hará en un edificio que, si el de Oia fue campo de concentración, hizo las funciones de cárcel durante una etapa larga de su existencia, y en una sala, la Galería _A3, que fue una antigua celda, ambientando a la perfección el trabajo audiovisual.

La cita será el sábado, 28 de octubre. Primero, con un pase premier y por invitación a las 17:00 horas, que contará además con un coloquio con Xoán Martínez Director del Mosteiro de Oia, Cristina de la Torre como directora del documental y Santiago Pintos del estudio de arquitectura Rodriguez+Pintos.

Además, para acercar al gran público el Monasterio, se celebrarán otros dos pases gratuitos, hasta completar aforo, a las 18:30 y a las 19:15 horas. Es necesario inscribirse previamente a través de Whatsapp en el número 605 692 480.

Una ocasión única para conocer un aspecto más del Monasterio de Oia, una de las muchas vidas que ha tenido a lo largo de su historia, que todavía sigue escribiéndose a orillas del océano Atlántico.