Lucía Álvarez comenzó rompiendo el molde con su primer cortometrajeAmanezca, que se convirtió en el primer audiovisual español con un equipo técnico íntegramente femenino. Tras este primer trabajo, la directora -que también es actriz y directora de casting- ha ido "complicando" sus audiovisuales para convertirse en una pionera de la accesibilidad en nuestro país. 

La ourensana, tras dirigir dos largometrajes y tres cortos, además de varios videoclips, se ha lanzado con El Olvido, un nuevo trabajo que destaca por incluir a Marta Casado, una actriz sorda que interpreta a una persona oyente. Además, participan en el film Arantxa Aranguren, Daniel Freire, Chiqui Fernández, Yune Nogueiras, Reme Rodríguez y María José Alfonso. Para llegar hasta aquí, sin embargo, Álvarez ha tenido que dar muchos pequeños pasos que la han convertido en adalid de la accesibilidad en la cultura cinematográfica española. 

Comenzó colocando en todos sus audiovisuales unos subtítulos inclusivos, "que son lo contrario a los generados automáticamente: tienen colores, pautas y descripción de los sonidos importantes de la película -como portazos, música, golpes...-". Su trabajo con Marcos Pereira, actor sordo de nacimiento, fue lo que la inició en esto de la accesibilidad en el cine, aunque reconoce que David Ojeda, director de escena especializado en discapacidad, fue quien le enseñó la importancia de la accesibilidad en el cine. 

"Un 14% de la población española es sorda y normalmente no vamos solos al cine: se está perdiendo casi a un 30% del público"

Lucía Álvarez, directora de cine accesible

"Descubrí entonces todas las carencias que había para las personas sordas, porque ellos no pueden ir al cine, y si lo hacen en sesiones especiales (subtituladas) verán subtítulos generados automáticamente", explica Lucía. "Las personas sordas no saben qué personaje está hablando con estos subtítulos", insiste: algo tan sencillo como codificar por colores las voces hace que puedan disfrutar de cualquier historia siguiéndola fácilmente. 

"Pensemos, además, que un 14% de la población española es sorda y que normalmente no vamos solos al cine: se está perdiendo casi a un 30% del público potencial cuando sería muy sencillo incluir subtítulos en todas las sesiones". Para Lucía Álvarez, lo más importante de su trabajo es poder lograr que gente como Marcos o como Marta Casado, actriz de El Olvido, puedan asistir al cine como cualquier persona oyente. 

No es fácil poner estos subtítulos, advierte, que requieren una postproducción mucho más compleja que los que se generan con IA. "Lo que quiero es llamar la atención sobre esta falta de acceso", insiste. 

Aprender a hablar por teléfono

Marta Casado es actriz, sorda súbita a los 13 años, y ha aprendido a hablar por teléfono para el cortometraje de Lucía. "Marta fona algo distinto, pero es una persona más del equipo y posiblemente sea la primera persona sorda que hace de oyente en el cine español", asegura la directora. 

Equipo del cortometraje 'El Olvido'. Cedida

La actriz, que lleva un implante coclear, se defiende en el plató de rodaje "leyendo los labios, lo cual cambia toda la forma de rodar: todo tiene que ser visual, hay mucho trabajo de equipo detrás para pactar con todo el mundo y con ella unas señales determinadas para cada cosa", explica Lucía. "Algo tan sencillo como gritar ¡acción! no se puede hacer con una persona sorda en el equipo". 

Lo más difícil para Marta, aunque parezca sorprendente, ha sido tener que aprender a hablar por teléfono. "Es algo cotidiano que a todo el mundo le sale natural: yo tuve que ir observando por la calle cómo habla la gente, los gestos para tener en cuenta lo que te está comunicando la otra persona al lado del teléfono, las pausas mientras escuchas lo que te cuenta... Ponerme en el papel de una persona oyente y saber cómo interactúa fue difícil, todo un reto, pero no ha sido imposible", dice la actriz. 

Para ella también es la primera vez, a propuesta de Lucía, "era un reto pero me dije 'vamos allá' y ha sido mi primera vez sin ser lo que soy: sorda". El proyecto de la directora ourensana "es un paso para mostrar que si se quiere se puede", asegura Marta. Para ella trabajar con la directora y su equipo ha sido "maravilloso, desde el primer momento conecté y me hicieron el rodaje muy fácil: estuve cómoda y me sentí como una más". 

Ahora, espera que el público sordo también se dé cuenta al ver este trabajo que se puede lograr, "quiero que sirva como un precedente y que se haga sin miedo: que se contrate a actores sordos para hacer de oyentes porque es lo bonito de la interpretación, meterte en vidas que no son tuyas". "Es un camino largo, pero sé que se hará con el tiempo", concluye. 

Tras perder el miedo, además, Marta asegura que se presentará con menos miedo a papeles de mujeres oyentes: "hay que hacerlo para romper esa barrera y que vean que el talento no tiene que ver con mi discapacidad". Lucía, sin dudarlo un momento, asegura que si tiene otro papel "en el que Marta encaje por físico y perfil, volveré a contar con ella".