Era principios del mes de junio y el Náutico de San Vicente do Mar anunciaba en sus redes sociales “el fin de una etapa y un cambio de concepto”. La incertidumbre era enorme, sobre todo para un local que lleva más de 25 años acogiendo a los artistas musicales más importantes del panorama nacional.
Leiva, Coque Malla, De Pedro, Iván Ferreiro, Vetusta Morla, Lori Meyers, Rozalén… la lista de músicos que tocan en él y repiten es infinita. Y es que el Náutico encontró, casi sin quererlo, una fórmula perfecta de tardes de playa, puestas de sol, ambiente familiar y música en directo. El lugar no ha dejado de crecer desde entonces, hasta convertirse hoy en día en un simbólico templo musical, tanto para artistas como para melómanos.
Pero la voluntad de su propietario, Miguel de la Cierva, pasaba por volver de alguna forma a sus orígenes. En el facebook, su dueño dejaba pistas sobre su reorientación hacia “una atmósfera algo más tranquila, basada en conciertos con menos aforo, conciertos sorpresa, bandas residentes…” Una idea que llevaba años rondando en la cabeza de Miguel y que la situación actual terminó de propiciar. Este verano fue el punto de partida al decrecimiento del Náutico, aún con un gran número de conciertos, algunos programados, pero muchos de ellos totalmente espontáneos, donde lo único que llenó los carteles fueron las horas y no los artistas.
Más allá del verano…
Otro de los grandes retos que el Náutico tiene en marcha es el de “desestacionalizar” la actividad turística y cultural que supone este rincón a pie de playa en O Grove. Así, De la Cierva anunciaba hace apenas unos días la puesta en marcha de una residencia artística, un nuevo proyecto asociado a la música y abierto a otras disciplinas.
En una casa rehabilitada, situada en el entorno de San Vicente, se encuentra este refugio para músicos (ahora el nombre del documental de Flooxer sobre el Náutico cobra más sentido que nunca). Los artistas disponen de todo lo necesario para poder componer, formarse, ensayar, grabar sus propios discos e incluso dar conciertos en streaming. A parte del alojamiento, las instalaciones están compuestas por salas de ensayos, escenarios y un estudio de grabación.
Un entorno de convivencia de artistas que fue estrenado la semana pasada por la banda de rock madrileña, Morgan. Allí avanzaron en la pre-producción de su próximo trabajo. Pero el ritmo de los proyectos en la residencia no para, Combo Paradiso (formado por Julián Maeso, Adrián Costa, Juan Zelada y Alberto Anaut) fue el siguiente grupo en sumergirse en la creación completa de su primer disco como formación.
A donde el mundo del arte les lleve
La intención de Miguel de la Cierva es que la residencia artística del Náutico sea también un espacio abierto a la formación. En octubre el Náutico de San Vicente anunciaba una colaboración con la Fundación Paideia y Sonidos Mans, con hasta 100 plazas para programas formativos para músicos emergentes. Una iniciativa gratuita y orientada a “adquirir herramientas para desenvolverse en la industria digital” según informaba De la Cierva en su post.
Además, la idea de establecerse como un punto de desarrollo de proyectos, tanto desde una perspectiva creativa como técnica, está abierta a cualquier otra disciplina artística. El Náutico ofrece la posibilidad de llevar a cabo todo tipo de talleres, cursos y actividades, siempre en la línea de lo ya mencionado.
En las redes su creador aclara que la puesta en el mercado todavía no está articulada, sino que los primeros pasos se están dando gracias a contactos personales. Pero como dice Miguel de la Cierva, “todo se hará y desde ya” está abierto a propuestas.