Paisajes que se graban en la retina, un clima mucho más cálido y una espectacular gastronomía han hecho de la Comarca do Salnés una de las zonas más turísticas y privilegiadas de las Rías Baixas. Para facilitar su visita, hemos preparado una pequeña lista con algunos de los rincones que debes visitar si acabas en alguno de sus nueve municipios. Descubrir el resto está en tus manos.

Pazo-Convento de Vista Alegre (Vilagarcía de Arousa)

Entrada Pazo de Vista Alegre. Foto: Mancomunidade do Salnés

Una de las paradas obligatorias en este recorrido se encuentra en pleno centro de Vilagarcía de Arousa, hablamos del Pazo-Convento de Vista Alegre. Se trata de una de las casas señoriales con más historia, y la única con distinción de Monumento Histórico Artístico en la localidad. Su entrada representa una auténtica estampa de postal, cruzando el puente sobre el río Con se divisa el arco de Vista Alegre, que da acceso al conjunto formado por el pazo y la iglesia. En su fachada de granito todavía pueden apreciarse claramente los grandes escudos de armas y símbolos arzobispales que visten toda la estructura.  

Hay que remontarse hasta mediados del siglo XV para conocer los entresijos de esta singular construcción, que hunde sus raíces en la fundación de la propia Vilagarcía, cuando García Caamaño ordenó construir una torre en el lugar. El fuego terminaría devorando la estructura y sobre sus cenizas se levantaría más tarde el actual pazo. Ya entrado el siglo XVII, se fundaría el convento de las monjas agustinas recoletas, que acabaría unido al pazo mediante un característico arco-pasadizo, utilizado por los señores del caserío para acudir a las misas sin mezclarse con el pueblo.  

Monte Xiabre (Vilagarcía de Arousa)

Panóramica del Monte Xiabre. Foto: Wikiloc

El Monte Xiabre es un sistema montañoso repartido entre las localidades de Caldas de Reis, Catoira y Vilagarcía de Arousa. Se trata del punto más alto de O Salnés, y en su pico, situado en el municipio arousano, alcanza una altura de unos 642 metros. Allí se ubica un mirador desde el que se puede divisar la Ría de Arousa, todo el trazado urbano de Vilagarcía, Caldas de Reis y buena parte del Valle do Salnés y del Umia.

Este impresionante mirador se ha convertido en un gran atractivo turístico, sobre todo tras la construcción de un parque eólico en el año 2005. A medida que se realiza el ascenso, las siluetas de los molinos se van haciendo cada vez más nítidas hasta el punto de poder contemplar la majestuosidad de las ocho torres a escasos metros de distancia.

El Monte de Xiabre acoge además varias rutas y numerosos miradores. En uno de ellos se encuentra la casi desconocida Cruz de Xiabre, que se asemeja a su vecina de Monte Lobeira. También los restos de un castro en el Pico de A Xaiba, algún túmulo funerario y varios petroglifos, esparcidos en su mayoría por toda la ladera Este, dejan constancia del pasado habitado de este monte y aportan un gran valor cultural. Y otra de las zonas más visitadas es la pradera de "Fontefría", con varios merenderos, rodeada de arroyos y naturaleza que la convierten en un lugar perfecto para pasar el día.

Mirador de Faro das Lúas y Monte Lobeira (Vilanova de Arousa)

Mirador de Faro das Lúas y Monte Lobeira al fondo. Foto: Mancomunidade do Salnés

En la vecina Vilanova de Arousa se ubican dos de los mejores miradores de todo O Salnés, con unas panorámicas integrales de la ría de Arousa, la Península do Barbanza y buena parte de la comarca. El primero de ellos es el mirador Faro das Lúas, denominado así por la original estructura que se erige en el lugar, creada por el artista vilagarciano Manolo Chazo. La torre representa tres lunas en cuarto menguante, que proyectan un reflejo que puede verse desde diferentes puntos de la comarca según la oposición que ocupe el sol durante el día. 

A escasos kilómetros se ubica el mirador de Monte Lobeira, un enclave montañoso que alcanza los 290 metros de altura. Su cima, además de contar con unas vistas espectaculares, atesora grandes historias y leyendas: desde castros, a castillos y túneles subterráneos. Ya en el año 1869 se levantó en la cumbre una gran cruz de metal en recuerdo a las víctimas y desaparecidos del hundimiento del buque-escuela británico "Serpent". 

Faro de Punta Cabalo (Illa de Arousa)

Faro de Punta Cabalo. Foto: Turismo Rías Baixas

El faro de Punta Cabalo, situado en la zona más al noroeste de la Illa de Arousa, es un pequeño paraíso donde desconectar y disfrutar del paisaje único que ofrece la ría de Arousa. Se puede llegar fácilmente a través de un sendero habilitado que termina en un paseo de madera. A la izquierda del lugar se ubica la playa de Sualaxe y bajo las aguas que rodean el faro se esconde una colonia de caballitos de mar. 

El faro fue construido en el año 1852 sobre un enclave rocoso muy peculiar. En Galicia se denomina "cons" a las rocas que talladas por el viento y el mar consiguen una apariencia muy singular. Estas rocas se prolongan por todo el litoral e incluso configuran el principal atractivo de una de las rutas más conocidas en A Illa, la "Ruta dos Cons". En la actualidad, el faro de Punta Cabalo alberga un acogedor restaurante con mucho sabor mar y unas vistas privilegiadas.

Islote do Areoso

Islote de Areoso. Foto: Rutas Boavista

Uno de los tesoros naturales más preciados de la Illa de Arousa lo conforma uno de sus los paradisíacos islotes: el de Xiadoiro Areoso, más conocido como "Illote do Areoso". Para visitarlo existen diferentes rutas en kayak, barco o velero. Se trata de un espacio natural y protegido en el entorno del parque natural Punta Carreirón, con apenas unos 600 metros de largo de norte a sur. O Areoso se rodea por aguas cristalinas, un arrecife y formada casi en su totalidad por arena fina. De hecho, tiene un aspecto dunar con una pequeña zona de vegetación, y en el entorno, a pesar de su pequeño tamaño, se pueden encontrar restos arqueológicos, como un dolmen y varios túmulos megalíticos. Con todo, no es de extrañar que en los últimos años el islote se haya catapultado a la fama, poniendo en riesgo su estado de conservación.

Ruinas de Santa Mariña de Dozo (Cambados)

Entrada a las Ruinas de Santa Mariña de Dozo. Foto: Turismo Rías Baixas

Cambados destaca por ser un gran museo al aire libre, por su carácter histórico y, sin duda, también por su albariño. A los pies del monte de A Pastora, donde se ubica el mirador y una capilla, se encuentra una de las joyas más singulares del municipio, las Ruinas de Santa Mariña de Dozo. Los restos de la antigua iglesia parroquial de Santa Mariña, patrona de Cambados, albergan la historia del abandono político y religioso sufrido en el siglo XIX, que llevó a convertir el lugar en "el cementerio más melancólico del mundo", en palabras del escritor Álvaro Cunqueiro. 

Hoy en día, de la capilla solo se conservan cuatro arcos transversales, cinco capillas laterales, la sacristía y la capilla mayor. Las ruinas fueron declaradas Monumento Nacional en 1943, elegidas en 2014 como el tercer monumento funerario más importantes de España e incluidas el mismo año en la Asociación de Cementerios Significativos de Europa.

Castro de Leiro o de Besomaña (Ribadumia)

En Ribadumia, entre las parroquias de Leiro y Besomaño, encontramos el yacimiento arqueológico del Monte do Castro. Desde el año 2010 se han ido realizando numerosas excavaciones y reconstrucciones de viviendas que dejan a la vista el gran valor histórico y arqueológico del lugar. Tras estas intervenciones se fijó un periodo de ocupación y re-ocupación que va desde el siglo IV a.C. hasta al siglo I d.C. Además, se han documentado más de 21.000 piezas, entre cerámica, molinos, bronces y otros elementos; y en el entorno también se conservan las huellas de unas antiguas canteras. Sin duda, acercarse al Castro de Leiro y Besomaño es la forma perfecta de desconectar y realizar un plan cultural al aire libre, caminando entre siglos de historia y con una buena panorámica del Valle do Salnés.

Monasterio de Armenteira (Meis)

Interior del Monasterio da Armenteira.

Todo viajero que llegue a Meis no puede marcharse sin antes visitar el famoso Monasterio de Santa María da Armenteira: datado del siglo XII, de estilo románico y cuyos orígenes están envueltos en la leyenda. En este antiguo Monasterio Cisterciense se celebra cada año la multitudinaria Romería de la Virgen de las Cabezas, a la cual se le atribuyen capacidades curativas en cuanto a dolores y males de cabeza.En la actualidad el monasterio es habitado por una comunidad de monjas de la misma orden, que ofrecen un servicio de hospedería monástica a través de su propia página web.

El interior del monasterio puede ser visitado de forma gratuita y previa reserva mediante la oficina de turismo que se encuentra en el lugar. Y para aquellos que no puedan esperar a que se levanten los cierres perimetrales, la página de Turismo de Galicia ofrece la opción de navegar por su interior de manera hiperrealista. Además, el monasterio es también el punto de partida de la conocida Ruta da Pedra e a Auga, una senda de 8 kilómetros que discurre entre molinos, pozas y pequeñas cascadas.

Telleira de Seixiños (Meaño)

Para los que les disfruten de las sendas con encanto e historia, por la parroquia de Dena, en el ayuntamiento de Meaño, transcurre parte de la Ruta das Telleiras. Desde O Grove hasta Dena llegaron a contabilizarse hasta 28 fábricas de tejas y ladrillos que comenzaron sus trabajos a principios del siglo XIX. En esta zona, junto a la desembocadura del río Chanco, la existencia de yacimientos de arcilla y caolín sirvieron de materia prima para estas fábricas.

Actualmente, ninguna de estas Telleiras se encuentra activa, aunque algunas han sido rehabilitadas, como la Telleira de Seixiños que conserva todavía su horno original, la chimenea y parte del embarcadero. Está integrada dentro del Complejo Intermareal Umia- O Grove, y frente a ella, al otro lado del humedal, se ubica el actual centro de interpretación As Telleiras de Sanxenxo.

San Vicente do Mar (O Grove)

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O Grove puede presumir de atesorar entre sus límites más de un atractivo turístico único en el mundo, como su capilla de las conchas o la Aldea de los Grobits en A Toxa. Pero sí hay algo por lo que destaca el municipio meco es por sus infinitas playas y senderos a pie de costa.

La Ruta de Pedras Negras es una de las más bonitas y singulares. Recorre todo el paseo marítimo de madera de San Vicente do Mar hasta la zona de Con Negro. El paseo bordea toda la costa, que destaca por sus numerosas superficies rocosas y las calas de aguas turquesas que se disponen cada poco tiempo. En la mitad de esta senda se localiza un pequeño mirador con un monumento a los voluntarios del Prestige, y a unos pocos metros el tan famoso Náutico de San Vicente.

Ermita da Lanzada (Sanxenxo)

Vista aérea de la Ermita de la Lanzada. Foto: Mancomunidade do Salnés

Una de las paradas obligatorias del turístico municipio de Sanxenxo pasa por la Ermita de Nuestra Señora de la Lanzada, delimitada a su izquierda por la playa de Foxos y a su derecha por las de Area Gorda, Lapa, y la más que conocida playa de A Lanzada. Un lugar lleno de historia, leyendas y unas vistas inmejorables del océano y la isla de Ons.

La Ermita da Lanzada es de estilo románico y data de principios del siglo XII. Está formada por una única nave y ábside semicircular a distintas alturas. En la zona también se conservan los restos de una fortaleza ya en ruinas que se remonta al siglo X, parte de la Torre da Lanzada y la excavación de una antigua necrópolis castrexa. También, frente a la puerta de entrada a la Ermita se encuentran unas escalinatas que descienden hasta la parte frontal que da al mar.

Punta Faxilda (Sanxenxo)

La costa del municipio de Sanxenxo está repleta, en su mayoría, por playas de arena blanca. El cabo de Punta Faxilda, en la parroquia de Noalla, se presenta como una de las pocas excepciones, rodeado de escarpados acantilados que completan una de las panorámicas más privilegiadas del océano Atlántico.

Al igual que otros muchos puntos de la geografía gallega, O Salnés también ha vivido su propio auge de colocación de bancos con las vistas más bonitas y exclusivas. En Punta Faxilda se instaló uno de los ya conocidos Bancos de Noalla, en un lugar único desde el que observar los mejores atardeceres con las Islas Cíes, Ons y Sálvora como telón de fondo. A escasos pasos del Banco de Noalla se sitúa una escultura de piedra y la “Porta do Sol”, un marco de madera que sirve de encuadre perfecto para las caídas del astro.