Suele decirse que no hay mejor manera de conocer un lugar que callejeando entre su historia. Vilagarcía de Arousa es una de esas ciudades ―de las más grandes de la ría de Arousa― que se presta al simple cometido de caminar y observar. Enmarcada en la comarca do Salnés, esta villa marinera destaca por tener, entre otras muchas cosas, una amplia oferta gastronómica(diez restaurantes que no deberías perderte), una gran vocación comercial y un importante patrimonio cultural y paisajístico.
Los límites de la ciudad están repletos de históricos pazos, naturaleza, playas de bandera azul y cientos de rincones de singular belleza que merecen la pena ser visitados y recorridos con calma. Por esta razón, el propio concello de Vilagarcía de Arousa ha configurado una sencilla ruta a pie para conocer el municipio a través de algunos de los puntos más emblemáticos de su conjunto urbano.
De plazas y parques
A lo largo y ancho del municipio, son muchas las plazas que dan vida a esta ciudad arousana y que esconden en ellas grandes relatos de su pasado. Sin ir más lejos, la Praza de Ravella es el resultado del primer ensanche de Vilagarcía de Arousa, en el último cuarto del siglo XX, sobre el antiguo "Campo de Cabritas" del Marquesado. La Casa Consistorial de estilo francés que allí se ubica, fue impulsada por el alcalde Francisco Ravella i Arenas, e inaugurada ya en el año 1891. Frente al emblemático edificio se ubica además un amplio jardín con plátanos centenarios.
La segunda parada del itinerario nos acerca hasta un lugar que mantiene vivo un importante recuerdo histórico para la ciudad: en el año 1808, los vilagarcianos se convirtieron en los primeros de toda Galicia en alzarse contra la invasión francesa. Hablamos de la Praza Independencia, ubicada en la antigua plaza del mercado. A escasos 150 metros, nos encontramos con la Praza de Galicia: el corazón urbano de Vilagarcía de Arousa. Este recorrido entre plazas y parques culmina en la famosa Praza de España, frente a la iglesia barroca de Santa Eulalia de Arealonga, datada del siglo XVII y que rinde culto a Santa Baia, patrona de la villa.
Historia y arqueología
La siguiente parada en esta ruta improvisada por la villa nos traslada hasta el singular Pazo-Convento de Vista Alegre, una joya histórico-artística ubicada en pleno centro urbano. Se trata además del único conjunto arquitectónico con la declaración de Monumento Histórico Artístico de toda la localidad. La construcción del edificio hunde sus raíces en la fundación de la propia Vilagarcía de Arousa, a mediados del siglo XV.
Desde este punto encontramos un acceso directo al conocido Castro de Alobre, la auténtica cuna y origen de la ciudad arousana. Este yacimiento arqueológico, localizado en el promontorio de O Montiño, es uno de los atractivos turísticos más importantes de Vilagarcía de Arousa. Entre los restos hallados en el lugar, se han catalogado más de 20.000 piezas, de gran valor histórico y artístico, que han revelado diferentes niveles de ocupación en la zona ya desde la Edad de Hierro, en el siglo I a.C.
El pulmón verde de Vilagarcía
Conocido popularmente como Parque de O Castriño, el Jardín botánico Enrique Valdés Bermejo es un sorprendente bosque semiurbano cuyo origen se remonta al siglo XX, cuando los duques de Terranova decidieron convertir parte de sus terrenos en un entorno de riqueza botánica y natural inigualable. En total, 12.000 metros cuadrados conforman su superficie, que se encuentra repleta de numerosas especies exóticas llegadas desde todo el mundo.
De hecho, muchos de los ejemplares aquí presentes están catalogados como variedades únicas por el Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán, en Pontevedra. Pero más allá de la riqueza natural, el espacio se completa con elementos como un molino de viento, zonas de descanso, un característico arco, varias escalinatas de piedra y un pequeño regato que cruza parte del entramado interno del parque.
El callejero arousano
Desde el pulmón verde de Vilagarcía, tenemos que dar paso al auténtico callejero de la ciudad, con las avenidas más emblemáticas y concurridas de la misma. Castelao, O Castro, A Mariña o A Baldosa, son sólo algunas de las paradas de esta ruta a pie por la localidad. En primer, la visita nos lleva hasta la Rúa Castelao, una de las principales arterias comerciales y turísticas de la urbe, y que a día de hoy todavía conserva algunos edificios de principios del siglo XX. Otra de estas construcciones emblemáticas del siglo pasado se ve representada también en la cercana plaza de Abastos, la siguiente parada en el recorrido.
Desde allí, el itinerario continúa hasta el barrio de pescadores de O Castro, repleto de historia y pequeñas casas marineras que el fundador de Vilagarcía, García Caamaño, animó a construir a los vecinos de esta zona. A escasos metros de distancia se encuentra otro de los puntos claves de este callejero: la praza da Peixería, el primer gran edificio público de la villa, incluso previo a la Casa Consistorial antes mencionada. Construído entre los años 1881 y 1883, el edificio es un claro ejemplo de arquitectura de finales del siglo XIX. En la actualidad, el lugar acoge todo tipo de eventos y actividades culturales, gastronómicas o incluso fiestas populares.
También es importante destacar la avenida de A Mariña, que hoy por hoy representa el más claro ejemplo de evolución urbanística en la zona. Supone la parte central de la antigua Arealonga, el núcleo funcional de la villa conocido por todos como "cabo da vila". En este espacio destaca también la Alameda, todo lugar de encuentro y paseo para los vecinos arousanos. La ruta finaliza en A Baldosa y Valentín Viqueira, el centro de la vida social del pueblo. Toda la vía se encuentra repleta de bares, terrazas y zonas de tapeo, para culminar de la mejor manera posible un completo paseo conociendo a fondo la ciudad de Vilagarcía de Arousa.