Los nombres de las calles son un claro reflejo de nuestra historia y en ese sentido, la localidad de Vilagarcía de Arousa tiene grabados a fuego en su callejero local a algunos de sus personajes más destacados de las últimas centurias; y hasta el propio fundador de la villa, García Caamaño, conserva un rincón en forma de avenida. Al igual que sucede con los monumentos, las esculturas o las ceremonias conmemorativas, la toponimia urbana también contribuye a ensalzar la figura de cientos de personas que, de una manera u otra, han sido una pieza más en el relato de vida de una ciudad e incluso en su presente, eso si tenemos en cuenta la labor histórica, social o cultural que en cada caso pervive más allá de su existencia.
Los alcaldes Rey Daviña o Elpidio Villaverde Rey; los doctores José Antonio Moreira Casal o Manuel Tourón (ambos conocidos como "los médicos de los pobres"); y la fundadora del primer asilo de Vilagarcía, Luisa Vilá Janer, son sólo algunas de las figuras locales que mantienen vivo su legado a través de las principales arterias peatonales, avenidas y plazas de la capital arousana. Pero más allá de los nombres propios que destacan dentro de las fronteras de esta localidad del Salnés, otros grandes personajes de la historia de Galicia han logrado colarse del mismo modo en el callejero vilagarciano. Sin ir más lejos, el padre del nacionalismo gallego también da nombre a otra de las grandes calles de esta localidad y de hecho, la Rúa Castelao es a día de hoy una de las vías más transitadas del núcleo urbano.
Entre ilustres y grandes benefactores de Vilagarcía
Alcaldes, médicos, economistas, abogados, boticarios y grandes benefactores de Vilagarcía de Arousa forman parte del pasado más reciente de esta gran urbe de la comarca do Salnés. Muchos de estos conocidos y a veces desconocidos personajes forman parte de una huella indeleble en el legado social y cultural de la localidad, y es por ello que sus nombres se han eternizado en el callejero local. Cabe destacar la presencia de hasta cuatro antiguos regidores arousanos en la toponimia urbana de la localidad: Jacobo Rey Daviña, alcalde durante la dictadura franquista y responsable de importantes obras de la época como el balneario de la playa de Compostela; el médico Castor Sánchez que llegó a los mandos del gobierno local e incluso fundó dos sociedades de socorros mutuos; Elpidio Villaverde Rey, que gobernó durante la Segunda República y que hoy por hoy da nombre a la calle de la sede de la Agencia Tributaria; así como Francisco Ravella y Arenas, quien presidió la corporación municipal a finales del siglo XIX.
También resulta bastante prominente la existencia de varias calles e incluso parques cuyos nombres fueron tomados de diferentes profesionales de la salud en Vilagarcía. El caso más destacado es el de José Antonio Moreira Casa, miembro de la gestora municipal en el período que abarca la Segunda República. Sus labores altruistas como facultativo le llevaron a adquirir el sobrenombre de "el médico de los pobres". Un apodo que también conservó el médico Manuel Tourón, cuya figura da nombre a otra de las arterías principales de la ciudad. También el médico Roque Carús representa otra figura clave en la historia de Vilagarcía de Arousa y del sector sanitario en general. En su época, Carús llegó a ser director facultativo del balneario, inventor de varios aparatos de física y artífice de distintos trabajos científicos sobre la tisis y el microplancton en la ría de Aorusa.
El último siglo de historia de la capital arousana está plagado de profesionales liberales que han tenido una gran relevancia para el presente de la ciudad, entre ellos Eldelmiro Trillo, abogado y director de la cabecera local Galicia Nueva (uno de los antiguos periódicos de O Salnés); o Gumersindo Nartallo, hombre de negocios y uno de los grandes benefactores de Vilagarcía de Arousa. A estas alturas también resulta importante hacer mención a la figura de Luisa Vilá Janer, mujer de José Bargés (alcalde en el año 1872) y fundadora de un pequeño hospital para pobres que también funcionó como la primera residencia de mayores de la histórica Villa. Su caso es muy particular ya que se trata de uno de los pocos personajes femeninos que figuran en la toponimia urbana de Vilagarcía.
La huella franquista en el callejero local
Como sucede en otros muchos puntos de la geografía española, la huella de la dictadura franquista todavía está presente en el callejero local de Vilagarcía de Arousa. No es un tema reciente, ni mucho menos: el debate sobre la revisión de la herencia del Franquismo y la Guerra Civil en los espacios públicos (ya sean placas, monumentos o nombres de calles) lleva varias décadas siendo un tema a la orden del día. Y aunque la Ley de la Memoria Histórica es muy taxativa en este sentido, existen ciertos vacíos legales que siguen complicando la eliminación de algunos símbolos franquistas, tal y ocurre en el caso de las "razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por ley". Un ejemplo claro de ello en la capital arousana lo encontramos en el monumento creado por el reconocido escultor cambadés Francisco Asorey en memoria de José Calvo Sotelo, ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera.
Más allá de esta singular excepción artística, en el callejero de Vilagarcía de Arousa siguen conviviendo otra media docena de personajes vinculados en menor o mayor medida al régimen de Franco. Uno de los casos más controvertidos es el referente a la Rúa Xeneral Yagüe, un militar golpista, africanista y responsable directo de la masacre de Badajoz y otros tantos sucesos. La particularidad viene dada porque su figura da nombre a un conjunto de viviendas y resulta responsabilidad de la comunidad de vecinos eliminar o mantener dicho designio. Por otra parte, también el Conde de Vallellano, ministros y procurador en Cortes durante la dictadura de Franco; el Almirante Fontán; el propio alcalde Rey Daviña; el director de Obras Públicas, José María Riveiro de Aguilar y el director del Banco de Crédito Local, José Fariña Ferreño mantienen sus nombres y apellidos en el nomenclátor público de la localidad.