A orillas del río Miño, en el límite natural entre Galicia y Portugal se encuentra el municipio de Arbo, conocido por ser la capital de la lamprea y el corazón de los vinos Condado y Albariño en el sur de la provincia de Pontevedra. Pero más allá de las exquisiteces gastronómicas y vitivinícolas, la localidad pontevedresa también alberga un enorme patrimonio natural, cultural y tradicional, con numerosas rutas que permiten descubrir paisajes oníricos y conocer la historia de este lugar a través de sus diferentes elementos etnográficos ―ya sean iglesias, pazos o incluso molinos.
Abril es el mes de la lamprea en Arbo: uno de los productos estrellas en las tierras del Miño que cuenta con su propia Fiesta de Interés Turístico Internacional. La edición de este año tendrá lugar los días 28, 29 y 30 de abril, un fin de semana repleto de música y gastronomía en el que tanto vecinos como visitantes tendrán la oportunidad de degustar diferentes platos cocinados a base de lamprea. Cabe destacar que la Festa da Lamprea de Arbo es uno de los festejos más antiguos de Galicia, ya que comenzó a celebrarse de forma oficial en la década de los 60 con la intención de dar a conocer la singularidad de sus productos y vinos locales.
Lamprea: la joya de la corona
La lamprea es uno de los animales más extraños del mundo submarino. Hablamos de un pez prehistórico que habita en las aguas de algunos ríos gallegos desde hace más de 500 millones de años ―más antiguo incluso que los dinosaurios. Se trata de un animal de forma cilíndrica que no tiene esqueleto ni escamas, tan solo un cartílago que recorre todo su cuerpo de forma longitudinal y le aporta un aspecto temible. Guarda algunas similitudes con las anguilas, pero con una boca circular plagada de dientes que utiliza como ventosas para alimentarse. De hecho, por esta razón la lamprea es también conocida como "el vampiro del agua" ya que se nutre de la sangre de otros peces para sobrevivir.
La lamprea crece en el mar y regresa nuevamente a los ríos para completar su ciclo de vida. Su pesca resulta muy popular en la zona del Miño, sobre todo en las localidades de Arbo, Salvaterra y Crecente, y entre los meses de enero y abril que es cuando se extiende la temporada de este singular espécimen. Es importante señalar que la pesca tradicional de la lamprea todavía se mantiene en la mayoría de los casos, valiéndose de las pesqueiras (o pescos) para su captura, unas construcciones de piedra que se sitúan sobre el río.
De norte a sur, Galicia cuenta con innumerables fiestas gastronómicas dedicadas a sus mejores hitos culinarios. La localidad de Arbo también presume de una celebración dirigida al manjar de río por excelencia en la zona del Miño. El último fin de semana de abril, la conocida Fiesta de la Lamprea permite a todos participantes degustar durante tres días la lamprea en sus múltiples preparaciones: al estilo arbense (es decir, guisada en su propia sangre), seca, con arroz o tirabeques, en empanada… las recetas son infinitas. Por su parte, la Fiesta de la Lamprea Seca tiene lugar durante el segundo fin de semana de agosto y rinde homenaje a una forma de preparar el producto fuera de temporada.
La cultura del vino en Arbo
Más allá de la gastronomía, Arbo es a su vez una tierra de vinos. Bañada por las aguas del Deva, Cea y Miño, la localidad pontevedresa conforma un prototipo de zona con un microclima propio que da lugar a uno de los vinos de mayor calidad y más selectos del mercado. La influencia atlántica de estas tierras, con temperaturas suaves y precipitaciones abundantes, permiten disponer de todas las características necesarias para que las uvas alcancen su punto exacto de madurez.
Los vinos arbenses están enmarcados dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas, también en la subzona del Condado do Tea ―una de las tres originales en su año de creación (1988). Es importante señalar que esta subzona es la segunda en cuanto a producción de vinos a partir de uva Albariño se refiere y la primera subzona de la D.O Rías Baixas en la utilización de variedades como Treixadura y Torrontés. En el caso particular de los vinos producidos en Arbo, destacan variedades tintas como el Caiño, Brancello, Espadeiro y Pedral; o blancos como el Albariño, Loureiro o los ya mencionados Torrontés y Treixadura.