Se trata, sin duda, de una de las salas de conciertos más emblemáticas del panorama musical español; símbolo del underground en la ciudad olívica y uno de los locales de ocio nocturno con más trayectoria (e historia) de Vigo. Es La Iguana Club.
Billy, el único que queda al frente del negocio de los cuatro socios que iniciaron la aventura que dio lugar a este local, allá por 1990, nos cuenta el germen, los inicios y cómo esta sala de la calle Churruca de Vigo llegó a convertirse en el templo del rock, despertando el interés de grandes artistas internacionales.
Además, y quizás lo más importante para todos lo que disfrutaron antaño y hasta el pasado verano de este histórico de la ciudad, Billy nos habla también del futuro de este clásico. ¿Lo hay?
La idea
El germen de La Iguana fue la necesidad que tenían dos jóvenes vigueses, Billy y Julián, de tener una oferta musical periódica en su ciudad. "En aquel momento, a finales de los 80, no había nadie, ni siquiera en España, que programara de una manera constante. Tú ibas a ver un concierto un día a La Kama, al Kremlin o al Manco y no sabías cuándo iba a ser el siguiente. Se hacía un concierto porque alguien ofrecía un grupo o porque Siniestro sacaba algo o Aerolíneas o Los Cafres, que era de donde yo venía, pero no sabías cuándo iba a ser el siguiente. Yo quería ver un concierto todas las semas", cuenta Billy.
Con esa idea y tras la búsqueda de locales en la zona en la que ellos se movían, el ‘scalextric’, apreció un gimnasio de tres pisos en el que vieron muchas posibilidades y donde se dio vida a una de las salas de conciertos más famosas de España. La normativa vigente no permitió hacer un local de tres plantas como era aquel centro deportivo, pero un proyecto de arquitectura y varios meses de trabajo lograron crear un espacio que no deja a nadie indiferente. Su pasarela, un clásico, permite que el público rodee a los artistas desde una posición elevada. Además, cuenta con uno de los backstage más curiosos del panorama musical nacional al que se accede por una escalera de mano y no apto para personas con vértigo. "Son muchos los artistas han preferido evitarlo", cuenta Billy.
En el invierno de 1990, y tras sumarse al proyecto dos nuevos socios, Fran y Fernando, La Iguana Club comenzó su andadura.
Los que se hicieron famosos y los que quisieron estar
Hacer una lista de los artistas que han pasado por La Iguana en 30 años de trayectoria es misión imposible. Billy señala algunos nombres pero insiste en que se le olvidarán muchos. Algunos tocaron en la sala viguesa y fue después cuando se hicieron gigantes; otros, ya gigantes, quisieron no perder la oportunidad de tocar, para Vigo, en ese sitio del que tanto se oía hablar.
En la Iguana han estado grupos que se han convertido en artistas "de estadio", como Green Day, The Offspring, Blink 182… "El punk americano que surgió en los noventa y que muchos se convirtieron en estrellas mundiales", apunta Billy. Además, nombres como Calamaro, Iván Ferreiro, Manu Chao, Siniestro Total, Sidonie. "Me olvidaré de muchos… A veces la gente ve nombres como esos y te llaman pensando que es un local inmenso y hay que explicarles que el aforo es de 250 personas".
Además de recibir a numerosos artistas, La Iguana vio nacer uno de los grupos vigueses con mayor impacto nacional en su momento: Killer Barbies. "Una vez que tuvimos La Iguana empezamos a ensayar ahí", recuerda Billy, batería de la formación.
Sobre los mejores momentos del histórico local vigués su propietario asegura que no es de esas personas que miran demasiado al pasado. Si bien señala que el momento actual no puede ser peor ("estamos cerrados por una pandemia mundial") y que los primeros tiempos fueron los de la ilusión ("es materializar lo que tienes en la cabeza, la valentía de sacar adelante un proyecto y que se haga realidad"), el músico y empresario siente que el proyecto ha mejorado año a año en todos los aspectos.
"Cada vez tienes más contactos, puedes traer grupos mejores, vas aprendiendo más técnicamente, van llegando nuevas generaciones con más cultura musical, salvo el momento actual, yo creo que ha habido una buena evolución. Me gusta verlo así, explica.
29 primaveras + 1
Las fiestas de aniversario de La Iguana, con camisetas diseñadas para la ocasión y que hacen honor al evento, constituyen un día clave en el calendario de muchos vigueses. El último jueves antes de Navidad y tras varios días de ensayos, la calle Churruca ha celebrado durante años el nacimiento del templo de rock con una gran fiesta que, probablemente, ha supuesto algunos de los mayores "llenazos" de la emblemática sala de conciertos.
Horas de música en directo en una noche que habitualmente tenía alguna temática. Las fiestas de aniversario se convirtieron en una cita obligada para muchos de los clientes que lo visitaban habitualmente y también para numerosos artistas de la ciudad olívica. Músicos profesionales y "amigos" de La Iguana compartiendo escenario en un evento cuya principal finalidad esa la pura diversión y conmemorar el éxito de aquel espacio para música ideado a finales de los 80.
"Es un día en el que artistas de la ciudad profesionales se mezclan con gente que igual se sube por primera vez a un escenario y se crean formaciones que no vas a volver a ver nunca más. Los aniversarios siempre han tenido un interés especial", afirma Billy.
Un número tan redondo como los 30 años del local vigués se vio, el pasado ejercicio, frustrado por la crisis sanitaria global. Quizás el 2021 no sea aún el año de resarcirse y en diciembre no veamos aún un local abarrotado de amigos y músicos, pero la fiesta volverá.
Sí, hay futuro
El ocio nocturno ha sido uno de los sectores más castigados por la pandemia mundial. La Iguana Club, que tuvo un pequeño respiro el verano pasado, en el que incluso se programó algún concierto, ha estado cerrada la mayor parte del tiempo desde hace ya más de un año. La crisis del coronavirus se ha llevado por delante algunos de los locales más longevos de la ciudad, como el Contrabajo, que cerró la persiana el pasado mes de octubre.
Pero sobre el futuro de La Iguana hay buenas noticias: aguantará el tirón y volverá con toda la ilusión y las ganas después de un año tan complicado para todos. Según explica Billy, "lo hemos pasado mal. Al final no te queda más remedio que obedecer unas directrices por el interés general con bastante resignación. ¿Las perspectivas? Pues con muchísimas ganas. Parece que lo peor lo hemos pasado y que se empieza a ver la luz. La mayoría de los conciertos están programados para el 22, pero como club esperamos que pronto podamos abrir, veo que la gente está con mucha ilusión por la vuelta, y yo también". Así sea.