Vida y muerte del mono Paco, el simio que levantó la polémica en Vigo
A finales de la década de los 80, su llegada a Redondela fue el comienzo de una historia con tintes surrealistas que puso el foco mediático en el sur de Galicia y que, años después, recuperó un documental
21 agosto, 2021 06:00El 19 de diciembre de 1991, fallecía en el zoo de Vigo el mono Paco. Lejos de tratarse de una noticia residual en los medios locales, la muerte del mico ponía el cierre a un año de múltiples cambios y polémicas en la ciudad. En una de ellas, se había visto envuelto el animal.
El censo de ese año, situaba en 276.573 los habitantes de Vigo. Un 1991 polémico por diferentes causas. En la política, Manuel Soto, primer alcalde de la democracia en la ciudad, dejaba el puesto "obligado", después de que Esquerda Galega pidiese su cabeza a cambio de permitir al PSOE gobernar. Sería Carlos Príncipe, su número dos, el que accedería en junio al consistorio en un tripartito con el BNG.
Por otro lado, Soto había sido el impulsor de la instalación de tres estatuas que no fueron bien recibidas. Los caballos de la Plaza de España, el Sireno de Puerta del Sol y Los Rederos de Gran Vía. La segunda, la instalaron de madrugada y generó mucha animadversión; sobre la última, ‘los forzudos’, se dijo de todo: desde que era obscena por estar los pescadores desnudos, que representaba a esos trabajadores e, incluso, se llegó a asimilar con una escultura nazi.
En ese contexto, aparecía la figura del mono Paco, que en marzo de 1991 llegaba al zoo vigués con una imagen ya polémica en su anterior hogar, Redondela.
Paco, Coco y un marinero de Redondela
Años antes, en 1986, un marinero regresaba a Redondela de estar embarcado en África con dos monos: Paco y Coco. Ambos, fueron donados al Concello de Redondela y, de la mano del alcalde Xaime Rei, fueron acomodados en una jaula en la Alameda redondelana.
Lo que parecía una estampa exótica y con cierta atracción para la gente de la zona, con dos estrellas rutilantes en forma de simios de la especie Chlorocebus aethiops expuestos para regocijo del público, se tornó en un problema. Y es que Coco falleció a principios de 1991. Paco se quedaba solo en aquella jaula.
La soledad y el desarrollo natural de un animal enclaustrado y fuera de su hábitat produjo una reacción que nadie esperaba en el mono: una dedicación extrema y constante al onanismo, con el agravante de que lo hacía a ojos de todos los que acudían a visitarlo, menores incluidos. Testimonios de algunos locales hablaban, incluso, de los intentos del mono por atrapar a las palomas del parque para satisfacer su deseo sexual.
La polémica, como es evidente, no se hizo esperar. Por un lado, el de la moral, por lo que suponía esa práctica en plena Alameda; por otro, las asociaciones animalistas, que veían en Paco no a un obseso sexual, sino a un ser asolado por la tristeza y preso de unos barrotes que lo apartaban de la libertad.
Leri aparece en escena
La ayuda para Redondela y para Paco llegó en forma de político vigués. Antonio Nieto Figueroa, más conocido como Leri, hombre de arraigo municipal y uno de los grandes impulsores de la práctica del fútbol en la ciudad, lo fue también de la llegada del mono a Vigo, más concretamente a su zoo, después de que el regidor redondelano solicitase su ayuda. Para ello, el concejal vigués no dudó en acudir al municipio vecino con un metro para tomar medidas de la jaula de Paco, previa convocatoria mediática.
Así, metro en mano y ante la atenta mirada de periodistas llamados por lo insólito de la noticia, canales nacionales incluidos, Leri comenzó a calibrar el espacio de aquel habitáculo de la Alameda de Redondela. Como era previsible, el mono Paco decidió hacer lo que no paraba de hacer, para regocijo de las cámaras, que enfocaron al primate al tiempo que el concejal vigués decidía trasladar las medidas de la jaula a los genitales del animal, que para más detalle, eran de un llamativo color azul. Un show mediático a la altura de lo surrealista de la situación.
Pero Leri no se quedó ahí: anunció, a bombo y platillo en una nota de prensa destinada a los medios, que Paco ‘el Golfo’, como él lo llamaba, tendría a su disposición varias monas en el zoo para su disfrute, un ‘harén’; un hecho que no pasó desapercibido para los colectivos feministas, a los que contestó, ante sus airadas quejas, con una desacertada invitación en un pleno del Concello a participar en la solución del "problema sexual del mono".
Crónica de una muerte anunciada y de una ciudad
Finalmente, Paco recaló en el zoo en el mes de marzo y allí encontró a otra mona, de nombre Vigo, que también falleció. Por lo tanto, un cambio de todo, para que todo siguiese igual, pero en otro lugar. Nueve meses después, en diciembre, Paco moría de forma trágica: un imperdible entre su comida le desgarró por dentro.
Con la muerte de Paco, se ponía fin a una etapa de la ciudad, la primera de la democracia y la de la Movida. Pero la figura del mono verde que escandalizó a propios y extraños no se olvidó. Es más, con el paso de los años, el vigués Piño Prego la recuperó en un documental que se presentó en Cans en 2010 y que fue finalista de los Premios Mestre Mateo.
En él, se puede recorrer no sólo la vida de Paco, sino la de una ciudad a lo largo y ancho de nombres que han formado parte de ella, como Karina Falagan, Julián Hernández, Tony Lomba, Iván Ferreiro, Michel Salgado y el propio Soto, o lugares tan característicos como La Iguana, el Jonathan de Samil o el Bayona.
No es el único recuerdo, treinta años después. Más allá de la memoria y del audiovisual, hoy Redondela guarda un grafitti con el rostro del mono en un pilar cercano a la plaza de abastos y en A Coruña, en la calle Mercado, se puede encontrar un restaurante llamado "El mono Paco".