"Cuando se muere alguien todo el mundo dice que qué buena persona era, pero en este caso se cumplía". Son palabras de Luis Aragonés, el que fue seleccionador de España de fútbol y una de las figuras imprescindibles para entender los éxitos del fútbol español a nivel de selecciones. Se refiere, así, al vigués Genaro Borrás, médico del Celta y de la selección española.
Mañana, lunes, se cumplen 15 años desde que falleció víctima de un cáncer de pulmón que se aceleró en 5 meses. Fue un 15 de mayo de 2008 cuando solo contaba con 62 años; al día siguiente, con las portadas de los medios encabezadas con la desgraciada noticia, el cementerio de Pereiró se convirtió en el epicentro del deporte nacional y el lugar más concurrido de la ciudad. Todos querían despedirse de Genaro Borrás porque todos querían a Genaro Borrás.
Casi 30 años vinculado al Celta
Para entender su figura, hay que hablar de fútbol, del Celta y de la selección. También de tenis y, por supuesto, de Vigo. Licenciado en medicina por la Universidad de Santiago de Compostela, se especializó en Traumatología y Cirugía Ortopédica en la Complutense de Madrid y se convirtió en uno de los grandes referentes a nivel nacional de su especialidad, lo que lo llevó, en 1981, a convertirse en jefe médico del Celta, aunque ya había empezado a trabajar con el club en 1977, con Rodrigo Arbones como presidente. Estuvo vinculado al Celta durante casi 30 años, 25 de ellos como jefe de los servicios médicos, cargo que dejó en 2006.
De su trayectoria se puede hablar en términos deportivos: con el club celeste logró ascensos, sufrió descensos y llegó a dos finales de Copa del Rey, ambas saldadas con derrotas ante el mismo equipo, el Zaragoza. Su imagen, de hecho, presidió el exterior de Balaídos durante años, antes de que comenzase la reforma, entre otras figuras vinculadas a la historia del Celta.
Cientos de jugadores pasaron por sus manos en el club vigués; de ellos, el ex portero Santiago Cañizares ha repetido, en multitud de ocasiones, la relación tan especial que mantuvieron y lo importante que fue en su carrera. "Hasta que llegué al Celta, fui un buen portero en Segunda en el Mérida. Txetxu Rojo y Genaro Borrás influyeron mucho", reconocía en una entrevista a Ao Contraataque, de la Radio Galega.
La selección española y la colonia de Cañizares
Cañizares también fue uno de los jugadores con los que trabajó en la selección española. Sobre su trayectoria en el combinado internacional, que comenzó en 1991, también se puede hablar en términos deportivos: fue medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y participó en tres Eurocopas y en tres Mundiales.
De hecho, uno de los capítulos más curiosos de la historia reciente de la selección incluye al ex portero y al médico vigués. Cañizares se perdió el Mundial de Korea y Japón por culpa de un bote de colonia que se le cayó en el pie y provocó la sección del tendón extensor del primer dedo del pie derecho. Un bote de colonia que le encargó a Borrás que se lo comprase, como revela en una entrevista de GQ en 2018.
El 16 de mayo de 2002, el portero le encomendó la tarea de comprarle una colonia a Genaro durante una concentración de la selección previa al Mundial; se le había acabado y los jugadores no podían salir del hotel. El doctor le llevó un pequeño bote de Acqua Di Gio que, dos días después, la noche del 18 de mayo, provocó la lesión. Cañizares llamó a Borrás, que fue el que tomó la decisión de mandarlo a urgencias y el que le recomendó que se operase.
Aprobado en el exigente examen diario
La huella personal que dejó fue honda, como se reflejaba en las declaraciones de Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol con el que coincidió: "En primer lugar era una persona muy querida por toda la familia del fútbol español. Segundo era un gran profesional y en tercer lugar destacaba por su sencillez, naturalidad y lealtad", afirmaba aquel 16 de mayo en Pereiró.
Desde la Quinta del Buitre hasta los inicios de la generación que elevó a los altares del fútbol a la selección, cuajó como uno más. "Puedes intentar lo que quieras, pero si no entras bien en el vestuario no tienes nada que hacer. Allí sufres un examen diario de gente muy exigente y yo creo que los he aprobado todos. Por mis manos han pasado varias generaciones de futbolistas, desde aquella de Martín Vázquez, Butragueño, Beguiristain y Bakero hasta ésta que irrumpe ahora de Casillas, Puyol, Albelda o Baraja", explicaba en una entrevista de 2002.
"Va por ti, Genaro"
El primer gran éxito continental de la selección, tras la Eurocopa de 1964, recuperó la figura de Genaro Borrás pocos meses después de su fallecimiento. El documental Luis, el sabio del éxito, de 2018, que desvelaba imágenes inéditas de la selección durante el campeonato de Europa de 2008, recogía uno de los momentos de la celebración tras la victoria en la final a Alemania. En el autobús, Luis Aragonés interrumpe la algarabía: "Yo quiero deciros unas palabras para una persona que ya no está aquí, pero que fue entrañable con todos ustedes y conmigo, y es el doctor Borrás. Nos tenemos que acordar de él aunque sigamos con la misma diversión, pero va para él, que lo sepan ustedes. Es de esa gente que he estado solo tres años con él, pero me caló tan hondo, y vosotros le debéis estar súper agradecidos". El vehículo estalla en una ovación.
Pocos días después de su fallecimiento, los jugadores de la selección aprovechaban un partido de preparación para la cita de Austria y Suiza para mostrar, de nuevo, una imagen que llegó a todos: durante el himno en el estadio Nuevo Colombino de Huelva previo al encuentro ante Perú, el once inicial posó con una pancarta que rezaba: "Gracias, Genaro". Tras levantar la Eurocopa, otra pantacarta se hizo visible en el escenario donde celebraron el título: "Va por ti, Genaro".
Javier Clemente, seleccionador con el que vivió el Mundial de Estados Unidos de 1994, también confesaba en Ao Contraataque la simpatía que le despertaba el Celta por Patxi Salinas, por Jorge Otero pero, sobre todo, por el "cariño especial" que le tenía a Genaro Borrás.
Reconocimientos
Ese cariño era un sentimiento que Genaro despertó en todos los que le conocieron y que también se ha reflejado en los múltiples reconocimientos que recibió, en vida y póstumos. En 2007 fue nombrado Vigués Distinguido; en 2009, recibió la Medalla de Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo a título póstumo; en 2011, también a título póstumo, la Xunta le otorgó la Distinción al Mérito Deportivo de Galicia.
Vigo también lo guarda en su memoria de diversas maneras; con el Trofeo Memorial Genaro Borrás de Tenis, organizado por el El Corte Inglés y el Club de Campo. En el tenis, además, hay una imagen en ese mismo Club de Campo de 2002 en la que Borrás posa con un joven que quedó campeón del Torneo Internacional de Tenis celebrado ese año: el adolescente que apunta maneras es Rafa Nadal.
El callejero vigués también recoge un homenaje: la calle Genaro Borrás, en las inmediaciones del Complejo Deportivo de As Travesas, que recibió su nombre en 2011, tras la aprobación por unanimidad del pleno del Concello.
Más allá de las placas y de los premios, la figura de Genaro Borrás queda escrita con tinta indeleble en la historia de la ciudad, más allá también de sus méritos profesionales y sus éxitos deportivos. De Genaro queda lo más importante y lo más difícil de borrar: el recuerdo tras 15 años desde que dijo adiós.