El Celta de la temporada 2022-23 comienza a tomar forma, apuntalando las posiciones que el equipo tiene más en precario. En el centro de la defensa, el Celta confirmó este fin de semana la llegada de Unai Núñez, del Athletic de Bilbao, en calidad de cedido, que se podrá prolongar una temporada más con una opción de compra obligatoria.

Así, Coudet cubre con este cuarto refuerzo un hueco defensivo en una posición para la que solo contaba con Aidoo y Carlos Domínguez, tras la salida de Néstor Araujo, Murillo y Fontán. La llegada del vasco traerá al equipo experiencia y la proyección de un jugador que, tras alcanzar la internacionalidad, su crecimiento se detuvo los últimos años.

De todas formas, no se descarta la llegada de algún fichaje más para la línea defensiva, donde además del centro de la zaga, el lateral izquierdo cuenta solo con Javi Galán.

También la delantera está huérfana. Iago Aspas es el único disponible tras apartar a Santi Mina del equipo y la no continuidad de Thiago Galhardo, que regresa a Internacional tras unos meses cedido en el Celta.

Para acompañar al de Moaña en la tarea del gol un nombre suena con más fuerza, el del madridista Borja Mayoral, una operación complicada que se extenderá a lo largo del verano. En la recámara, otros nombres que han salido a la palestra son el de Paco Alcácer y el danés Martin Braithwaite, por el que también se ha interesado el Valencia.

En el caso del delantero del Villarreal, no cuenta para Emery y hay más equipos de la Liga interesados en su fichaje, como el Getafe y el Cádiz. En todo caso, parece que no será solo un delantero el que llegará este año.

Queda también por resolver la portería. Rubén Blanco parece que interesa al Olympique de Marsella y el portero azulgrana Neto es la opción que más gusta en Balaídos, aunque para llegar a Vigo tendría que salir sin coste y con el Barcelona pagando parte de la ficha de tres millones de euros.