Decía Carlos Carvalhal antes de su estreno como entrenador del Celta que en tres días no podía hacer magia y que no preveía cambiar muchas cosas del once heredado de Coudet. La alineación lo confirmó, al igual que la falta de gol y la flacidez defensiva del equipo, que en los dos primeros disparos a puerta de Osasuna encajó dos tantos. Una caída libre que, tras el empate del Sevilla en el derbi contra el Betis, deja al equipo en puestos de descenso.
El Celta es décimo octavo, empatado con el equipo hispalense y con el Cádiz; los primeros están fuera de descenso y los amarillos en la décimo novena posición por la diferencia de goles. Una situación que el Celta no vivía desde hace más de un año.
La temporada pasada un mal inicio de campaña, con los cinco primeros partidos sin conocer la victoria, sumando solo un punto gracias a un empate contra, precisamente, Osasuna, hizo caer al equipo de Coudet en la jornada 3, tras perder contra el Athletic, en puestos de descenso. La derrota contra el Real Madrid y contra el Cádiz alargó la agonía, que finalizó tras los tres puntos logrados en el campo del Levante que sacaron al Celta del descenso.
Fue el 21 de septiembre de 2021; trece meses y medio después, el equipo ahora entrenado por Carlos Carvalhal regresa a las últimas plazas de la clasificación y con solo un partido por delante antes del parón por el Mundial de Qatar. El rival es el Rayo Vallecano, al que el Celta no gana en su campo desde 1996, fecha desde la que solo ha logrado sacar un punto de Vallecas, la pasada temporada tras un empate a cero.