El Celta seguirá siendo de primera división. Los de Vigo firmaron un 2-1 contra el Fútbol Club Barcelona que les aseguró la permanencia en la máxima categoría del fútbol español. Lo hizo con un claro protagonista: El canterano Gabri Veiga, que se dejó la piel por el equipo de su corazón.
El partido comenzó a las 21:00 horas con ausencias importantes como la de Iago Aspas en los primeros minutos, pero con una afición entregada que, dos horas antes del encuentro, recibió a su equipo -que llegó a Balaídos en autobús- coreando "Agora, Celta. Agora" o "Real Club Celta de Vigo".
Los vigueses comenzaron dominando el encuentro ante un Fútbol Club Barcelona que, aunque no se jugaba nada, apretó desde los primeros minutos a un Celta intranquilo.
La primera ocasión para los de Vigo la tuvo Gabri Veiga, con un golpeo desde fuera del área que paró, en dos tiempos, Ter Stegen.
Por su parte, los culés avisaron en el minuto 8´00´´ con un disparo infructuoso de Raphinha que sobrecogió la afición celeste. Robert Lewandowski lo materializó pocos minutos después, pero, finalmente, el gol fue anulado, para el alivio de los de Vigo, por fuera de juego.
Pese a la anulación, la presión y los nervios hicieron que los celtistas perdiesen posesión de balón, afinación en la puntería y alguna oportunidad durante la primera media hora.
Por su parte, los del Barça siguieron aproximándose al área rival con mucho peligro: En el 21´16´´ Seferovic golpeó de cabeza, aunque Stegen atrapó sin problemas. Óscar Rodríguez, con un buen golpeo en el minuto 37´, perdió la ocasión de anotar el primero para los de Vigo.
El hombre de la noche
El gol se cantó en Balaídos en el minuto 41. Gabri Veiga, protagonista absoluto del encuentro y con un disparo cruzado, llevó la locura a Balaídos y animó a los jugadores olívicos, que se fueron al descanso con un 1-0 en el marcador.
Como manda la tradición, la banda sonora del Equipo "A" anticipó el final del descanso. Desde las gradas, la afición -entre la que se encontraba el artista C. Tangana, celtista de corazón y autor del himno del centenario del club vigués- animó desde primera hora y con los ánimos recargados gracias al gol de Veiga en el último tramo de la primera mitad.
Los culés comenzaron la segunda parte con mayor posesión de balón ante un Celta replegado para defender su tanto. Kessié protagonizó la primera llegada al área celeste con un disparo que se fue por encima de la portería.
El partido avanzó en Vigo hasta que Ferrán Torres recibió la primera tarjeta del encuentro en la ciudad olívica por una dura entrada a Gabri Veiga. La bancada celeste reclamó en ese instante la roja para el jugador del Barça. Raphinha recibió, poco después, la segunda tarjeta amarilla del encuentro en Vigo por una entrada a Javi Galán.
El Celta se aproximó por primera vez a la portería en el minuto 60, aunque sin éxito. Poco después logró anotar el segundo tanto: Balaídos explotó de alegría con el segundo gol de Gabri Veiga, el salvador de los de Vigo. La afición no paró de corear el nombre del canterano, que poco después abandonaba el terreno de juego besando el escudo del Celta y entre lágrimas.
En el minuto 77 el genio de Moaña, Iago Aspas, hizo su entrada en el terreno de juego para remar junto a sus diez compañeros y en mitad de una gran ovación de la bancada. Sin embargo, la fiesta se interrumpió en Balaídos en el minuto 79 con el tanto de Ansu Faty, que enmudeció a la grada celeste y puso en tensión a los olívicos.
El partido avanzó sin oportunidades claras, pero con muchos nervios en la grada celeste. Tras seis minutos de añadido, la locura se desató en el templo del futbol vigués. El Celta es de primera.