Los jugadores del Celta de Vigo, con Carlos Mouriño y Rafael Benítez a la cabeza, fueron recibidos este lunes en la Basílica de San Pedro del Vaticano por el Papa Francisco. La visita del equipo gallego se enmarcó en la conmemoración de sus cien años de vida, efeméride por la que fueron felicitados por el Pontífice. También formaron parte de la comitiva celeste miembros del consejo de administración, directivos, cuerpo técnico, abonados y empleados del club.
El Papa Francisco, que ensalzó, con motivo de la visita, la unión entre el pueblo gallego y el argentino; recibió de parte del club una metopa con su escudo, así como la nueva camiseta del centenario con el nombre del Pontífice. También un olivo, en representación de la ciudad y del himno del centenario.
El religioso dedicó unas palabras al equipo gallego que, tal y como él mismo apuntó, "evoca tantas experiencias que como argentino viví en mi propia carne". Además destacó que los colores del Celta -azul celeste y blanco- "son los de la Virgen Inmaculada y también los de la camiseta argentina, casi como si nuestra Madre se hubiese querido engarzar entre las dos orillas de este gran océano que más que separarnos, nos ha unido para que no la olvidemos".
Por último, el máximo representante de la Iglesia Católica aludió a la historia del presidente del equipo vigués, Carlos Mouriño, quien tuvo que "cruzar el Atlántico para formar una familia; como tantos otros, y que seguramente contempló en la lejanía esa bandera blanquiceleste que desde la capitanía del puerto de Vigo los despedía".