La crónica del Girona-Celta se puede escribir saltando directamente a los últimos minutos de partido. En un encuentro que el equipo de Benítez no sufrió demasiado y en el que tuvo más ocasiones que el rival, aunque de escaso peligro, todo giró alrededor del minuto 83, cuando Tapia puso un balón en el área desde la banda derecha que Gazzaniga no pudo retener y el balón terminó en los pies de De la Torre, que alojó el balón dentro de la portería gerundense.
La celebración del gol duró escasos segundos, porque el árbitro, Díaz de Mera, pitó falta de Dotor al portero rojiblanco, anulando el tanto celeste ante el desconcierto de Rafa Benítez. Una falta que, según se aprecia en las imágenes, es inexistente; el choque con el guardameta parece más fruto de la inercia, y al arquero argentino se le escapa el balón antes del impacto.
La mala suerte continuó en el tiempo añadido, cuando en el minuto 91 Yangel Herrera conectó un gran disparo que se coló en la portería de Guaita, que debutaba como titular, pegado al palo. Una derrota, de nuevo, en los últimos minutos de partido y, de nuevo, con polémica arbitral.
Es el cuarto gol anulado al Celta y la enésima decisión arbitral que no cae del lado vigués. La mochila de los de Benítez sigue cargándose de quejas contra los colegiados y el VAR, pero muy vacía en cuanto a puntos: 6 en 11 partidos y solo una victoria que sume al equipo en los puestos de descenso.
"Es difícil de entender", aseguró el técnico madrileño, que puso el foco de nuevo en el arbitraje. "Esta semana hemos hablado con el comité de árbitros, con el VAR, para entender cómo funcionaba, pero me parece que vamos a tener que ir otra vez porque seguimos sin entenderlo", concluyó.
El propio Celta colgó en sus redes sociales una imagen en negro con el escudo en blanco asegurando que "esta competición merece mucho más".