Este domingo a las 16:15 horas en Balaídos, el Celta disputa ante el Valencia el último encuentro de una temporada que arrancó mal, siguió peor, pero que se ha remontado en los últimos 10 partidos con la llegada al banquillo de Claudio Giráldez.

El técnico de O Porriño ha comparecido en rueda de prensa dándole la importancia que tiene al encuentro, pero también dejando entrever lo que podrá ser el Celta de la temporada que viene. "Hay ganas de cerrar la temporada con cero urgencias clasificatorias, nos lo merecemos todos los celtistas", ha reivindicado, y hacerlo "con un buen partido, una victoria y manteniendo las buenas sensaciones en Balaídos".

Para el cierre de temporada no estarán dos de las apariciones de esta recta final, Hugo Álvarez y Damián, que descansarán para preparase para disputar el play off con el Fortuna; su recambio también será de la casa: Javi Rueda y Yoel Lago. No es un casting, asegura Giráldez, que los ve "preparados para rendir con el primer equipo" tras una buena temporada con el filial. "No sólo como premio, queremos verlos en Primera División", ha matizado.

Sin desvelar si habrá minutos para los que con casi toda seguridad se despedirán del equipo, como el peruano Tapia, ya que ha asegurado que no sabe quién podría decir adiós de cara al año que viene, sí ha querido dejar claro que a partir de mañana se empezará "a construir el Celta del futuro".

"Estamos lejos de lo que pensamos que podemos llegar a ser", ha declarado Giráldez, que también ha querido poner cautela: "Tenemos que tener los pies en la tierra, ser consecuentes y saber qué equipo somos y dónde estamos". Eso sí, ha reconocido el mérito de llevar 13 temporadas en la máxima división del fútbol español.

El lunes será el momento de "hablar de pretemporada y concretar mucho más la planificación", pero ha avanzado que no quiere una plantilla tan extensa como la que ha heredado este año, con 33 jugadores, y que su ideal está entre las 20 y 21 fichas en el primer equipo.