Hubo un día en el que Vigo, además de ser el mayor puerto pesquero del mundo, también fue la capital de la vela. Un 12 de noviembre de 2005 la ciudad despedía por todo lo alto a los barcos participantes en la Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo a vela más importante.

Centenares de embarcaciones en las aguas de la ría y miles de personas en todo el litoral de la ciudad -desde A Guía hasta Samil-  asistieron a una jornada en la que también estuvo presente la Patrulla Águila del Ejército del Aire y el portaaviones Príncipe de Asturias.

El rey Juan Carlos -acompañado de otras autoridades- fue el encargado de dar el cañonazo de salida a las 11 del mediodía a bordo de la fragata sueca Goteborg. Los siete navíos partían rumbo a Ciudad del Cabo en la segunda etapa más larga, previo paso por el archipiélago brasileño de Fernando de Noronha.

Gracias a la mediación del regatista gallego Pedro Campos la salida de esta competición se producía por primera vez lejos de un puerto inglés. Además, el Club Náutico de Sanxenxo que el cinco veces campeón del mundo dirige acogió el puerto base y la tradicional regata prólogo.

La vela nacional estuvo representada por primera vez en 12 años gracias al Movistar, que lograría ganarle la etapa entre Melbourne y Wellington al todopoderoso ABN Amro 1. En total fueron siete embarcaciones de seis países distintos las presentes en una prueba que, desde entonces, zarpa desde el puerto de Alicante.

Foto: Concello de Vigo

Foto: Concello de Vigo

Foto: Archivo CRTVG

Una etapa dorada en el puerto vigués

A comienzos del nuevo milenio, Vigo disfrutó en su puerto de una etapa de esplendor en cuanto a eventos se refería. En 1998 fue el punto de partida de la Cutty Sark Tall Ships’ Race. La legendaria embarcación británica fue el mayor atractivo de una cita que congregó a 600.000 personas durante cinco días.

En 2003, otro buque histórico de bandera inglesa recaló en el puerto en su primera singladura. El Queen Mary 2 escogió las aguas de la ría de Vigo para realizar sus pruebas de mar antes de ser entregado. En su momento el buque de la Cunard Line fue el más lujoso y grande del mundo con 345m de eslora, y poco después volvió a hacer escala antes de ser utilizado como hotel durante los Juegos Olímpicos de Atenas por personalidades como Tony Blair, George Bush o el equipo americano de baloncesto.

En este período que abarca desde finales de los años 90 hasta el comienzo de la crisis económica de 2008, la ciudad olívica se consolidó como uno de los grandes puertos a nivel mundial. Proyectos como el “Abrir Vigo al Mar” reformaron totalmente el litoral vigués, mientras que la World Fishing Exhibition acogía cada seis años a las principales empresas del sector en el IFEVI.

Los muelles del Náutico despiden al Ericsson sueco. Foto: Concello de Vigo