El pasado sábado 24, el Celta Atletismo regresaba a las Ligas Nacionales en Salamanca tras dos años. Además de alzarse con el triunfo del primer encuentro ante Universidad de Oviedo, Salamanca y Atlético San Sebastián y estrenar una nueva equipación, el mismo tuvo un aroma especial.
Gonzalo Basconcelo Araujo (Vigo, 1994) regresaba a las pistas donde una década atrás había debutado con esa misma camiseta. En las mismas instalaciones donde Javier Sotomayor lograba el récord del mundo de altura -2’45 metros- el fondista vigués iniciaba su particular romance con el escudo celeste.
"No todos los deportes te permiten competir a este nivel y con tus amigos"
Pese a la falta de ritmo competitivo por la pandemia, Gonzalo se impuso en los 3000 metros obstáculos con 9:53.59. El 1 de mayo de 2011 había sido tercero en el 1.500 – con 17 años y detrás de su compañero Carlos Porto- pero desde entonces no ha dejado de sumar puntos con la camiseta céltica.
El viaje estuvo "bastante bien organizado y seguro" -otros equipos sufrieron brotes de COVID, sin ser el caso del Celta- pero lo que más valora el vigués es reunirse de nuevo con los suyos aunque hubiera muchos "novatos". "Hay gente con la que llevo tantos años que son más mis amigos que mis compañeros de club".
Considerado ya todo un veterano a sus 27 años -muy por encima de la media de edad de la expedición- asegura que "si sigo en atletismo es por las Ligas y es lo que más me motiva". La posibilidad de competir a nivel de Primera División Nacional y pasar un fin de semana "gratis" con tus amigos en cualquier ciudad de España son aliciente suficiente para no dejar de correr.
El último pupilo de Alfonso Ortega
Lo cierto es que sus inicios en la disciplina céltica no pudieron tener mejor mentor. Alfonso Ortega (Ribadavia, 1930) se volcó con el jovencísimo atleta en la recta final de su larga trayectoria como entrenador. Con 30 años, el técnico recibió los atletas que tenía entonces Alfonso Posada; aunque más tarde se especializó en las carreras superiores a 800m para iniciar una legendaria carrera.
Por sus manos pasaron los mejores corredores de la historia del Celta: Javier Álvarez Salgado, Carlos Pérez, Julia Vaquero…sumando tres Juegos Olímpicos con ellos. También el Celta de fútbol, del que fue preparador físico durante dos temporadas en los 60 y logró el ascenso a Primera.
Ya retirado de las pistas, mantiene una gran amistad con Basconcelo, del que recibe cada 19 de marzo una llamada por el día del padre. Un vínculo que el ex-seleccionador nacional de cross y maratón ha construído con muchos de sus atletas.
En 2015 pasaba a las órdenes de Manuel Martínez Ageitos, atleta y entrenador del club, con el que ha ido construyendo un grupo de mediofondo y fondo de notable éxito. Con él entrena la francesa Alice Finot, flamante subcampeona de Europa de 3000; así como varios jóvenes con gran proyección.
Un clásico de las carreras populares de Vigo
Basconcelo se ha convertido en los últimos años en una de las caras más reconocibles del atletismo vigués. Sus entrenamientos en el parque de Castrelos, su presencia en las carreras populares de la ciudad o su carisma han hecho que su nombre trascienda más allá del anillo de ocho calles.
El céltico suma cuatro triunfos en las primeras cuatro ediciones de la Invasión Celeste y una participación en la media maratón Vig-Bay. Pero si él tuviera que quedarse con una prueba, sería "la carrera del Pavo" en pleno centro de Vigo. El Gran Premio Pedestre de Nadal es la prueba más antigua de la ciudad con 58 ediciones. "Viene gente muy potente e ir por el centro esos días es muy bonito" apunta en relación a la decoración navideña.
1.300 euros en un año han sido su techo como "salario", pero ha preferido seguir en Vigo
Lo que es innegociable es el compromiso con el escudo. Basconcelo fue premiado como mejor atleta promesa de Vigo en 2012, campeón del Festival Olímpico de la Juventud en 2011 y ha estado presente en varios campeonatos de España Absolutos. Sin embargo, siempre ha querido mantenerse en Vigo: "Si quieres hacerte rico, cambia de club o de deporte"
En su mejor temporada con la camiseta celeste se embolsó unos 1.300 euros en todo un año. Ahora se encuentra centrado en su trabajo en una empresa de automoción auxiliar de Citroën.
Al contar con un trabajo externo, él mismo quiso devolver una parte del cariño recibido al club y sus compañeros. Consciente de los problemas de liquidez del Celta Atletismo cuando comienza cada temporada, pidió a la directiva que pagaran primero a otros atletas. Un ejemplo de Afouteza e Corazón, pero también del otrora lema de la sección atlética: que me muera si flaqueo.