Quien la sigue la consigue. Esa es la consigna de María Teresa Portela (Cangas, 1982) en su larga trayectoria en los Juegos Olímpicos. La piragüista gallega se alzaba con la plata en el K-1 200m para entrar en la historia por la puerta grande en sus sextas Olimpiadas.
En una final de infarto, a sus 39 años Portela entraba en la historia por unas milésimas. Tras "muchos años luchándolo" lograba la guinda a su trayectoria como mejor deportista gallega de la historia.
Tras los diplomas olímpicos de Atenas 2004 y Pekin 2008 (5ª), Londres 2012 (4ª) y Río 2016 (6ª) la palista de Cangas toca techo tras la maternidad. Se trata de la octava medalla de la delegación española, y la segunda gallega tras la de Ana Peleteiro en triple salto.
Una leyenda del deporte gallego
Hace cuatro meses su parroquia natal inauguraba una estatua de ella remando para homenajearla. Ubicada en la plaza Olímpicos del puerto de Aldán, está diseñada por la Escuela de Cantería de la Deputación de Pontevedra. Portela, graduada en fisioterapia y diplomada en Magisterio de Educación Física, suma tres décadas remando en el Club de Remo Ría de Aldán.
Además, igualará al jinete Luis Álvarez Cervera (Munich 1972-Atlata 1996) y el waterpolista Manuel Estiarte (Moscú 1980-Sydney 2000) en el podio de españoles más olímpicos. Por encima de ellos, únicamente el nombre de Jesús Ángel García Bragado, que suma sietes citas desde Barcelona 92. El incombustible atleta tenía previsto retirarse el año pasado, pero a sus 51 años Chuso decidió alargar unos meses más su vida deportiva para estar en su octava cita en los 50 kilómetros marcha, todo un récord a nivel mundial.
Además, Portela sigue la estela de sus paisanos David Cal y Carlos Pérez. Y es que, a la espera de el resultado final de Iván Villar y Rodrigo Corrales, Cangas no hace más que reafirmarse como el concello más olímpico de Galicia.